La sombra, Virginia de la Iglesia
LA SOMBRA son todos los rasgos de nuestra personalidad (positivos y negativos) que rechazamos, escondemos y condenamos por considerarlos incorrectos; pero todo lo que se oculta pasa a formar parte del inconsciente y solo podemos verlo cuando alguien externo nos refleja ese aspecto desagradable, a este fenómeno se le llama proyección. El entorno y las personas que nos rodean nos hacen de espejo de nuestro mundo interior.
La imagen que vemos fuera, sirve para saber en qué estado se encuentran mis creencias o patrones internos. Cuando una persona nos produce mucha reacción emocional en forma de malestar, juicio o admiración, nos está reflejando un patrón nuestro mal integrado.
En palabras de Jung: “Lo que no entiendo en mí tampoco lo entiendo en otra persona”, es decir, lo que juzgo en mí, lo voy a juzgar en otra persona.
Muchas virtudes están mal integradas en nuestro interior por asociaciones incorrectas y por eso pasan a la sombra, poseemos mucha información de nuestro Ser mal canalizada.
Hay que hacerse responsable de la sombra porque en este lugar reside todo nuestro potencial y la totalidad de lo que somos; por otra parte, si no somos conscientes de ella, ésta actuará desde la retaguardia obligándonos a materializar todo lo que escondemos y juzgamos para que por fin pueda ser integrado.
Aceptar la sombra consiste en integrar (reconocer y aceptar) aquellas cualidades que no nos gustan, detrás de las cuales existe un potencial de transformación, y encarnar aquellas virtudes que ya poseemos.
Por lo tanto la sombra no es mala, solo es sinónimo de ignorancia, al tomar consciencia aportamos luz. La luz permite elegir libremente. Sin luz hay pocas o nulas posibilidades de elección.
VIRGINIA DE LA IGLESIA ARAGÓN
Lcda. Psicología. Especialista en Dependencia Emocional.
Comentarios