Demasiadas expectatvas en la pareja, Joan Garriga
Al ser la pareja un vínculo tan profundo se actualizan en ella los anhelos y los temores más infantiles.
Por esto en la pareja se pueden vivir los más intensos tormentos emocionales, las más grandes desdichas y turbulencias, o bien el mayor de los éxtasis y las dulzuras junto con la pasión, la amistad y el acompañamiento.
Por esto en la pareja se pueden vivir los más intensos tormentos emocionales, las más grandes desdichas y turbulencias, o bien el mayor de los éxtasis y las dulzuras junto con la pasión, la amistad y el acompañamiento.
En ocasiones, con suerte, a través de la pareja logramos compensar o
reparar algo de lo que nos pasó con nuestros primeros vínculos pero sólo
cuando se trata de un poquito.
Cuando es mucho lo que quedó pendiente resulta demasiado esperarlo de nuestra pareja, porque a pesar del amor, no puede darlo principalmente porque no corresponde.
Las parejas no pueden dar lo que no se pudo recibir de los padres.
A lo sumo un poquito.
Aprendemos algo importante: con la pareja nos despedimos de la infancia. La pareja es el camino que nos lleva a crecer como adultos. Nos exige algo más que ser niños dependientes. Por eso la pareja no sólo es un camino a través del cual podemos sentir la felicidad, sino que además es seguro que nos confrontaremos con problemas que potencialmente nos conducen al crecimiento. Al encarar las dificultades y los problemas, al asumir los límites de lo posible en nuestra relación, al dejar de pedir peras al olmo, nos desarrollamos y ganamos madurez.
Nos volvemos más adultos y reales.
J. Garriga.
Cuando es mucho lo que quedó pendiente resulta demasiado esperarlo de nuestra pareja, porque a pesar del amor, no puede darlo principalmente porque no corresponde.
Las parejas no pueden dar lo que no se pudo recibir de los padres.
A lo sumo un poquito.
Aprendemos algo importante: con la pareja nos despedimos de la infancia. La pareja es el camino que nos lleva a crecer como adultos. Nos exige algo más que ser niños dependientes. Por eso la pareja no sólo es un camino a través del cual podemos sentir la felicidad, sino que además es seguro que nos confrontaremos con problemas que potencialmente nos conducen al crecimiento. Al encarar las dificultades y los problemas, al asumir los límites de lo posible en nuestra relación, al dejar de pedir peras al olmo, nos desarrollamos y ganamos madurez.
Nos volvemos más adultos y reales.
J. Garriga.
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