La mentira nuestra de cada día, Fanny Libertun


Sabemos que mentir no es lo ideal, no obstante mentimos a los demás y nos mentimos a nosotros todo el tiempo. Pero si creemos que mentir no es bueno tanto desde la ética como del sentido común: ¿Por qué lo hacemos?

Mentimos para sostener la ilusión, el gran monstruo que se alimenta de todo lo que no queremos aceptar porque nos duele; es decir que mentimos porque no estamos entrenados en saber que el dolor puede atravesarnos sin destruirnos, volvernos locos o matarnos y que lo que nos enseña –si lo toleramos- es la verdad... algo mucho eficaz que la mentira.

Mentimos para manipular a los demás en pos de obtener bienes materiales, personas o poder; entonces mentimos por codicia -que es lo mismo que creer que lo que acumulamos puede cubrir nuestros vacíos e insatisfacciones.

Mentimos porque somos cómodos, porque no estamos dispuestos a postergar el placer en pos del trabajo de transformación de nuestras emociones, porque preferimos quedarnos en la infancia -un tiempo en el que nadie está capacitado para comprender que el pan de hoy puede ser el hambre de mañana.

Mentimos y estafamos en un intento de desafiar las normas -incluso aquellas que nos pueden hacer bien- y lo hacemos porque nos creemos rebeldes y astutos, porque así nos sentimos fuertes. Entonces mentimos para dañar de la misma forma que otros nos dañaron en el pasado.

Y si no nos gusta lo que vemos de nosotros cuando mentimos, si logramos ver de frente nuestra cobardía, podemos entonces sentarnos en silencio para preguntarnos: ¿Por qué me miento? ¿Qué estoy tratando de evitar? ¿Qué temor personal hace que no pueda enfrentar las cosas? ¿Qué otra cosa mejor puedo hacer que mentirme y mentir a los demás?

La cuestión puede ser simple si así lo deseamos ya que en lugar de usar la energía para ocultar cosas y también para reprocharnos lo mal que hemos actuado al ocultarlas, podemos dirigir nuestra mirada hacia aquello que nos llevó a mentir para explorar en nuestros dolores más profundos.

Fanny Libertun
http://www.psicologiadelacompasion.org/

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