Plegaria de conexión con el Árbol de la Vida
El Árbol de la Vida es un esquema que representa nuestra vida diaria, ya que contiene todos los ingredientes que utilizamos a diario y en el orden exacto que deberíamos usarlos en cada uno de
nuestros proyectos: la Voluntad, el Amor, las Reglas, el Poder, la Rectificación, la toma de Conciencia, la Belleza, la Inteligencia y la Imaginación.
Esta plegaria, realizada a primera hora de la mañana, deberá ayudarnos a conectar con cada uno de esos centros, para que nos transmita su energía y su sabiduría, por el bien de la jornada que empieza.
Kether, derrama sobre mí, Padre Eterno, el fuego de tu voluntad, para que queme en mí los designios que me aparten de tu órbita. Haz que tu voluntad y la mía se fundan y se sincronicen por el bien de la jornada que empieza.
Hochmah, que la Fuente de tu Divino Amor derrame las aguas puras por mi costado derecho, dando a mi mano diestra el poder de infundir salud y que todo aquello que mi mano toque se convierta en objeto de amor.
Binah, Madre del mundo, derrama sobre mi costado izquierdo la fuerza coaguladora que torna las cosas consistentes y duraderas, de manera que aparezca en ellas el sentido, la lección que ha de permitirme comprender.
Hesed, de ti espero la bondad que ha de transformar el mal en bien, dame poderes, señor, para endulzar la vida de los que se acerquen a mí y ayúdame a llevarlos a la senda de la alegría y el optimismo.
Guburah, haz de mí el brazo justo, ayúdame a ser quien restituye la verdad a los que han caído en el error; quien puede señalar los trabajos que han de conducir las almas a la fuente de tu justicia.
Tiphereth, permite que mi alma alcance la contemplación de la unidad. Que mis cuerpos encuentren el camino para integrar armoniosamente las corrientes de la derecha y las de la izquierda. Que de mí se desprenda la suprema armonía.
Netzah, de ti espero que embellezcas mi vida y que tu armonía impregne mi alma y rebose en las palabras y en los gestos. Dame, señor, el don de comunicar a mis semejantes la delicadeza.
Hod, te pido que me concedas la facultad de expresar la palabra justa. Quiero ser, con tu ayuda, el anunciador de la ley, el que percibe el camino y lo revela a los peregrinos. Pon en mi alma el deseo de ser ejemplo.
Yesod, espero que me ayudes a que mis impulsos se expresen con fuerza, para que mis hermanos comprendan el sentido de mis actos, sin que con ello pueda fomentar la duda o la ambigüedad.
Malkuth, tú que transportas sobre tus espaldas el reino material, tú que nos permites sostener y aprisionar la vida divina, recibe mi gratitud, mi amor, y la promesa de acortar con mis esfuerzos el tiempo que te queda por vivir aprisionado en la tierra.
Esta plegaria, realizada a primera hora de la mañana, deberá ayudarnos a conectar con cada uno de esos centros, para que nos transmita su energía y su sabiduría, por el bien de la jornada que empieza.
Kether, derrama sobre mí, Padre Eterno, el fuego de tu voluntad, para que queme en mí los designios que me aparten de tu órbita. Haz que tu voluntad y la mía se fundan y se sincronicen por el bien de la jornada que empieza.
Hochmah, que la Fuente de tu Divino Amor derrame las aguas puras por mi costado derecho, dando a mi mano diestra el poder de infundir salud y que todo aquello que mi mano toque se convierta en objeto de amor.
Binah, Madre del mundo, derrama sobre mi costado izquierdo la fuerza coaguladora que torna las cosas consistentes y duraderas, de manera que aparezca en ellas el sentido, la lección que ha de permitirme comprender.
Hesed, de ti espero la bondad que ha de transformar el mal en bien, dame poderes, señor, para endulzar la vida de los que se acerquen a mí y ayúdame a llevarlos a la senda de la alegría y el optimismo.
Guburah, haz de mí el brazo justo, ayúdame a ser quien restituye la verdad a los que han caído en el error; quien puede señalar los trabajos que han de conducir las almas a la fuente de tu justicia.
Tiphereth, permite que mi alma alcance la contemplación de la unidad. Que mis cuerpos encuentren el camino para integrar armoniosamente las corrientes de la derecha y las de la izquierda. Que de mí se desprenda la suprema armonía.
Netzah, de ti espero que embellezcas mi vida y que tu armonía impregne mi alma y rebose en las palabras y en los gestos. Dame, señor, el don de comunicar a mis semejantes la delicadeza.
Hod, te pido que me concedas la facultad de expresar la palabra justa. Quiero ser, con tu ayuda, el anunciador de la ley, el que percibe el camino y lo revela a los peregrinos. Pon en mi alma el deseo de ser ejemplo.
Yesod, espero que me ayudes a que mis impulsos se expresen con fuerza, para que mis hermanos comprendan el sentido de mis actos, sin que con ello pueda fomentar la duda o la ambigüedad.
Malkuth, tú que transportas sobre tus espaldas el reino material, tú que nos permites sostener y aprisionar la vida divina, recibe mi gratitud, mi amor, y la promesa de acortar con mis esfuerzos el tiempo que te queda por vivir aprisionado en la tierra.
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