Virginia Gawel: Cuidar lo delicado (Aunque te rechacen)
Se trata de generar un enorme respeto hacia la supervivencia de tu interna delicadeza. Una persona que está en contacto con su espíritu no funciona meramente como un autómata, que es lo que más abunda. Su sensibilidad está alerta, abierta hacia percibir el mundo en todos sus matices, tal como lo está una criatura, cuyos ojos son dos monedas viéndolo todo, sus oídos como dos radares, escuchándolo todo. AÚN ERES ESA CRIATURA: no lo olvides.
El mundo tiene aristas muy rudas, muy groseras. La vulgaridad se expresa en el trato de una persona hacia otra, en el tipo de humor que se ejerce, en las elecciones más comunes, en las modas colectivas que producen en masa lo que se nos quiere vender. El Sistema nos quiere mantener vulgares, porque quien habita su delicadeza NECESITA POCAS COSAS, y eso al Sistema no le conviene.
Necesita mirar a los ojos. Necesita silencio. Necesita el tacto suave con otras personas que ejerzan su delicadeza. Necesita ser como es sin que haya burlas. Necesita pureza de intención en quienes le rodeen. Necesita poder decir lo más hondo y recibir la hondura del otro en recíproca resonancia. Necesita amor sin trampas, sin imposturas, sin deslealtades. NADA DE ESTO SE COMPRA EN NINGUNA PARTE. El Sistema te quiere vulgar. Y te rechaza si tu sensibilidad se ofende cuando busca conquistarte con baratijas, busca descalificar tu necesidad de delicadeza.
Ven, abracémonos; hablemos bajito y contémonos aquello sutil que se destila cuando hacemos contacto con lo delicado propio, lo delicado del otro. Repárate en ese murmullo: sólo así serás libre. Quedémonos quietos y contemplemos: la Belleza es como un pájaro que sólo anida en tu pecho si lo mantienes calmo y abierto. Celebro tu fuerte delicadeza, tu potencia delicada, tu delicado modo de existir en esta Tierra. Dejarás en ella tu huella de mariposa.
Virginia Gawel
www.centrotranspersonal.co m.ar
El mundo tiene aristas muy rudas, muy groseras. La vulgaridad se expresa en el trato de una persona hacia otra, en el tipo de humor que se ejerce, en las elecciones más comunes, en las modas colectivas que producen en masa lo que se nos quiere vender. El Sistema nos quiere mantener vulgares, porque quien habita su delicadeza NECESITA POCAS COSAS, y eso al Sistema no le conviene.
Necesita mirar a los ojos. Necesita silencio. Necesita el tacto suave con otras personas que ejerzan su delicadeza. Necesita ser como es sin que haya burlas. Necesita pureza de intención en quienes le rodeen. Necesita poder decir lo más hondo y recibir la hondura del otro en recíproca resonancia. Necesita amor sin trampas, sin imposturas, sin deslealtades. NADA DE ESTO SE COMPRA EN NINGUNA PARTE. El Sistema te quiere vulgar. Y te rechaza si tu sensibilidad se ofende cuando busca conquistarte con baratijas, busca descalificar tu necesidad de delicadeza.
Ven, abracémonos; hablemos bajito y contémonos aquello sutil que se destila cuando hacemos contacto con lo delicado propio, lo delicado del otro. Repárate en ese murmullo: sólo así serás libre. Quedémonos quietos y contemplemos: la Belleza es como un pájaro que sólo anida en tu pecho si lo mantienes calmo y abierto. Celebro tu fuerte delicadeza, tu potencia delicada, tu delicado modo de existir en esta Tierra. Dejarás en ella tu huella de mariposa.
Virginia Gawel
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