PONER LIMITES, UN ACTO DE AMOR HACIA UNO MISMO.
14 tips para ser una persona asertiva
En
muchas ocasiones sentimos que no somos respetados como personas, que no
se respetan nuestros derechos ni nuestra dignidad, y que nos
menosprecian o desprecian. Muchas veces no nos defendemos de los ataques a nuestra dignidad personal, y los permitimos sin hacer nada, sin reclamar el derecho a ser tratados de un modo digno.
Todo lo anterior afecta negativamente a nuestra autoestima, nos entristece y abate.
La herramienta para evitar que suceda se llama asertividad.
La asertividad se define como “la habilidad de expresar nuestros deseos de una manera amable, franca, abierta, directa y adecuada, logrando decir lo que queremos sin atentar contra los demás y negociando con ellos su cumplimiento”.
En otras palabras, la asertividad es la capacidad de reclamar, desde un estado de autoconfianza, el cumplimiento de nuestros derechos sin realizar manifestaciones violentas y sin alharacas, de forma clara, equilibrada, coherente y directa. Todo lo contrario de otras formas incorrectas de hacerlo: desde la rabia, la ira, el nerviosismo, la ansiedad, el temor, la culpa…
Es una forma de defenderse inteligentemente, de un modo maduro, equilibrado, mediante el cual no se agrede a los demás pero tampoco uno se somete a la voluntad de los otros.
No hay pasividad, pero tampoco agresividad.
La herramienta para evitar que suceda se llama asertividad.
La asertividad se define como “la habilidad de expresar nuestros deseos de una manera amable, franca, abierta, directa y adecuada, logrando decir lo que queremos sin atentar contra los demás y negociando con ellos su cumplimiento”.
En otras palabras, la asertividad es la capacidad de reclamar, desde un estado de autoconfianza, el cumplimiento de nuestros derechos sin realizar manifestaciones violentas y sin alharacas, de forma clara, equilibrada, coherente y directa. Todo lo contrario de otras formas incorrectas de hacerlo: desde la rabia, la ira, el nerviosismo, la ansiedad, el temor, la culpa…
Es una forma de defenderse inteligentemente, de un modo maduro, equilibrado, mediante el cual no se agrede a los demás pero tampoco uno se somete a la voluntad de los otros.
No hay pasividad, pero tampoco agresividad.
La
base para que funcione es estar convencido de los derechos propios, y
tener la dignidad personal suficiente para reclamarlos, por respeto a
uno mismo y a la justicia que le corresponde a uno.
Algunas
personas evitan ser asertivas porque temen desagradar a otros y no ser
aceptados por ello. Sin embargo, aunque se podría evitar una
desavenencia inmediata callándose, a la larga podría lastimarse la
relación. Mejor las cosas claras.
Esto también podría suceder si no se hacen valer los derechos y se permite que se aprovechen de uno, una y otra vez.
Emplear la asertividad es saber pedir, negarte, o negociar, y ser flexible para poder conseguir lo que quieres, respetando los derechos del otro y expresando tus sentimientos de forma clara. La asertividad consiste, también, en hacer y recibir cumplidos, y en hacer y aceptar quejas.
Esto también podría suceder si no se hacen valer los derechos y se permite que se aprovechen de uno, una y otra vez.
Emplear la asertividad es saber pedir, negarte, o negociar, y ser flexible para poder conseguir lo que quieres, respetando los derechos del otro y expresando tus sentimientos de forma clara. La asertividad consiste, también, en hacer y recibir cumplidos, y en hacer y aceptar quejas.
Sugerencias para ser asertivo:
1 – Ten una buena comunicación, y muy positiva, contigo mismo. Acéptate tal como eres.
2 – Sé consciente de tus pensamientos, emociones, necesidades y aspiraciones, aceptándolos sin juzgarlos.
3- Sé responsable de la optimización de tu vida. No permitas que te manipulen.
4 – Saca tu valentía. Vence a todos tus miedos.
5 – Valórate en justicia: no eres ni más ni menos que cualquier otra persona. A pesar de lo que pueda parecer, en el fondo todos somos simplemente humanos.
6- Admite que tienes derecho a ser tratado con respeto. Frena pacíficamente a quienes te ataquen verbalmente.
7 – Asume que solamente tú eres tu propio juez para con tu conducta. Que te importe más tu opinión que lo que critiquen o digan los demás.
8 – Reconoce que tienes derecho a expresar tus ideas, sentimientos y emociones, sean los que sean. Igual que los demás.
9 – Entiende que tienes derecho a decir SÍ o NO sin sentirte culpable. Muestra tu disconformidad cuando la sientas sin que eso te haga sentirte mal.
10 – Piensa que puedes pedir lo que quieres, deseas o necesitas. Cuida la forma y el modo, para, en la medida de lo posible, no herir a los demás.
11 – Reconoce el derecho a equivocarte, y a cambiar de opinión si es necesario. Supera la vergüenza.
12- Comprende que eres responsable de ti mismo, y tienes que preservarte y cuidarte con la máxima dedicación.
13 – Elimina muchas negaciones: “No sé defenderme, no soy una persona segura, no sé si tengo derecho, no sé imponerme…”
14 – Pide para ti respeto y cariño. Y cuando te sientas bien tratado, reconócete el mérito de haberlo conseguido.
Francisco de Sales
2 – Sé consciente de tus pensamientos, emociones, necesidades y aspiraciones, aceptándolos sin juzgarlos.
3- Sé responsable de la optimización de tu vida. No permitas que te manipulen.
4 – Saca tu valentía. Vence a todos tus miedos.
5 – Valórate en justicia: no eres ni más ni menos que cualquier otra persona. A pesar de lo que pueda parecer, en el fondo todos somos simplemente humanos.
6- Admite que tienes derecho a ser tratado con respeto. Frena pacíficamente a quienes te ataquen verbalmente.
7 – Asume que solamente tú eres tu propio juez para con tu conducta. Que te importe más tu opinión que lo que critiquen o digan los demás.
8 – Reconoce que tienes derecho a expresar tus ideas, sentimientos y emociones, sean los que sean. Igual que los demás.
9 – Entiende que tienes derecho a decir SÍ o NO sin sentirte culpable. Muestra tu disconformidad cuando la sientas sin que eso te haga sentirte mal.
10 – Piensa que puedes pedir lo que quieres, deseas o necesitas. Cuida la forma y el modo, para, en la medida de lo posible, no herir a los demás.
11 – Reconoce el derecho a equivocarte, y a cambiar de opinión si es necesario. Supera la vergüenza.
12- Comprende que eres responsable de ti mismo, y tienes que preservarte y cuidarte con la máxima dedicación.
13 – Elimina muchas negaciones: “No sé defenderme, no soy una persona segura, no sé si tengo derecho, no sé imponerme…”
14 – Pide para ti respeto y cariño. Y cuando te sientas bien tratado, reconócete el mérito de haberlo conseguido.
Francisco de Sales
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