Despierta: Sobre la Dependencia, Anthony de Mello
SOBRE LA DEPENDENCIA
Es
lo que los místicos nos han dicho. No estoy diciendo que el “mi”, el yo
condicionado, no regrese algunas veces a sus esquemas habituales. Así
es como hemos sido condicionados. Pero surge la pregunta de si es
concebible vivir una vida en la que usted esté tan totalmente solo que
no dependa emocionalmente de nadie.
Todos
dependemos unos de otros para todo tipo de cosas, ¿no es verdad?,
Dependemos del carnicero, del panadero, del fabricante de velas
Interdependencia. ¡Eso está bien! Organizamos una sociedad de esta
manera, y les asignamos funciones diferentes a personas diferentes para
el bienestar de todos, de manera que funcionemos mejor y vivamos con
mayor eficacia – al menos así lo esperamos. Pero depender
psicológicamente de otra persona -¿qué implica eso? Significa depender
de otro ser humano para mi felicidad.
Piense en eso. Porque si lo hace, la próxima cosa que usted va a hacer:
-
Tenga consciencia de ello o no, – es exigir que los demás contribuyan a
su felicidad. Entonces habrá otro paso: temor, temor a perder, temor a
estar alienado, temor a ser rechazado, un control mutuo. El amor
perfecto expulsa el temor. En donde hay amor no hay exigencias, no hay
expectativas, no hay dependencia. Yo no exijo que usted me haga feliz;
mi felicidad no está en usted. Si usted me dejara, no me condolería de
mí mismo; yo disfruto enormemente de su compañía, pero no me aferro.
Yo
disfruto sin aferrarme. Lo que realmente disfruto no es usted; es algo
más grande que usted y yo. Es algo que descubrí, una especie de
sinfonía, una especie de orquesta que interpreta una melodía en su
presencia, pero cuando usted se va, la orquesta no se detiene. Cuando me
encuentro con otra persona, la orquesta interpreta otra melodía, la
cual también es agradable. Y cuando estoy solo, continúa tocando. Tiene
un gran repertorio y nunca deja de tocar.
De
eso se trata el despertar. También por eso estamos hipnotizados, nos
lavan el cerebro, estamos dormidos. Parece terrible preguntar, pero
¿puede decirse que usted me ama si se aferra y no me deja ir? ¿Si no me
permite ser? ¿Puede decirse que me ama si me necesita psicológica o
emocionalmente para su felicidad? Esto contradice la enseñanza universal
de todas las escrituras, todas las religiones, todos los místicos.
“¿Cómo pudimos pasarlo por alto durante tantos años?” Repetidamente me
digo a mí mismo: ¿Cómo fue posible que no lo viera? Cuando uno lee estas
cosas radicales en las escrituras, se pregunta: ¿Este hombre está loco?
Pero después de un tiempo empieza
a
pensar que todos los demás están locos. “Si no renuncias a todo lo que
posees, no puedes ser mi discípulo”. Hay que dejarlo todo. No se trata
de un renunciamiento físico, comprendan; eso es fácil. Cuando sus
ilusiones se acaban, por fin uno esta en contacto con la realidad, y
créanme, nunca volverá a sentirse solo, nunca más.
La soledad no se cura con la compañía humana.
La soledad se cura con el contacto con la realidad. Tengo muchísimo que
decir sobre eso. El contacto con la realidad, la desaparición de
nuestras ilusiones, el contacto con lo real. Sea lo que sea, no tiene
nombre. Solamente podemos conocerlo abandonando lo que es irreal. Usted
puede saber lo que es la soledad cuando deja de aferrarse, cuando
renuncia a su dependencia. Pero el primer paso para lograrlo es que lo
vea como deseable. Si no lo ve como deseable, ¿cómo puede llegar a
acercarse?
Piense en su soledad. ¿Desaparecería por la compañía humana? Ésta
sólo servirá de distracción. Adentro hay un vacío ¿no es así? Y cuando
el vacío sale a la superficie, ¿qué hace usted? Huye, enciende el
televisor, enciende el radio, lee un libro, busca compañía humana,
busca entretenimiento, busca distracción. Todo el mundo hace eso.
Actualmente esto es un gran negocio, una industria organizada para
distraernos o entretenernos.
COMO SE PRESENTA LA FELICIDAD
Regrese
a usted mismo como a su hogar. Obsérvese. Por eso dije antes, que la
autoobservación es algo sumamente agradable y extraordinario. Después
de un tiempo, usted no tiene que hacer ningún esfuerzo, porque, a
medida que las ilusiones empiezan a derrumbarse, usted empieza a conocer
cosas que no pueden describirse. Eso se llama felicidad. Todo cambia, y
usted se vuelve adicto a la consciencia.
Hay
una historia sobre el discípulo que fue a donde el maestro y le dijo:
“¿Podría darme una palabra de sabiduría?” “¿Podría darme algo que me
guiara a través de mis días?” Era el día de silencio del maestro, de
manera que tomó un bloc. Escribió: “Consciencia”. Cuando el discípulo lo
vio, dijo: “Es demasiado breve. ¿Puede ampliarlo un poco?” Entonces el
maestro tomó el bloc y escribió: “Consciencia, consciencia,
consciencia”. el discípulo dijo: “Sí, pero ¿qué significa?” El maestro
volvió a tomar el bloc y escribió: “Consciencia, consciencia,
consciencia significa: consciencia”.
Eso
es lo que significa autoobservarse. Nadie puede mostrarle a usted cómo
hacerlo, porque estaría dándole una técnica, estaría programándolo. Pero
obsérvese a usted mismo. Cuando habla con alguien, ¿está consciente de
ello o sencillamente se identifica con ello? Cuando se disgustó con
alguien ¿estaba consciente de que estaba furioso, o sencillamente se
identificó con su cólera? Más tarde, cuando tuvo tiempo, ¿estudió su
experiencia y trató de comprenderla? ¿De dónde procedía? ¿Qué la causó?
No conozco ninguna otra vía hacia la consciencia. Usted sólo hace
cambiar lo que comprende. Usted reprime lo que no comprende y aquello de
lo cual no es consciente. Usted no cambia, pero cuando usted lo
comprende, eso cambia.
A veces me
preguntan: “¿Es este tránsito hacia la consciencia algo gradual, o es
algo súbito?” Algunas personas afortunadas lo logran en un instante.
Sencillamente, toman consciencia. Otra van avanzando lentamente,
gradualmente, progresivamente. Empiezan a ver las cosas. Las ilusiones
se acaban, las fantasías desaparecen, y empiezan a ponerse en contacto
con los hechos. No hay una regla general. Hay una famosa historia de un
león que encontró un rebaño de ovejas, y, con asombro, descubrió un león
entre las ovejas. Era un león que había crecido entre las ovejas desde
que era cachorro. Balaba como oveja y corría como una oveja. El león se
le acercó, y cuando la oveja- león estuvo frente al león real, empezó a
temblar. El león dijo:
-¿Qué estás haciendo entre estas ovejas? La oveja – león le contestó:
- Yo soy una oveja
- No, tú no eres una oveja – le replicó el león – Ven conmigo. Entonces llevó a la oveja – león a un estanque y le dijo:
-¡Mira!
Cuando
la oveja – león vio su reflejo en el agua, dio un gran rugido, y en ese
momento se transformó. Nunca volvió a ser como antes.
Si
usted tiene suerte y los dioses son benévolos, o si usted recibe la
gracia divina (use cualquier expresión teológica que desee),
repentinamente podría comprender quién es “yo”, y nunca volvería a ser
el mismo de antes, nunca, Nada podrá volver a afectarlo, y nadie podrá
volver a herirlo.
Usted
no temerá a nadie y no tendrá miedo de nada. ¿No es eso extraordinario?
Usted vivirá como un rey, como una reina. Esto es lo que significa
vivir como la realeza. Nada de esa basura de que su retrato salga en el
periódico o de tener mucho dinero. Eso es paja. Usted no teme a nadie
porque está completamente satisfecho de no ser nadie. No le interesan el
éxito ni el fracaso. No significan nada. Los honores, la desgracia, ¡no
significan nada! Si usted se comporta como un estúpido, esto tampoco
significa nada. ¡Qué estado tan maravilloso!.
Algunas
personas llegan a esta meta con dificultad, paso a paso, después de
meses y semanas de autoconsciencia. Pero les prometo que no he conocido
una sola persona que haya dedicado tiempo a ser consciente que no haya
visto una diferencia en cuestión de semanas. La calidad de su vida
cambia, de manera que ya no tiene que aceptarlo como cuestión de fe. Lo
ve: ella es diferente. Reacciona de manera diferente. En realidad,
reacciona menos y actúa más. Ve cosas que nunca ha visto.
Usted tendrá mucha más energía, estará mucho más vivo.
La gente cree que si ella no tiene deseos es como leña seca, pero, en
realidad, dejaría de estar tensa. Libérese de su temor al fracaso, de
sus tensiones acerca del éxito; usted será usted mismo. Relajado. No
conducirá con los frenos puestos. Eso será lo que sucederá.
Hay
un hermoso dicho de Tranxu, un sabio chino, que me tomé el trabajo de
aprender de memoria. Dice: “Cuando el arquero dispara sin buscar un
premio, tiene toda su destreza; cuando dispara para ganar una medalla de
bronce, se pone nervioso; cuando dispara para ganar una presa de oro,
enceguece, ve dos blancos, y está fuera de sí. Su destreza no ha
cambiado, pero el premio lo divide, ¡Le importa! Piensa más en ganar que
en disparar, y la necesidad de ganar le quita su poder”. ¿No es ésa una
imagen de lo que es la mayoría de la gente? Cuando usted no está
viviendo por algo, tiene toda su habilidad, tiene toda su energía, está
relajado, no le importa, porque no le importa que pierda o que gane.
Ésa
es una vida humana. De eso se trata la vida. Eso puede venir solamente
de la consciencia. Y en la consciencia usted se dará cuenta de que el
honor no significa nada. Es un convencionalismo social, eso es todo. Por
esa razón los místicos y los profetas no se preocupaban por eso en
absoluto. El honor o el deshonor no significan nada para ellos. vivían
en otro mundo, el mundo de los despiertos. El éxito o el fracaso no
significaba nada para ellos. Tenían la actitud: “Yo soy estúpido, usted
es estúpido, de modo que, ¿Cuál es el problema?”.
Alguien dijo: “Las
tres cosas más difíciles para un ser humano no son las hazañas físicas
ni los logros intelectuales, son, en primer lugar, retornar amor por
odio; en segundo lugar, incluir a los excluidos; en tercer lugar,
admitir que está equivocado”. Pero éstas son las cosas más
fáciles del mundo si usted no se ha identificado con el “mi”. Usted es
capaz de decir cosas como: “¡Me equivoqué! Si usted me conociera mejor,
vería con cuanta frecuencia me equivoco. ¿Qué podría esperarse de un
estúpido? Si no me he identificado con estos aspectos del “mi”, usted no
puede herirme. Al principio, los viejos condicionamientos protestarán y
usted estará deprimido y ansioso. Usted se afligirá, llorará, etc.
“Antes del despertar, estaba deprimido: después del despertar, sigo
deprimido”. Pero hay una diferencia: ya no me identifico con la
depresión. ¿Sabe usted cuán grande es la diferencia?
Usted
sale de usted mismo y mira la depresión, y no se identifica con ella.
No hace nada para que se acabe; está perfectamente dispuesto a seguir su
vida mientras ella pasa por usted y desaparece. Si usted no sabe lo que
esto significa, realmente tiene algo por descubrir. ¿ Y la ansiedad?
Ahí está y usted no se preocupa. ¡que extraño! Está ansioso pero no
preocupado.
¿No es eso una
paradoja? Y usted está dispuesto a permitir que esta nube lo invada,
porque cuanto más luche contra ella, mayor poder tendrá sobre usted.
Usted está dispuesto a observarla mientras pasa. Usted puede ser feliz
en medio de su ansiedad. ¿No es eso locura?
Usted
puede ser feliz en su depresión. Pero no puede tener un concepto
equivocado de la felicidad. ¿Creía que la felicidad eran las emociones o
la excitación? Eso es lo que causa la depresión. ¿Nadie se lo dijo?
Usted está emocionado, bueno, está bien; pero sólo está preparando el
camino para la próxima depresión. Usted está emocionado pero siente
ansiedad tras eso: ¿Cómo puedo lograr que dure? Eso no es felicidad, eso
es adicción.
¿Me pregunto cuántos
no adictos están leyendo este libro? Si usted se parece al grupo
promedio, hay muy pocos, muy pocos. No desprecie a los alcohólicos y a
los drogadictos: tal vez usted sea tan adicto como ellos. La primera vez
que vislumbré este nuevo mundo, fue aterrador. Comprendí lo que
significa estar solo, sin un lugar donde apoyar la cabeza, dejar que
todos sean libres y ser libre, no ser especial para nadie y amarlos a
todos – porque el amor hace eso. Brilla sobre los buenos y los malos por
igual; hace que llueva sobre los santos y los pecadores por igual.
¿Es
posible que la rosa diga: “Les daré mi perfume a los buenos que quieran
olerme, pero no a los malos? ¿O es posible que la lámpara diga:
“Iluminaré a los buenos que están en esta sala, pero no iluminaré a los
malos”? ¿O puede el árbol decir: “les daré mi sombra a los buenos que
descansen junto a mí, pero no a los malos”? estas son imágenes de lo que
es el amor.
Siempre
ha estado allí, directamente frente a nosotros en las escrituras,
aunque nunca quisimos verlo porque estábamos sumergidos en lo que
nuestra cultura llama el amor, con sus canciones y sus poemas de amor;
eso no es amor en absoluto, eso es lo opuesto al amor. Eso es deseo y
control y posesión. Eso es manipulación, y temor, y ansiedad; eso no es
amor. Nos dijeron que la felicidad es una piel suave, un lugar de
vacaciones. No son esas cosas, pero tenemos maneras sutiles de hacer que
nuestra felicidad dependa de esas cosas, tanto dentro como fuera de
nosotros. Decimos: “Me niego a ser feliz hasta que desaparezca mi
neurosis”. Le tengo buenas noticias: puede ser feliz ahora mismo, con la
neurosis. ¿Quiere noticias todavía mejores? Hay una sola razón por la
cual usted no está experimentando lo que en la india llamamos anand:
felicidad, felicidad. Hay una sola razón por la cual usted no es feliz
en este momento: porque está pensando o concentrándose en lo que no
tiene. De otra manera, sería feliz. Usted se está concentrando en lo que
no tiene. Pero ahora mismo usted tiene todo lo que necesita para ser
feliz.
Jesús hablaba de sentido
común con los laicos, con los hambrientos, con los pobres. Les estaba
dando buenas noticias: Tómela, es suya. Pero ¿quién escucha? A nadie le
interesa; la gente prefiere estar dormida.
Anthony de Mello
Extracto del libro: Despierta de Anthony de Mello
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