El amor y la sombra, Merlina Meiler

¿Te has enamorado muchas veces y luego de un tiempo el entusiasmo decae hasta que vuelves a encontrar a otra persona que te deslumbra, y se reitera la historia? ¿O tienes la idea de que nunca te has enamorado? ¿Sientes que has copiado el modelo de pareja de tus padres, a disgusto? ¿O has elegido uno en total rebeldía y que no te satisface en absoluto?  Tal vez tu verdadera capacidad de enamorarte esté radicada en tu sombra…

La sombra, en términos jungianos, es “todo lo que hemos ido rechazando en el curso del desarrollo de nuestra personalidad por no ajustarse al ego ideal“, según expone el analista neoyorquino Edward Whitmont. De niños aprendemos a fabricar una personalidad que haga felices y complazca a nuestros padres, ya que nuestro principal objetivo es lograr su aprobación. Desechamos todo aquello que no les agrada o no se ajusta a sus estándares y lo incorporamos a nuestra sombra. Estos aspectos son partes de nuestra personalidad que están negados, no somos conscientes de ellas, y pueden ser tanto positivas (por ejemplo, una habilidad artística) como negativas (como ser celos por la llegada de un hermanito a la familia).
¿Qué sucede si al ir creciendo le cercenan a una persona el modelo que se va creando de pareja? Lo que hace es enviarlo a su sombra y, en su lugar, lo único que puede hacer es copiar un modelo aprendido (habitualmente, el de los padres). Así como ya están en la sombra muchos de sus ataques de rabia, sus celos o su creatividad, también envía su propia manera de entablar una relación de pareja. Al creársele un vacío, copia otro modelo que ha sido socialmente aceptado, más allá de que funcione bien o no, o que los integrantes del vínculo estén juntos o separados.  Este modelo ajeno ya tiene validación externa. Luego actuará siguiendo dicho modelo o actuando en rebeldía.
Cuando con el tiempo desea entablar una relación de pareja, ninguna lo satisface plenamente porque la búsqueda parte de modelos ajenos copiados y no de la necesidad intrínseca de establecer un vínculo a su manera, con sus propios códigos, cualquiera fueran las características. Entonces, crea vínculos que no lo hacen feliz, ya que está desconectado de su propio modelo de pareja: éste está en la sombra. Ignorarla puede convertirla en algo hostil, sacarla a la luz puede significar que se transforme en nuestra aliada y encontrar muchas respuestas que estamos buscando.
Para contactarse nuevamente con el modelo propio de pareja, primero hay que tomar la decisión de adentrarse en la sombra y estar abiertos a lo que podamos descubrir de nosotros. Es necesario tener el deseo de saber quiénes somos realmente y también qué queremos y buscamos en una relación de pareja. La idea es que abras una ventana por la cual se establecerá una conexión sana con tu sombra para que puedas dilucidar tus deseos y necesidades más profundos y decidir, con sinceridad, qué relación de pareja verdaderamente deseas establecer.
Imagínate entrar en contacto con un potencial de energía genuinamente tuyo que te permitirá conocer lo que realmente quieres. Cuando te hayas conectado con esta parte de tu personalidad, ya nada quedará igual: la sombra saldrá a la luz obtendrás información reveladora acerca de ti. Ten por seguro que embarcarte en esta aventura de autoconocimiento profundo te hará un ser humano más completo y feliz.
¿Te has decidido a dar el primer paso? Entonces, te propongo este ejercicio: Patrones familiares mutantes

Para realizar este ejercicio, sólo hacen falta unos pocos minutos de soledad y tranquilidad. es bien profundo y los resultados serán espectaculares.
¿Manos a la obra?
Paso 1: Siéntate en algún lugar en el que haya quietud, en el que no te puedan interrumpir durante un ratito.
Paso 2: Relaja tu cuerpo y respira hondo unas 10 veces.
Paso 3: Piensa que detrás de ti, del lado derecho de tu cuerpo, está parada tu madre. Con mucho amor, dile que le devuelves las cosas que eran de ella, que le pides disculpas por haberlas usado, que le agradeces por todo lo que ha hecho por ti, que ya no las necesitas. Tómate unos minutos para hacerlo.
Paso 4: Luego, manteniendo la misma cadencia de respiración lenta, imagina detrás de ella a tu abuela materna (aunque no la hayas conocido) y haz lo mismo que en el paso anterior: con mucho amor, pídele disculpas por haber tomado cosas que eran de ella, y devuélveselas. Agradécele y dile que ya no las necesitas.
Paso 5: Atrás de ella, imagina a tus tías y primas, una por una, o en conjunto (no importa si no las conociste o no recuerdas sus nombres). Haz la misma devolución que en el paso 1.
Paso 6: Atrás de ellas, imagina las figuras femeninas que vayan apareciendo en tu mente, y haz la misma devolución que en el paso 1.
Paso 7: Una vez hayas terminado, mientras sigues respirando lenta y pausadamente, imagina del lado izquierdo a tu padre. Con mucho amor, dile que le devuelves las cosas que eran de él, que le pides disculpas por haberlas tomado, que le agradeces por todo lo que ha hecho por ti, que ya no las necesitas. Tomate el tiempo que precises para hacerlo.
Paso 8: Atrás de él, imagina a tu abuelo paterno, aunque no lo hayas conocido, y haz la misma devolución, con mucho amor y agradecimiento, pidiéndole disculpas por haberte apropiado de cosas de él.
Paso 9: Atrás de tu abuelo, imagina a tus tíos y primos, aunque no recuerdes todos sus nombres, lo puedes hacer uno por uno o en conjunto. Haz la misma devolución que en los pasos anteriores.
Paso 10: Finalmente, imagina las figuras masculinas que vayan apareciendo en tu mente, y haz la misma devolución que en los pasos anteriores.
Fin del ejercicio.
¿Cómo lo viviste?

Merlina Meiler
Fte: http://www.mejoraemocional.com/general/patrones-familiares-mutantes-parte-2/

Comentarios

Entradas populares de este blog

Madres Tóxicas

DECRETO PARA PEDIR ,Conny Méndez

Constelaciones familiares: Ejercicio para la adicción