El yo separado, Rupert Spira
¿Quién es éste a quien he dedicado mi vida… pensándolo, sintiéndolo, y sirviéndole sin haberlo visto nunca…? A él le digo ‘sal de ahí, quiero conocerte, muéstrame de qué estás hecho…’
Esta es una analogía que hago acerca de un sirviente que vive en una casa antigua atendiendo a un hombre viejo extremadamente exigente e irracional… el sirviente pasa su vida obedeciéndole con sumo esmero, pero nunca lo ve porque vive recluido en su habitación y siempre sigue su misma rutina. El sirviente se empieza a sentir curioso y cuando se reúne con sus amigos le dicen que debería ir a hablar con el viejo, y cuando éste intenta buscarlo para hablar sobre su infeliz trabajo no lo encuentra y piensa que no quiere hablar con él, sin embargo al día siguiente se arma de valor y toca la puerta y el viejo no responde, decide asomarse a la puerta y no ve nada, entonces vuelve al día siguiente y vuelve a buscarlo a través de la puerta y nada, busca en todos lados, en las habitaciones, en los baños, en los cajones… así pasan varios días hasta que se da cuenta que ahí no hay nadie. Explora absolutamente todo y se hace consciente de que ese hombre al que había servido toda su vida, ese tirano, para quien había estado trabajando no-está-ahí. Nunca-estuvo-ahí… El yo separado es así, nos pasamos nuestras vidas pensando, sintiendo, actuando y relacionándonos en nombre de un yo que no está ahí. Y esto es lo que hacemos aquí, exploramos la habitación, el baño, los cajones, todo, buscamos en todas partes y entre más crece nuestra confianza y llegamos a la convicción (instantánea o gradualmente) de que no está aquí, que nunca ha estado aquí, nuestros pensamientos, sentimientos, actividades y relaciones empiezan a cambiar proporcionalmente a la convicción de que el viejo hombre - el yo separado - nunca ha estado en ningún lado.
Rupert Spira
fte:http://la-danza-de-la-nada.tumblr.com/
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