Negar no sirve, Lucia Toranzo N.
Mi abuelo creció en el campo, donde la gente es tan simple como sabia y recuerdo las platicas entre él y sus amigos, como cuando en una ocasión, uno de ellos le pregunto ¿cuanto tarda en sanar una herida, una ausencia o una inevitable pérdida de lo amado?
Sin dudarlo el abuelo contestó:
Primero: todas las heridas duelen, "negar no sirve", pero tienen sus procesos. el dolor avisa afuera y adentro y en ambos lados es la llamada para que puedan ayudarle: déjese ayudar o al menos, déjese acompañar, los buenos y los malos ratos son siempre mejor compartidos, el cuerpo lo sabe el corazón también.
Segundo: Las heridas cierran mejor expuestas al aire y al sol, "negar no sirve", deje que el viento se lleve cuanto tiene que decir, lo que le duele, lo que se quedo sin hablar, luego que el sol le sane, déjese cobijar y acariciar, vea con claridad, la luz que surge de cada herida que con el cuidado adecuado, vuelve a plantar vida y seca naturalmente cada lágrima.
Tercero: Tercero el dolor pasa, las ausencias no, "negar no sirve", pero cada ausencia nos lleva a valorar las presencias, lo que se ha quedado, el aprendizaje adquirido y la fuerza que nace de haberlo aceptado, lo duro no es fuerte, en seguida se rompe, lo flexible si, que la cicatriz se mueva, se acomode para que se acabe de absorber.
Por último: Aprenda a vivir con su pérdida, sanada la herida primera, "negar no sirve", deje de exhibirla y de permitir que la toquen, recógala como algo sagrado y así resguárdela en su corazón, es suya, su memoria y su dignidad, no luche contra el recuerdo deje que se funda en el corazón, deje que se quede ahí lo que pensó perdido, lo que quiere de ello rescatar y cierre la puerta y siga su caminar, Ahora tiene usted más valor para cuidar y para continuar.
Lucia Toranzo N.
fte: Insight facebook
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