Recetas de Alejandro Jorodowsky para conseguir la felicidad

1. Cuando dudes de actuar, siempre entre “hacer” y “no hacer” escoge hacer. Si te equivocas tendrás al menos la experiencia.
2. Escucha más a tu intuición que a tu razón.
3. Realiza algún sueño infantil (el tuyo)
4. No hay alivio, ni felicidad más grande que comenzar a ser lo que se es.
5. Hoy mismo deja de criticar tu cuerpo. Acéptalo tal cual es sin preocuparte de la mirada ajena.
6. Una vez por semana, enseña gratis a los otros lo poco o mucho que sabes. Lo que les das, te lo das. Lo que no les das, te lo quitas.
7. Busca todos los días en la prensa una noticia positiva.
8. Si tus padres abusaron de ti cuando pequeño/a, confróntate calmadamente con ellos, en un lugar neutro que no sea su territorio. El perdón sin reparación no sirve.
9. Aunque tengas una familia numerosa, otórgate un territorio personal donde nadie pueda entrar sin tu permiso.
10. Cesa de definirte: concédete todas las posibilidades de ser, cambia de caminos cuantas veces te sea necesario.
¿Cómo podemos aceptar nuestra situación presente con felicidad?
Un día, cuando estaba yo filmando “La Montaña Sagrada” en las cimas nevadas del Ixtaxihuatl, sufriendo por el frío y la enorme cantidad de dificultades técnicas, el monje Ejo Takata vino a visitarme. Desesperado, le pregunté:
-” ¿Cuándo dejará la montaña de estar blanca?”. Se concentró un instante en su vientre y luego respondió, sonriente: -” ¡Cuando está blanca, está blanca, y cuando no está blanca, no está blanca!”
Es decir: dejamos de lado las esperanzas puestas en el futuro y vivimos el presente
Desde el punto de vista de la metagenealogía, ¿qué nos impide ser felices?
Una finalidad frecuentemente verbalizada por los consultantes es lograr la felicidad. Por lo tanto, la trampa de la famila en la que quedamos atrapados en el camino de la felicidad, es el nudo sadomasoquista. Es el que nos impide gozar y nos hace vivir en el dolor, consiguiendo que la relación con el mundo tenga carácter de sufrimiento.
¿Donde se siente la felicidad?
A veces digo que la felicidad se siente en la médula de los huesos, hay que dejarla entrar en cada una de las células, en cada uno de los huesos, en la carne y en el alma… hay que darse permiso para acoger la sensación de felicidad.
Una última reflexión sobre la felicidad
La felicidad es no tener dependencias. Somos lo que otros quieren que seamos y la única felicidad consiste en ser lo que se es. No hay otra. El mayor castigo es no vivir en el presente.
Un cuento sobre la felicidad: El efecto 99
Esta era una vez un rey que estaba en busca de la felicidad ya que aun cuando tenía todos los placeres a su alcance debido a su inmensa riqueza, siempre se sentía vacio y nunca estaba satisfecho con lo que poseía. Tal era su infelicidad que admiraba a uno de sus sirvientes más pobres, que sin importar su condición económica, irradiaba dicha y gozo sincero por la vida.
Motivado por lo anterior, fue con el sabio del reino a solicitar su consejo y le pregunto: ¿Cómo es posible que uno de mis sirvientes, aun siendo pobre sea más feliz que yo, el gran rey?
El sabio hizo una pausa y le contesto: Para poder explicarte la razón de tu infelicidad y de casi todos los hombres, necesito que comprendas EL EFECTO 99.
¿Y qué significa eso? pregunto el rey.
Para que lo puedas comprender necesito que consigas un costal con 99 monedas de oro. En el momento que lo tengas ven y podré explicarte.
El Rey ni tardo ni perezoso fue de inmediato a conseguir lo que el sabio le había pedido y regreso con el. El sabio le dijo que lo que seguía para poder comprender EL EFECTO 99 era que siguieran a escondidas al sirviente hasta su casa, cosa que hicieron esa misma noche.
Cuando el sirviente entro a su casa, el sabio puso el costal con las 99 monedas en la entrada de su casa, toco a la puerta y corrió a ocultarse junto con el rey. Cuando el sirviente salió, vio el costal, lo recogió y se metió de nuevo a su hogar. El sabio y el rey prosiguieron a espiarlo desde la ventana.
Cuando abrió el costal, el sirviente quedo asombrado con su contenido, estaba encantado y sin perder tiempo comenzó a contar todas las monedas. Cuando terminó el conteo, se rascó intrigado la cabeza y comenzó de nuevo el conteo ya que el suponía que le hacía falta una moneda para completar las 100.
Al terminar el segundo recuento el sirviente se desespero y comenzó a buscar debajo de la mesa sin rastro alguno de esa moneda perdida, por lo que comenzó a angustiarse.
Fue entonces cuando el sabio le dijo al Rey: Te das cuenta, eso es justamente a lo que me refería con el efecto 99. El sirviente, al igual que tu, han dejado de valorar la mayoría de sus bendiciones para enfocarse en los pequeños detalles que “creen” les hacen falta.  En ello radica la infelicidad del ser humano.
Fte: planosinfin. com

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