El poder del día de hoy, Karen Berg
Martes, 29 de enero de 2013
Resulta interesante que, en el cuadragésimo tercer Foro Económico Mundial celebrado la semana pasada en Davos, Suiza, un panel de expertos se reunió para una discusión titulada “Los líderes conscientes” en la cual exploraron la importancia de la conciencia para el liderazgo exitoso en los negocios. No es una sorpresa que esa conciencia sea un tema interesante en la actualidad, no sólo entre estos líderes sino también en las escuelas de gerencia de negocios alrededor del mundo. La verdad es que con todas las distracciones, dudas, temores y responsabilidades que constantemente estamos enfrentando, puede resultar muy difícil estar “presentes” en nuestra vida cotidiana.
La Biblia relata que mientras los israelitas estaban en el desierto, recibían comida un día a la vez. El maná caía del cielo cada día, así que ellos no tenían que (y realmente no podían) crear depósitos para almacenar la comida.
Uno de los mansajes para nosotros en esta historia es que “el día de hoy” es el único día que importa. De hecho, si realmente pensamos en ello, no existe ahora tal cosa como “el mañana”.
Si no somos capaces de dar lo mejor de nosotros el día de hoy, si no somos capaces de sentir una conexión con la chispa divina que cada uno de nosotros tiene en el interior, entonces tenemos que aprender esta simple lección: No podemos sentarnos y esperar por el mañana, un mañana en el que no estemos ocupados o cuando sea “el momento correcto” para compartir y conectar con aquellos a nuestro alrededor y con nuestras propias alma. Como dijo Johann Goethe: “Nada vale más que el día de hoy”.
No se supone que nada de esto sea sencillo. Rav Áshlag escribió que no existe tal cosa como Luz sin oscuridad. Pero todo lo que involucre esfuerzo y lucha en nuestras vidas tiene energía de Luz.
Al ser humanos, todos nosotros encontraremos dudas y dificultades en nuestras vidas. Todos y cada uno de nosotros hemos dudado de nosotros mismos en algún punto: quiénes somos, cuál es el mejor camino para avanzar. Sin embargo, si bien no tenemos a Moisés en nuestra generación para guiarnos fuera de este lugar de incertidumbre, sí tenemos herramientas espirituales y enseñanzas que pueden llevarnos a una consciencia mayor y más elevada. Sólo tenemos que abrirnos al espacio espiritual para utilizarlas.
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