Pensamiento distorsionado o negativo

El pensamiento distorsionado también se conoce como trampas del pensamiento y todos hemos caído en ello en mayor o menor medida en alguna ocasión.
Cuando estamos alterados emocionalmente solemos procesar la información que recibimos de manera sesgada y distorsionada de forma que así mantenemos nuestro desaliento y nuestra ansiedad.
Seguidamente os detallamos algunas de las distorsiones más comunes:
1- Pensar en blanco / negro.
Ocurre cuando clasificamos un hecho o deducimos que alguien hace o dice algo de forma que quiere significar o una cosa o su contraria, sin más matices. Imaginemos por ejemplo que estamos hablando con nuestro jefe y nos hace una sugerencia o un comentario desafortunado. Entonces nosotros nos decimos “le caigo fatal y no me puede ni ver”. Seguramente que él mostró su descontento hacia algo, pero si lo analizamos bien, ese comentario no era tan negativo como nos empeñamos en pensar.
2- Exagerar lo negativo y atenuar lo positivo.
Si realizamos una presentación ante una audiencia y hemos tenido un inicio poco fluido, aunque el resultado final haya sido satisfactorio alguno de nosotros diría: “Después del tropiezo del principio no he levantado cabeza y toda la presentación ha sido un absoluto desastre”.
3- Personalizar situaciones y hacernos culpables de ellas sin razón.
Recuerdo un ejemplo claro de esa distorsión cuando una paciente me relataba cómo su marido estuvo saliendo con otra mujer con la que finalmente intentaba rehacer su vida. Según esta paciente, su marido no era el culpable de la situación. Era ella quién creía haber impulsado a su marido a los brazos de esa mujer.
4- Razonamiento emocional.
Esta es una distorsión muy curiosa y común. Sucede cuando alguien cree que algo es cierto porque así lo siente. Cuando se dice “Me siento un fracasado, eso es lo que soy”, estamos sin duda ante un pensamiento distorsionado a través de nuestra emoción. Habría que preguntarle a esa persona qué considera ser un fracasado. Si siente que ha fracasado en algún aspecto de su vida, ¿eso hace de él un fracasado?.
5- Predicción del futuro
Ocurre este tipo de distorsión cuando decimos: “Nunca seré capaz de aprobar la estadística”. Aquí cabría preguntarse si uno ha estudiado lo suficiente o si realmente sabía la materia. Además, si los demás son capaces de aprobarla, también lo puede hacer uno mismo.
6- Etiquetar a las personas
Sucede que a veces nos limitamos a etiquetar a alguien o a nosotros mismos. En lugar de reconocer que hemos cometido un error nos asignamos una etiqueta en la que decimos “soy un perdedor”. Etiquetar es una forma irracional de clasificar dado que una persona y sus conductas no son la misma cosa. Cuando etiquetamos a alguien por ejemplo de desgraciado, sentimos que el problema radica en el carácter o la esencia de esa persona en lugar de entender que se trata solo de su forma de comportarse ante determinada situación
http://www.areapsicologica.net/2010/03/06/pensamiento-distorsionado-o-negativo/

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