¿Qué es “estar despiertos” si no es lo que sentimos cuando nos levantamos de la cama?, Fanny Libertun


¿Qué es “estar despiertos” si no es lo que sentimos cuando nos levantamos de la cama?
Podemos comer, dormir, caminar, trabajar y transcurrir la vida detrás de saciar nuestros deseos, negando lo que nos duele, huyendo de nuestros conflictos, y siempre yendo detrás de todo lo que suponemos seguro y fácil. O podemos vivir despertando el sueño de la vida, observando y descifrando las leyes que nos rigen en lo profundo para vivir de acuerdo a ellas.
Para muchas tradiciones espirituales “despertar” no sólo significa despertar del sueño concreto en el que se repara el cuerpo, sino un proceso profundo que implica el ir poco a poco tomando conciencia de las tendencias, juicios, reacciones y conceptos inconscientes que operan automáticamente en nosotros mientras nos mantienen atados a una visión reducida de nosotros mismos y de la vida.
Pensar es útil, es necesario, pero el exceso de pensamiento nos termina convirtiendo en grandes distraídos y cuando estamos distraídos no prestamos atención a la experiencia directa de percibir lo que nos dicen nuestros cinco sentidos. Al vivir “dormidos” negamos lo que sentimos cuando se contradice con nuestros deseos, no decimos la verdad cuando nos duele, no escuchamos nuestra intuición cuando nos señala que tenemos que tomar determinados caminos. Estar “despiertos”, entonces, es ir hacia lo abierto desde lo que está cerrado, investigar lo oculto para aprender de ello, abrirnos para no vivir contraídos y asfixiados.
El proceso de despertar consiste en cobrar conciencia de nuestra verdadera naturaleza en tanto que presencia libre, espontánea y transparente del ser. Es saber que no somos sólo lo que nos decimos que somos, ni lo que los demás se empeñan en decir que somos.
Despertar es lograr salir de la prisión en la que nosotros mismos -en nuestra ignorancia- nos hemos inmovilizado. Es ver la luz sin temer la oscuridad; disfrutar la belleza sin rechazar la imperfección; admitir lo que duele y lo que no nos agrada sin resistirnos a ello; aceptar las limitaciones a la vez que disfrutamos plenamente de nuestros talentos; escuchar sin censura lo que nos dice el cuerpo; es trabajar en lo que nos cuesta esfuerzo con alegría; aceptar y dejar ir lo que nos ha lastimado; comer lo que estamos comiendo; respirar ampliamente el aire que respiramos.
El proceso del despertar no consiste en seguir ningún sistema de enseñanza espiritual como si fuera lo único en el mundo que puede ayudarnos, ni sólo escuchar lo que dicen los demás, ni viajar por tierras mágicas y lejanas en las que algo o alguien nos resuelve todo. El despertar es un derecho que todos tenemos por el sólo hecho de haber nacido humanos pero es un derecho que nos demanda que aprendamos a ejercerlo, es una estado o cualidad que reside en nuestro interior, allí …en el mismo lugar en el que mora nuestra sabiduría.
 Fanny Libertun

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