Sin tu historia, Qué eres?
“Este momento, sólo ESTO, independientemente de lo que esté
apareciendo, cuando aparece para nadie, siempre es más que suficiente.
Pero cuando aparece para un ‘alguien’ que imaginamos ser, entonces nunca
es suficiente, porque la energía de la búsqueda jamás se siente
satisfecha.”
–Michael Jeffreys
SIN TU HISTORIA, ¿QUÉ ERES?
“La mente” (las comillas se deben a que la mente, cuando es investigada, resulta imposible de encontrarse, por lo tanto, se trata sólo de un concepto) tiene una historia que habla acerca de lo que ella piensa que “tú” eres, una historia basada en todo lo que aparentemente ha sucedido en tu pasado. Es decir, la familia en la que tu cuerpo nació, el lugar en donde ese cuerpo creció, la escuela a la que fue, los empleos/títulos que ha obtenido, los amigos que tuvo, los traumas que sufrió, cómo ha sido lastimado y su necesidad de ser sanado, etc. (Por cierto, tomen en cuenta que todas las historias existen únicamente en el reino de lo mental, ¡el cuerpo, en sí mismo, no tiene ninguna historia!)
¡Y estas historias, cuando las creemos, resultan sumamente convincentes! Sin embargo, ¿es ésta la VERDAD absoluta de tu ser? En otras palabras, ¿es “tu historia” lo que realmente, literalmente eres? Y si es así, en cuál de esas historias estarías dispuesto a estacionarte y reclamar que es el tú real? Yo mismo me he puesto a ver y no he encontrado nada. ¿Podrías hacerlo tú? Compruébalo.
Ciertamente, tomarte el tiempo de VER por ti mismo es lo que marca la diferencia entre las enseñanzas de la vía directa y la de los demás caminos espirituales o filosóficos. Es permitir que tu propia experiencia directa sea quien tenga la última palabra, más que lo que te pueda decir un libro, un vídeo, un amigo, algún miembro de tu familia o un gurú. Se trata de un Conocer que no es meditado ni de segunda mano, sino inmediato, crudo, directo y obvio.
¿Y qué tal si sólo hay ESTO? (ESTE estado de ser, sin importar lo que esté ocurriendo en el momento presente). Que a pesar de los interminables intentos de la mente para etiquetar y definirlo todo - ¡incluyéndote a ti! La vida fuera completa y absolutamente incognoscible, y por lo tanto desafiara todos los intentos de etiquetarla!
¿Cómo definirías o etiquetarías con precisión algo que nunca está estático, sino que siempre está en estado de flujo, cambiando incesantemente? Es como tratar de definir un río embravecido… tan pronto como dices: “¡Ya lo descifré… es así:…!” el río ya habría cambiado para convertirse en algo diferente.
La naturaleza de la mente es buscar, pero no realmente encontrar. Es por eso que la historia de que “en el momento en que logre alinear todos mis patos,” es decir, en el momento en que logre tener suficiente salud, dinero, amor, amistades, seguridad, etc. seré feliz, es sólo una fantasía. Porque proviene de la suposición de que la felicidad no se encuentra aquí y ahora, sino en un lugar en el futuro. Pero la cuestión con el futuro es que sólo existe como un concepto lingüístico, y no como una realidad.
¿Puedes realmente encontrar el futuro, como cuando tocas algo? No, porque como Eckhart Tolle nos recuerda: lo único que has experimentado siempre es el AHORA. Y el asunto acerca del AHORA es que no está ubicado en ningún lugar, porque es TODO lo que ES. Y debido a que es TODO lo que ES, no necesita de ninguna historia.
Y si el AHORA, que es inherentemente inclusivo y no deja nada fuera, no necesita de ninguna historia, entonces tú tampoco la necesitas, a menos de que creas que estás, de algún modo, separado de ESTE momento… Hagamos una pausa para que esto penetre…
LA BÚSQUEDA ES UNA ENERGÍA COMPULSIVA, NADA MÁS…
Una pregunta que puede ser de gran ayuda para ver a través de la tan convincente naturaleza ilusoria de la búsqueda es: ¿La voz buscadora en mi cabeza realmente tiene ALGUNA sustancia comprobable detrás de ella? En otras palabras, además de la compulsión de buscar, ¿hay algo más ahí? ¿Qué pruebas tengo de que esta voz pueda lograr sus numerosos reclamos? Y si realmente pudiera hacerlo, ¿no habrían sido ya revelados a estas alturas? ¿Cuántos años/décadas, continuarás persiguiendo tu cola antes de aceptar que siempre ha estado fuera de tu alcance?
O quizás tienes que seguir haciéndolo para darte cuenta de su futilidad. O agotarte y estresarte en tus interminables intentos de micromanejar cada momento hasta que te rindas de puro cansancio. Y, habiendo agotado todos tus intentos y estrategias, simplemente (y en verdad por primera vez en tu vida) PARAR. Parar de hacer o no hacer nada, y en su lugar sólo SER en silencio como eres y como siempre has sido.
¿Qué pasaría si lo que eres, llámese “Consciencia” o “Presencia Consciente” (o cualquier otra etiqueta) no necesita NINGUNA historia para existir? ¿Qué pasa cuando entiendes que CUALQUIER historia es una superposición artificial generada por la mente y que cuando crees en ella es precisamente lo que bloquea tu experiencia directa de la paz natural que está plena y naturalmente presente?
SOLTAR
Entonces, ¿cuál es la “solución”? Mi sugerencia es simplemente: Soltar. Sólo por un momento, suelta tus intentos de definir, descifrar, comprender cualquier cosa que esté surgiendo en este momento.
Cuando los pensamientos afirman que hay razones por las cuales, en este momento, soltar es imposible, simplemente suelta ese pensamiento. Y cuando surja otro pensamiento que diga: “Sí, pero…” suéltalo también. Sigue soltando hasta que no quede nada por soltar. La clave es que tienes que hacerlo realmente si es que deseas experimentar una “paz más allá de todo entendimiento.” Esto es porque no se trata de una mera comprensión intelectual, sino de un cambio energético en la perspectiva lo que debe experimentarse directamente para que tenga algún poder.
Cuando sueltas la necesidad de saber o averiguar algo, puedes comenzar a darte cuenta de que era el intento de tratar de aferrarte a, o mejorar un “yo” o “Mí” -que sólo había existido como un concepto - lo que era la fuente de tu sufrimiento. Una vez que te queda claro lo que no eres, y de hecho, nunca fuiste, entonces, la siempre-presente verdad de tu esencia eterna comienza a brillar sin esfuerzo a través de y con una alegría natural… y una paz que está más allá de cualquier cosa que la mente pueda imaginar.
- Michael Jeffreys
(Traducido por Tarsila Murguía)
–Michael Jeffreys
SIN TU HISTORIA, ¿QUÉ ERES?
“La mente” (las comillas se deben a que la mente, cuando es investigada, resulta imposible de encontrarse, por lo tanto, se trata sólo de un concepto) tiene una historia que habla acerca de lo que ella piensa que “tú” eres, una historia basada en todo lo que aparentemente ha sucedido en tu pasado. Es decir, la familia en la que tu cuerpo nació, el lugar en donde ese cuerpo creció, la escuela a la que fue, los empleos/títulos que ha obtenido, los amigos que tuvo, los traumas que sufrió, cómo ha sido lastimado y su necesidad de ser sanado, etc. (Por cierto, tomen en cuenta que todas las historias existen únicamente en el reino de lo mental, ¡el cuerpo, en sí mismo, no tiene ninguna historia!)
¡Y estas historias, cuando las creemos, resultan sumamente convincentes! Sin embargo, ¿es ésta la VERDAD absoluta de tu ser? En otras palabras, ¿es “tu historia” lo que realmente, literalmente eres? Y si es así, en cuál de esas historias estarías dispuesto a estacionarte y reclamar que es el tú real? Yo mismo me he puesto a ver y no he encontrado nada. ¿Podrías hacerlo tú? Compruébalo.
Ciertamente, tomarte el tiempo de VER por ti mismo es lo que marca la diferencia entre las enseñanzas de la vía directa y la de los demás caminos espirituales o filosóficos. Es permitir que tu propia experiencia directa sea quien tenga la última palabra, más que lo que te pueda decir un libro, un vídeo, un amigo, algún miembro de tu familia o un gurú. Se trata de un Conocer que no es meditado ni de segunda mano, sino inmediato, crudo, directo y obvio.
¿Y qué tal si sólo hay ESTO? (ESTE estado de ser, sin importar lo que esté ocurriendo en el momento presente). Que a pesar de los interminables intentos de la mente para etiquetar y definirlo todo - ¡incluyéndote a ti! La vida fuera completa y absolutamente incognoscible, y por lo tanto desafiara todos los intentos de etiquetarla!
¿Cómo definirías o etiquetarías con precisión algo que nunca está estático, sino que siempre está en estado de flujo, cambiando incesantemente? Es como tratar de definir un río embravecido… tan pronto como dices: “¡Ya lo descifré… es así:…!” el río ya habría cambiado para convertirse en algo diferente.
La naturaleza de la mente es buscar, pero no realmente encontrar. Es por eso que la historia de que “en el momento en que logre alinear todos mis patos,” es decir, en el momento en que logre tener suficiente salud, dinero, amor, amistades, seguridad, etc. seré feliz, es sólo una fantasía. Porque proviene de la suposición de que la felicidad no se encuentra aquí y ahora, sino en un lugar en el futuro. Pero la cuestión con el futuro es que sólo existe como un concepto lingüístico, y no como una realidad.
¿Puedes realmente encontrar el futuro, como cuando tocas algo? No, porque como Eckhart Tolle nos recuerda: lo único que has experimentado siempre es el AHORA. Y el asunto acerca del AHORA es que no está ubicado en ningún lugar, porque es TODO lo que ES. Y debido a que es TODO lo que ES, no necesita de ninguna historia.
Y si el AHORA, que es inherentemente inclusivo y no deja nada fuera, no necesita de ninguna historia, entonces tú tampoco la necesitas, a menos de que creas que estás, de algún modo, separado de ESTE momento… Hagamos una pausa para que esto penetre…
LA BÚSQUEDA ES UNA ENERGÍA COMPULSIVA, NADA MÁS…
Una pregunta que puede ser de gran ayuda para ver a través de la tan convincente naturaleza ilusoria de la búsqueda es: ¿La voz buscadora en mi cabeza realmente tiene ALGUNA sustancia comprobable detrás de ella? En otras palabras, además de la compulsión de buscar, ¿hay algo más ahí? ¿Qué pruebas tengo de que esta voz pueda lograr sus numerosos reclamos? Y si realmente pudiera hacerlo, ¿no habrían sido ya revelados a estas alturas? ¿Cuántos años/décadas, continuarás persiguiendo tu cola antes de aceptar que siempre ha estado fuera de tu alcance?
O quizás tienes que seguir haciéndolo para darte cuenta de su futilidad. O agotarte y estresarte en tus interminables intentos de micromanejar cada momento hasta que te rindas de puro cansancio. Y, habiendo agotado todos tus intentos y estrategias, simplemente (y en verdad por primera vez en tu vida) PARAR. Parar de hacer o no hacer nada, y en su lugar sólo SER en silencio como eres y como siempre has sido.
¿Qué pasaría si lo que eres, llámese “Consciencia” o “Presencia Consciente” (o cualquier otra etiqueta) no necesita NINGUNA historia para existir? ¿Qué pasa cuando entiendes que CUALQUIER historia es una superposición artificial generada por la mente y que cuando crees en ella es precisamente lo que bloquea tu experiencia directa de la paz natural que está plena y naturalmente presente?
SOLTAR
Entonces, ¿cuál es la “solución”? Mi sugerencia es simplemente: Soltar. Sólo por un momento, suelta tus intentos de definir, descifrar, comprender cualquier cosa que esté surgiendo en este momento.
Cuando los pensamientos afirman que hay razones por las cuales, en este momento, soltar es imposible, simplemente suelta ese pensamiento. Y cuando surja otro pensamiento que diga: “Sí, pero…” suéltalo también. Sigue soltando hasta que no quede nada por soltar. La clave es que tienes que hacerlo realmente si es que deseas experimentar una “paz más allá de todo entendimiento.” Esto es porque no se trata de una mera comprensión intelectual, sino de un cambio energético en la perspectiva lo que debe experimentarse directamente para que tenga algún poder.
Cuando sueltas la necesidad de saber o averiguar algo, puedes comenzar a darte cuenta de que era el intento de tratar de aferrarte a, o mejorar un “yo” o “Mí” -que sólo había existido como un concepto - lo que era la fuente de tu sufrimiento. Una vez que te queda claro lo que no eres, y de hecho, nunca fuiste, entonces, la siempre-presente verdad de tu esencia eterna comienza a brillar sin esfuerzo a través de y con una alegría natural… y una paz que está más allá de cualquier cosa que la mente pueda imaginar.
- Michael Jeffreys
(Traducido por Tarsila Murguía)
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