Afinación semanal Kabbalah : Mantén la llama ardiendo

De -


Del 10 al 16 de julio de 2011

La estructura es la naturaleza del universo. Cada planeta tiene su órbita. Cada semana tiene siete días. Cada año tiene sus estaciones. La vida sigue su propio ritmo. Está destinado a ser así, por lo que es fácil estancarse, caer en una rutina.

No hay nada de malo con la rutina, a menos que permitamos que ésta drene la pasión de nuestras vidas. Personalmente, busco involucrarme en algo que le hable a mi alma cada día. Incluso si cumples con un horario de forma diaria, debes encontrar momentos que revigoricen tu alma de la misma manera.

Es importante identificar qué es lo que le habla a tu alma cuando se trata de trabajo, relaciones y prácticas espirituales. Muchos de nosotros caemos en carreras o relaciones que son menos que satisfactorias porque, simplemente, no estamos conscientes de qué es lo que nos habla.

En medio de nuestras rutinas (cuando es más difícil encender las llamas internas), debemos dedicar tiempo en crear algunas chispas.

Pero, una vez que identifiques qué es lo que quieres hacer, que es sólo el 1% del asunto, necesitas observar cómo lo haces, que es el 99% restante.

Cuando los kabbalistas hablan de la energía de la pasión, en realidad se refieren a ésta como entusiasmo. Ellos explican que el entusiasmo no es algo que, sencillamente, resulte de disfrutar lo que haces o con quién lo haces. Entusiasmo es algo que inyectas de forma consciente en una acción o situación.

Cuando hablo de entusiasmo, no quiero hablo de saltar de arriba abajo con las manos al aire. Me refiero a acoger cualquier cosa que estés haciendo con el 100% de tu atención y dedicación, ya sea salir a cenar con la familia, iniciar un proyecto en el trabajo, realizar conexiones espirituales, o simplemente ir al gimnasio.

Esta semana, si notas que te gusta lo que haces, pero no te sientes apasionado al respecto, intenta inyectarle entusiasmo.

Y, más importante aún, medita con el nombre que está abajo y deja que la Luz sea tu guía.


Todo lo mejor,

Yehuda

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