¡Ay con la pereza psicológica!
“Nunca es demasiado tarde para encender la luz. Tu capacidad para romper
un hábito insano o desactivar una vieja grabación no depende de cuánto
tiempo haya estado funcionando, un cambio de perspectiva no depende de
cuánto tiempo hayas sostenido tu vieja visión. Cuando activas el
interruptor de la luz en ese ático, no importa si ha estado a oscuras
durante diez minutos, diez años o diez décadas. La luz aún ilumina la
habitación y destierra la oscuridad, permitiéndote ver las cosas que no
podías ver antes. Nunca es demasiado tarde para tomarnos un momento para
mirar “. -Sharon Salzberg
“No puedo cambiar”
“¡Hace tanto tiempo que soy así!”
“Es que si las cosas hubieran sido de otra forma, tal vez podría haber cambiado esto que me hace mal”.
“Ya no tengo tiempo”
“¿Para qué ahora si …”
“Ya es tarde”
“Esto no es para mi”
“Este es mi destino”
“¡Hace tanto tiempo que soy así!”
“Es que si las cosas hubieran sido de otra forma, tal vez podría haber cambiado esto que me hace mal”.
“Ya no tengo tiempo”
“¿Para qué ahora si …”
“Ya es tarde”
“Esto no es para mi”
“Este es mi destino”
Es cierto, hay cosas que no se pueden
cambiar, habrá que aceptar que a veces es así. Pero muy distinto es el
momento en el que, sin darnos cuenta, establecemos que los hechos tienen
un valor idéntico a una materia sólida, inmodificable, al cemento
armado, al hierro, tienen la apariencia que nace de una impotencia
fantaseada.
La “pereza psicológica” es muy común,
pero es la actitud que nos aleja de la evolución, es el estado de ánimo
que a fuerza de haberse establecido en nuestro ser, nos hace creer que
las cosas son imposibles.
¿Cuántas enseñanzas hubiéramos perdido si algunas personas hubieran creído que las cosas eran imposibles?
Lo comprendo, somos humanos, nuestras
neurosis nos definen, pero también nos dieron la oportunidad de
evolucionar. ¿Y si tan sólo sospecháramos de la credibilidad de nuestras
certezas alguna vez?
De a poco, de a una cosa por vez, sin
dureza, vayamos hacia los imposibles nuestros de cada día, sin aire y
sin agua no podremos sobrevivir, pero sin ellos…¡seguro que sí!.
fte: vivos y despiertos.
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