Comprender: responsabilidad compartida, Juan Antonio Currado
Al
igual que de bebés buscábamos darnos a entender con aquellos primeros
sonidos guturales, de adultos, seguimos expresándonos buscando
comprensión.
El anhelo de que nos entiendan remite a la más temprana niñez. En aquel entonces, frágiles e incapacitados de valernos por nosotros mismos, nuestra supervivencia y bienestar dependía exclusivamente de que interpretaran correctamente nuestras expresiones… para que así pudiesen satisfacer lo que necesitábamos.
A más temprana edad, más recae sobre el adulto la responsabilidad de comprendernos. Pero a medida que crecemos, y nos individualizamos, vamos viendo al otro como una individualidad diferente a la propia. Con el paso del tiempo desarrollamos y adquirimos nuestros recursos… entonces, el ser entendido va dejando de ser el único modo de subsistencia y el propio bienestar ya no depende exclusivamente de ningún otro en particular.
Entre adultos, la tarea de comprender es una responsabilidad compartida, es una tarea reciproca con la que ambas partes se benefician.
Siempre es necesario y reconfortante sentirnos entendidos, cualquiera sea la edad que tengamos. Pero sí, a pesar de los años, únicamente se sigue pretendiendo ser comprendido (como sí de esto siguiera dependiendo la subsistencia) y poco empeño se pone en comprender… suele ser esta una señal de que hay algún aspecto “infantil” que necesita crecer y aprender que el bienestar de uno ya no depende exclusivamente de ningún otro.
Juan Antonio Currado.
Lic. en Psicología. Universidad de Buenos Aires.
El anhelo de que nos entiendan remite a la más temprana niñez. En aquel entonces, frágiles e incapacitados de valernos por nosotros mismos, nuestra supervivencia y bienestar dependía exclusivamente de que interpretaran correctamente nuestras expresiones… para que así pudiesen satisfacer lo que necesitábamos.
A más temprana edad, más recae sobre el adulto la responsabilidad de comprendernos. Pero a medida que crecemos, y nos individualizamos, vamos viendo al otro como una individualidad diferente a la propia. Con el paso del tiempo desarrollamos y adquirimos nuestros recursos… entonces, el ser entendido va dejando de ser el único modo de subsistencia y el propio bienestar ya no depende exclusivamente de ningún otro en particular.
Entre adultos, la tarea de comprender es una responsabilidad compartida, es una tarea reciproca con la que ambas partes se benefician.
Siempre es necesario y reconfortante sentirnos entendidos, cualquiera sea la edad que tengamos. Pero sí, a pesar de los años, únicamente se sigue pretendiendo ser comprendido (como sí de esto siguiera dependiendo la subsistencia) y poco empeño se pone en comprender… suele ser esta una señal de que hay algún aspecto “infantil” que necesita crecer y aprender que el bienestar de uno ya no depende exclusivamente de ningún otro.
Juan Antonio Currado.
Lic. en Psicología. Universidad de Buenos Aires.
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