Afinación Semanal Kabbalah: Todo cuenta
Del 18 al 24 de noviembre de 2012
Hay días en los que nos encontramos de mal humor y simplemente no sabemos el por qué. No tenemos ninguna presión legal o conflicto de salud. Nadie procura hacernos
Hay días en los que nos encontramos de mal humor y simplemente no sabemos el por qué. No tenemos ninguna presión legal o conflicto de salud. Nadie procura hacernos
daño. Simplemente estamos deprimidos, molestos o nos irritamos fácilmente con los demás.
Puede parecer fortuito, pero definitivamente no lo es.
Todo lo que nos ocurre es resultado de decisiones que hemos tomado en nuestro pasado.
Toda decisión que tomamos es una semilla que plantamos. Si la semilla es plantada con buenas intenciones y con la conciencia correcta, puede que produzcamos un milagro en el futuro. Si plantamos la semilla con negatividad, en lugar de un milagro, puede que obtengamos muy malas noticias.
Al final, cada acción e intención afectará nuestro futuro de una u otra forma.
Si nos despertamos deprimidos, es el resultado de una semilla que plantamos. Quizás el año pasado en ese día en particular le hicimos algo a alguien para que se sintiera de la misma forma. La energía que creamos permanece latente hasta que regresa a nosotros. Puede que venga de una vida pasada. (Mi madre habla de lo anterior con gran detalle en su nuevo libro: “Continuará...La reencarnación y el propósito de nuestras vidas”).
Por esta razón es esencial recordar: Todo, absolutamente todo, cuenta.
Probablemente ya hemos tomado veinte decisiones sólo el día de hoy, entre lo que estamos vistiendo, lo que estamos haciendo y dónde estamos sentados. Muchas de nuestras decisiones son tomadas en piloto automático y no nos damos cuenta que lo estamos haciendo activamente. Pero ya sea que nos demos cuenta de ello o no, estamos tomando cientos de decisiones cada día.
Empieza dándote cuenta de cuánto de lo que estás haciendo está en piloto automático y pregúntate cómo puedes inyectar conciencia en el momento. Si estás dando tus primeros pasos fuera de la cama en la mañana, tómalos con gran apreciación de que tienes otro día. Escoge presentarte ante alguien nuevo en vez de sentarte solo. Si estás viendo televisión, toma algo de tiempo para enviar un e-mail o un texto a alguien con quien no te has conectado hace tiempo.
Existen formas ilimitadas en las que podemos transformar lo mundano en milagros.
Todo lo mejor,
Yehuda
Puede parecer fortuito, pero definitivamente no lo es.
Todo lo que nos ocurre es resultado de decisiones que hemos tomado en nuestro pasado.
Toda decisión que tomamos es una semilla que plantamos. Si la semilla es plantada con buenas intenciones y con la conciencia correcta, puede que produzcamos un milagro en el futuro. Si plantamos la semilla con negatividad, en lugar de un milagro, puede que obtengamos muy malas noticias.
Al final, cada acción e intención afectará nuestro futuro de una u otra forma.
Si nos despertamos deprimidos, es el resultado de una semilla que plantamos. Quizás el año pasado en ese día en particular le hicimos algo a alguien para que se sintiera de la misma forma. La energía que creamos permanece latente hasta que regresa a nosotros. Puede que venga de una vida pasada. (Mi madre habla de lo anterior con gran detalle en su nuevo libro: “Continuará...La reencarnación y el propósito de nuestras vidas”).
Por esta razón es esencial recordar: Todo, absolutamente todo, cuenta.
Probablemente ya hemos tomado veinte decisiones sólo el día de hoy, entre lo que estamos vistiendo, lo que estamos haciendo y dónde estamos sentados. Muchas de nuestras decisiones son tomadas en piloto automático y no nos damos cuenta que lo estamos haciendo activamente. Pero ya sea que nos demos cuenta de ello o no, estamos tomando cientos de decisiones cada día.
Empieza dándote cuenta de cuánto de lo que estás haciendo está en piloto automático y pregúntate cómo puedes inyectar conciencia en el momento. Si estás dando tus primeros pasos fuera de la cama en la mañana, tómalos con gran apreciación de que tienes otro día. Escoge presentarte ante alguien nuevo en vez de sentarte solo. Si estás viendo televisión, toma algo de tiempo para enviar un e-mail o un texto a alguien con quien no te has conectado hace tiempo.
Existen formas ilimitadas en las que podemos transformar lo mundano en milagros.
Todo lo mejor,
Yehuda
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