Anemia afectiva: Sobre el no saber recibir, Virginia Gawel
Conocí una vez a alguien que si le decían "Te amo", automáticamente daba una singular respuesta: "No te preocupes: ya se te va a pasar". A esto se le llama deflexión: evitar la intensidad afectiva. Una persona deflectiva, si el aprecio, la gratitud, el amor, quieren penetrar en su estructura... los esquiva como un torero al toro! Elude la situación, tratando de salir lo más rápido posible de ella con una broma, un sarcasmo, una frase hecha, o cambiando de conversación... Quizás hasta le sea más fácil recepcionar un insulto que aceptar un "Te quiero". Su coraje mayor sería abrirse a recibir el reconocimiento afectivo... pero no sabe cómo hacerlo! Hay quienes así han ido neutralizando crónicamente a sus proveedores de afecto, que ya ni insisten en expresarles cariñosidad... La consecuencia de ello es una anemia afectiva autoprovocada: como a quien le falta hierro en sangre por no asimilar lo que come, -aunque la comida sea buena-, el afecto no es absorbi