Thich Naht Hanh:No perderse en el futuro.


En algunas ocasiones, como el presente es tan difícil, dirigimos nuestra atención al futuro esperando que nuestra situación mejore.
Al imaginar el futuro nos sentimos mejor, podemos aceptar más el sufrimiento y las dificultades del presente.
Pero en otras, pensar en el futuro nos provoca mucho miedo y ansiedad y, sin embargo, nos sentimos incapaces de dejar de hacerlo.
La razón por la que seguimos pensando en el futuro, aunque no queramos hacerlo, es a causa de las formaciones internas. Aunque el futuro aún esté por llegar, ya está creando fantasmas que nos acosan.
En realidad, no es el futuro o el pasado el que los crea, sino nuestra propia conciencia. El pasado y el futuro sólo son creaciones de nuestra conciencia.
Las energías que subyacen en nuestros pensamientos sobre el futuro están compuestas por nuestras esperanzas, sueños y ansiedades.
Nuestras esperanzas pueden ser el resultado de nuestros sufrimientos y fracasos. Como el presente no nos aporta felicidad, dejamos que nuestra mente viaje al futuro. Esperamos que la situación sea mejor en él: «Cuando alguien piensa en cómo será su cuerpo en el futuro, en qué sentirá en el futuro, en qué percepciones tendrá en el futuro, en cómo serán sus factores en el futuro, y en cómo será su conciencia en el futuro…».
Esta forma de pensar nos dará el valor necesario para aceptar los fracasos y los sufrimientos del presente.
El poeta Tru Vu dijo que el futuro es la vitamina del presente. La esperanza nos devuelve algunas de las alegrías de la vida que habíamos perdido.
Todos sabemos que la esperanza es necesaria para vivir. Pero según el budismo, también puede constituir un obstáculo.
Si nuestra mente siempre está pensando en el futuro, no tendremos la suficiente energía mental para afrontar y transformar el presente.
Tenemos, por supuesto, el derecho a hacer planes para el futuro, pero hacerlos no significa dejarnos arrastrar por ensoñaciones.
Mientras hacemos planes, tenemos los pies plantados firmemente en el presente. El futuro sólo puede construirse con los materiales burdos del presente.
La enseñanza esencial del budismo consiste en liberarse de cualquier deseo depositado en el futuro para regresar con todo nuestro corazón y nuestra mente al presente.
Alcanzar el Despertar significa percibir la realidad en profundidad, totalmente, y ésta se encuentra en el momento presente.
Para regresar al presente y enfrentarnos a lo que está ocurriendo, hemos de observar a fondo la esencia de aquello que es y experimentar su verdadera naturaleza.
Al hacerlo, obtenemos la profunda comprensión que puede liberarnos del sufrimiento y de la oscuridad.
Según el budismo, el infierno, el paraíso, el samsara y el nirvana se encuentran en el momento presente. Regresar al momento presente es descubrir la vida y alcanzar la verdad.
Todos los Despiertos al pasado alcanzaron el Despertar en el momento presente. Todos los Despiertos del presente y del futuro obtendrán también el fruto del Despertar en el presente.
El presente es el único momento real que existe: «el pasado ha dejado de existir y el futuro aún está por llegar».
Si no tenemos los pies firmemente plantados en el momento presente, cuando pensemos en el futuro sentiremos que el suelo se escapa bajo nuestros pies.
Quizá pensemos que en el futuro estaremos solos, sin un refugio ni nadie que nos ayude. «Cuando alguien piensa en cómo será su cuerpo en el futuro, en qué sentirá en el futuro, en cómo serán sus factores mentales en el futuro, y en cómo será su conciencia en el futuro…».
Estas preocupaciones acerca del futuro nos producen intranquilidad, ansiedad y miedo, y no nos ayudan a ocuparnos del momento presente.
Sólo hacen que afrontemos el presente con debilidad y confusión.
Un refrán confuciano dice que el que no sabe hacer planes a largo plazo, se sentirá inquieto y desconcertado por el futuro que está a punto de llegar.
Este refrán nos advierte que hemos de tener en cuenta el futuro, pero sin que nos provoque inquietud o miedo.
La mejor forma de prepararnos para el futuro es ocuparnos bien del presente, porque sabemos que el presente se compone del pasado, y que el futuro se compondrá del presente.
El momento presente es la única responsabilidad que tenemos. Sólo el presente está a nuestro alcance.
Ocuparse del presente es ocuparse del futuro.
Extraído de "Cita con la vida"

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