Thich Nhat Hanh: Nuestra ira es parte de nosotros


 

Nuestra ira es parte de nosotros, tanto como lo son nuestros órganos. Cuando estamos enfadados, hemos de volvernos hacia nosotros mismos y tener buen cuidado de nuestra ira. No podemos decir: «Márchate, ira, no quiero verte». Cuando te duele el estómago no le dices: «No te quiero, estómago, vete». No, sino que lo cuidas. De la misma manera, hemos de acoger nuestra ira y ocuparnos de ella.
Cuando la madre abraza a su bebé le transmite su energía y lo tranquiliza. Eso es exactamente lo que debes aprender a hacer cuando la ira empieza a asomarse. Debes abandonar cualquier cosa que estés haciendo porque tu tarea más importante es volver hacia ti y ocuparte de tu bebé, de tu ira. No hay nada más urgente que tener un buen cuidado de tu bebé.
Acogiendo tu ira, o inspirando y expirando, ya haces algo suficientemente bueno. El bebé sentirá alivio inmediatamente.
Al principio puede ser que no entiendas la naturaleza de tu ira, o cómo se ha generado. Pero si sabes cómo aceptarla con la energía de la conciencia, te empezará a quedar claro.

Thich Nhat Hanh 


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