Fanny Libertun: ¿Amarnos o hacer cosas para que nos amen?
Todos parecen dispuestos a darnos consejos que, supuestamente, nos ayudarán a saber quiénes somos en realidad y por lo tanto. qué tenemos que hacer si queremos que nos amen. Puro bla bla bla... acerca de nosotros mismos. Necesitamos a diario usar el discernimiento para soltar todas las cadenas que nos unen a lo que nos dijeron y con ellas al malestar que sentimos por creer que somos lo que pensamos que somos.
Una cosa es estar presentes en lo que estamos viviendo y otra bien distinta es pensar sobre lo que nos está sucediendo. Amo pensar, me gusta pensar, estoy agradecida por haber recibido el don de pensar por el sólo hecho de ser un ser humano, necesitamos agradecer los dones de poseer un cerebro humano, pero creo que también necesitamos urgentemente darle su justo lugar al pensamiento ya que éste nos está llevando a la destrucción.
El pensamiento compara, clasifica, impone metas y objetivos, planifica, anticipa. ¡Bien por todas estas acciones! Pero si lo que estamos haciendo es definir lo que somos nosotros mismos, estamos en la irrealidad, en el mundo de los conceptos. Al estar en “modo pensamiento” opinamos sobre nosotros mientras que a la vez tomamos esas opiniones como si fueran reales, sin darnos cuenta siquiera que el pensamiento no es la realidad. Del mismo modo, cuando estamos deprimidos, tristes, enojados, y estas emociones no responden a la necesidad del momento, sólo estamos siendo atrapados por nuestra propia mente, o sea, viviendo frecuentemente en la trampa de creer que somos lo peor de nosotros.
Cuando estamos plenamente conscientes NO estamos preocupados por lo que nos sugieren los conceptos que nos definen, y por fuera de esa prisión conceptual podemos sentir la conexión abundante con lo-que-Es, que es el AMOR del momento presente, el amor auténtico, espontáneo, real. En ese momento estamos conectados con la verdad directamente, no hay nadie que esté pensando nada. Pero claro, la experiencia es intransferible, hoy sólo les comparto que la práctica del sentir directamente distinguiendo los pensamientos de lo que no lo son, nos lleva a la verdad de quienes somos, nada para reprochar, nada para desvalorizar, nada para rechazar.
Fanny Libertun
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