Afinación semanal Kabbalah :Nunca es demasiado tarde

Del 12 al 18 de junio de 2011

Si estás suscrito a esta lista, supongo que a estas alturas estarás bastante convencido de que tienes un alma y que ésta es eterna. También espero que sepas que tu alma vino a este mundo con su propia promesa. Su propia misión. Igual que 007.

Bueno, quizá no con el arma y el coche fantástico, pero tú también naciste para hacer algo en este mundo que sólo tú puedes hacer. Y ya te refieras a ello como una “respuesta a tu llamada” o “hacer el trabajo de tu vida”, debes ser consciente de que hay unas fuerzas más fuertes que tus sueños intentando impedir que los vivas.

Pero nunca es demasiado tarde para cambiar. A menudo estamos bombardeados por nuestros propios pensamientos y creencias limitantes, las cuales nos mantienen estancados en el mismo lugar porque somos “demasiado mayores, demasiado incultos y demasiado pobres”. La verdad es que esta evaluación mental viene de nuestro Oponente interno, cuyo propósito es plantearnos desafíos para que los superemos. Cuando ponemos excusas, nuestro Oponente se anota un punto en el marcador.

Piensa en ese dicho chino que dice: “Un viaje de mil millas empieza con un simple paso”. Esto es muy apropiado para esta semana.

Nunca es demasiado tarde para perseguir un sueño. Como padre, veo a mis hijos con los ojos bien abiertos, buscando constantemente el siguiente juego, el siguiente proyecto, el siguiente desafío. Y pienso: “¿Por qué yo no siento entusiasmo todo el tiempo?”.

Inyecta entusiasmo en lo que se ha convertido en una rutina. Busca nuevas avenidas por las que te ha dado demasiado miedo transitar antes. Los kabbalistas enseñan que nuestras esperanzas y nuestros sueños vienen del nivel del alma, por lo que conectándonos con esos sueños estamos revelando Luz en el mundo.

Nunca es demasiado tarde.

Así que, esta semana, recuerda que ya signifique encontrar a tu alma gemela veinte años más tarde de lo que imaginaste, o cambiar de rumbo profesional, nunca es demasiado tarde para cumplir la promesa de tu alma.


Todo lo mejor,

Yehuda