Afinación Semanal Kabbalah: Revelar la verdad
Del 1 al 7 de julio de 2012
Hace unas semanas visité uno de mis lugares preferidos de Israel y colgué una fotografía de éste en el Facebook. Un amigo comentó: "Yo también colgaré mis fotografías de allí hoy mismo".
¡Qué contento me puse! Mi amigo estaba en Israel y había estado allí el mismo día que yo. Le envié un correo electrónico preguntándole: "¿A qué lugar de Israel irás ahora? ¿Podemos encontrarnos? Me alegrará mucho verte, querido amigo".
Él me respondió: "Yehuda, estoy en Los Ángeles. Quise decir que hoy colgaré las fotos de cuando estuve allí".
Está de más decir que me sentí decepcionado, pero también me hizo reír.
Como escritor, sé que hay palabras que tienen varios significados, y esto puede ser una trampa cuando se trata del estudio espiritual. Sucede a menudo con mis libros o los escritos de mi padre. Los estudiantes hablan entre ellos y dicen cosas como: "el Rav no quiso decir eso" o "creo que Yehuda estaba intentando decir algo distinto".
Cada uno de nosotros ve, escucha y entiende las cosas con sus propios filtros individuales. Es casi como si el mundo fuera un gran espejo en el cual no vemos otra cosa que nuestro propio reflejo.
Con tantas interpretaciones erróneas posibles, ¿cómo podemos entrenarnos mejor para escuchar la verdad?
Cuando sólo pensamos en nosotros mismos, vemos las cosas únicamente en relación a nosotros. Hasta que no elegimos empezar a pensar en los demás no podemos empezar a ver las cosas tal como son realmente. Cuando nos ocupamos más profundamente de aquellos que nos rodean y buscamos formas de anteponer sus necesidades a las nuestras, nos volvemos merecedores de ver un cuadro mucho más amplio que el nuestro propio.
Nuestro ego y nuestros deseos egocéntricos siempren nos distancian de la verdad.
Cuanto más incluimos a los demás en nuestra conciencia, más nos distanciamos de nuestro ego y mayor es la revelación de la verdad.
Todo lo mejor,
Yehuda
¡Qué contento me puse! Mi amigo estaba en Israel y había estado allí el mismo día que yo. Le envié un correo electrónico preguntándole: "¿A qué lugar de Israel irás ahora? ¿Podemos encontrarnos? Me alegrará mucho verte, querido amigo".
Él me respondió: "Yehuda, estoy en Los Ángeles. Quise decir que hoy colgaré las fotos de cuando estuve allí".
Está de más decir que me sentí decepcionado, pero también me hizo reír.
Como escritor, sé que hay palabras que tienen varios significados, y esto puede ser una trampa cuando se trata del estudio espiritual. Sucede a menudo con mis libros o los escritos de mi padre. Los estudiantes hablan entre ellos y dicen cosas como: "el Rav no quiso decir eso" o "creo que Yehuda estaba intentando decir algo distinto".
Cada uno de nosotros ve, escucha y entiende las cosas con sus propios filtros individuales. Es casi como si el mundo fuera un gran espejo en el cual no vemos otra cosa que nuestro propio reflejo.
Con tantas interpretaciones erróneas posibles, ¿cómo podemos entrenarnos mejor para escuchar la verdad?
Cuando sólo pensamos en nosotros mismos, vemos las cosas únicamente en relación a nosotros. Hasta que no elegimos empezar a pensar en los demás no podemos empezar a ver las cosas tal como son realmente. Cuando nos ocupamos más profundamente de aquellos que nos rodean y buscamos formas de anteponer sus necesidades a las nuestras, nos volvemos merecedores de ver un cuadro mucho más amplio que el nuestro propio.
Nuestro ego y nuestros deseos egocéntricos siempren nos distancian de la verdad.
Cuanto más incluimos a los demás en nuestra conciencia, más nos distanciamos de nuestro ego y mayor es la revelación de la verdad.
Todo lo mejor,
Yehuda
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