la Depresión
La Depresión
La depresión es una de las respuestas posibles del ser humano frente a un acontecimiento, ya sea real o imaginario, que se caracteriza por un sentimiento de impotencia física y mental para superarlo.
En su origen, la angustia frente al acontecimiento. Esta emoción, puede hacernos reaccionar de varias maneras, o hacemos frente (lucha), huimos o nos deprimimos, en muchos casos vamos a dudar de nuestra capacidad para hacer frente a las circunstancias y basculamos del uno al otro. La depresión se instala cuando nuestros esquemas mentales no nos permiten otras respuestas que la postración, la impotencia, la tristeza, cuando no tenemos ninguna respuesta eficaz y no podemos huir ni combatir. Nos da la impresión de que nos hundimos en arenas movedizas y que no podemos hacer nada, que si nos movemos aún es peor, nos hundimos más deprisa.
Todos nos sentimos deprimidos alguna vez en nuestra vida, frente a un acontecimiento que nos parece insuperable, ya sea porque realmente lo es o simplemente porque nos lo parece, en ambos casos todo depende en gran parte de nuestro punto de vista, de como nos situamos frente al acontecimiento, de nuestras posibilidades físicas y mentales para superarlo, ya sean reales o imaginarias.
Causas reales
La perdida de un ser querido, del trabajo, una situación difícil en nuestra vida familiar, conyugal, laboral, económica, etc., basta con que nos sintamos incapaces de hacer frente o de poder escapar y la depresión llama a nuestra puerta. Hay que reconocer que hay situaciones difíciles en la vida, a las que no sabemos como hacer frente o como escapar, pero eso no significa que no haya solución. En muchas ocasiones nuestra educación, nuestra herencia sociocultural, nos juega malas pasadas, nuestro inconsciente está repleto de "eso no se hace", de "cómo te atreves", de "eres un(a) incapaz" y otras tantas "perlas" que sin que lo sepamos nos sumen en la imposibilidad de acción, en la depresión.
Causas imaginarias
Cualquier pensamiento o sentimiento negativo de generalización (no soy capaz), cualquier proceso imaginario de anticipación negativo (no voy a poder) sobre un acontecimiento que por supuesto aún no ha ocurrido, la creencia de que no podremos sobreponernos a un acontecimiento de pérdida, problemas familiares, trabajo, etc. que aún no ha ocurrido, cuando nos sentimos incapaces de hacer frente y la angustia comienza a ganarnos, sin que las cosas hayan ocurrido y ya estamos provocándonos un estado depresivo, nuestra imaginación nos juega malas pasadas.
¿Cómo salir de un estado depresivo?
En los casos graves la ayuda de un psiquiatra es obligatoria, sobretodo si la depresión persiste y nos pone en peligro (tendencias suicidas). Los antidepresivos funcionan muy bien y aunque no sean una solución definitiva pueden ayudarnos a salir de un mal paso.
El entorno
La familia, amistades, etc. pueden contribuir mejorando o agravando nuestro estado depresivo, ¿se nos considera valido, capaz, suficiente? ¿Nos dejan un espacio y un tiempo necesarios para que hagamos las cosas por nosotros mismos, a nuestro ritmo y en la medida de nuestras posibilidades o nos consideran incapaces e intentan hacer las cosas en nuestro lugar? ¿Nos conviene? ¿Se ocupan de nosotros hasta el punto de hacernos sentir aún más inútiles? Nos estimulan hasta lo insoportable, la agresión (¡muévete de una vez!) con buenas intenciones, pero nos hacen sentir aún más incapaces. Se apiadan de nosotros porque nos quieren, pero eso hace que nos sintamos aún peor.
¿Cómo ayudar a un depresivo?
Las relaciones con su entorno pueden mejorar o agravar el estado de un depresivo, mejorando la buena imagen de sí o reforzando el estado depresivo.
A través de nuestras preguntas podemos mejorar, o agrabar su estado: una misma pregunta puede ser positiva si el deprimido la integra como algo positivo o negativo si viene a reforzar su estado depresivo, hacer las preguntas necesita un tacto enorme, se trata de mejorar los esquemas y la articulación del pensamiento, no de atosigar.
Ejemplos
No puedo. ¿No puedes qué, cómo? El tono en la pregunta es muy importante. ¿Hay cosas que puedes?
No podré. ¿Hay cosas que creías no poder y que has conseguido? Intentar rememorarse esas situaciones. ¿No podrás qué y cuando? ¿Por qué crees que no podrás? ¿Ya lo has intentado?
¿En qué situación concreta creías no poder y has podido? ¿Recuerdas lo agradable que fue?
Reforzando los esquemas mentales positivos, rememorándolos, ganamos terreno sobre la depresión. La pregunta ha estado bien hecha si la respuesta es positiva.
El sentido del humor
El humor puede ayudar a un deprimido a salir del circulo vicioso de la depresión, si somos capaces de hacer reír a un deprimido le haremos salir de su estado depresivo, reír es huir, cambiar de registro mental, es liberarse de la angustia escapando de ésta.
La imagen de sí mismo
El depresivo tiene una mala imagen de sí mismo, de su cuerpo y de sus posibilidades, en los casos graves puede no sentirse capaz de pelar una patata, el cuerpo no responde, la sola idea de entrar en acción nos provoca angustia, porque no nos sentimos capaces, aunque lo seamos.
Para recuperar una imagen válida de nuestro cuerpo y de sus posibilidades podemos iniciarnos en la relajación, tomar un baño, nadar, andar, tomar el sol, bailar, etc., se trata de informar a nuestro cerebro para que tomemos conciencia de nuestro cuerpo.
Mejorar la imagen física, peluquería, maquillaje, manicura, vestidos, etc.
Sentir nuestro cuerpo y sentirnos útiles a través de él, haciendo pequeños trabajos domésticos, poniendo un poco de orden, haciendo la limpieza, pequeños trabajos de bricolage, etc., se trata de que esta actividad sea una experiencia positiva, que nos informa de nuestras posibilidades reales, porque todos las tenemos.
Elaborar una lista de lo que somos capaces de hacer, de las situaciones que hemos superado, de las sensaciones agradables que somos capaces de sentir, puede ayudarnos a retomar confianza en nosotros mismos. Es conveniente hacerlo con una persona que nos conoce o mejor aún que nos quiere, su opinión es importante. Un amigo lo es en gran parte porque nos considera válidos como persona, llamar a su puerta para que nos recuerde el por qué, puede sernos de gran ayuda.
Depresión de conveniencia
Cuando el hecho de sentirnos deprimidos nos atrae la atención y los cuidados de los demás, corremos el riesgo de acomodarnos a la situación. Los demás nos consideran incapaces, impotentes y hacen lo que pueden por ayudarnos. Si esta situación nos conviene, porque nos evita correr riesgos, hacer frente, movernos, estamos entrando en una depresión de conveniencia, nos dejamos infantilizar, pero vivimos una vida muy por debajo de nuestras posibilidades; ¿es lo que queremos?
La mejor manera de escapar de la depresión es la acción eficaz, la depresión proviene de la imposibilidad de realizar acciones eficaces, poco importa que sea real o aprendido, que nos creamos incapaces o que lo seamos.
http://www.elrefugiodelaplaya.com/vivir/salud/depresion.htm
La depresión es una de las respuestas posibles del ser humano frente a un acontecimiento, ya sea real o imaginario, que se caracteriza por un sentimiento de impotencia física y mental para superarlo.
En su origen, la angustia frente al acontecimiento. Esta emoción, puede hacernos reaccionar de varias maneras, o hacemos frente (lucha), huimos o nos deprimimos, en muchos casos vamos a dudar de nuestra capacidad para hacer frente a las circunstancias y basculamos del uno al otro. La depresión se instala cuando nuestros esquemas mentales no nos permiten otras respuestas que la postración, la impotencia, la tristeza, cuando no tenemos ninguna respuesta eficaz y no podemos huir ni combatir. Nos da la impresión de que nos hundimos en arenas movedizas y que no podemos hacer nada, que si nos movemos aún es peor, nos hundimos más deprisa.
Todos nos sentimos deprimidos alguna vez en nuestra vida, frente a un acontecimiento que nos parece insuperable, ya sea porque realmente lo es o simplemente porque nos lo parece, en ambos casos todo depende en gran parte de nuestro punto de vista, de como nos situamos frente al acontecimiento, de nuestras posibilidades físicas y mentales para superarlo, ya sean reales o imaginarias.
Causas reales
La perdida de un ser querido, del trabajo, una situación difícil en nuestra vida familiar, conyugal, laboral, económica, etc., basta con que nos sintamos incapaces de hacer frente o de poder escapar y la depresión llama a nuestra puerta. Hay que reconocer que hay situaciones difíciles en la vida, a las que no sabemos como hacer frente o como escapar, pero eso no significa que no haya solución. En muchas ocasiones nuestra educación, nuestra herencia sociocultural, nos juega malas pasadas, nuestro inconsciente está repleto de "eso no se hace", de "cómo te atreves", de "eres un(a) incapaz" y otras tantas "perlas" que sin que lo sepamos nos sumen en la imposibilidad de acción, en la depresión.
Causas imaginarias
Cualquier pensamiento o sentimiento negativo de generalización (no soy capaz), cualquier proceso imaginario de anticipación negativo (no voy a poder) sobre un acontecimiento que por supuesto aún no ha ocurrido, la creencia de que no podremos sobreponernos a un acontecimiento de pérdida, problemas familiares, trabajo, etc. que aún no ha ocurrido, cuando nos sentimos incapaces de hacer frente y la angustia comienza a ganarnos, sin que las cosas hayan ocurrido y ya estamos provocándonos un estado depresivo, nuestra imaginación nos juega malas pasadas.
¿Cómo salir de un estado depresivo?
En los casos graves la ayuda de un psiquiatra es obligatoria, sobretodo si la depresión persiste y nos pone en peligro (tendencias suicidas). Los antidepresivos funcionan muy bien y aunque no sean una solución definitiva pueden ayudarnos a salir de un mal paso.
El entorno
La familia, amistades, etc. pueden contribuir mejorando o agravando nuestro estado depresivo, ¿se nos considera valido, capaz, suficiente? ¿Nos dejan un espacio y un tiempo necesarios para que hagamos las cosas por nosotros mismos, a nuestro ritmo y en la medida de nuestras posibilidades o nos consideran incapaces e intentan hacer las cosas en nuestro lugar? ¿Nos conviene? ¿Se ocupan de nosotros hasta el punto de hacernos sentir aún más inútiles? Nos estimulan hasta lo insoportable, la agresión (¡muévete de una vez!) con buenas intenciones, pero nos hacen sentir aún más incapaces. Se apiadan de nosotros porque nos quieren, pero eso hace que nos sintamos aún peor.
¿Cómo ayudar a un depresivo?
Las relaciones con su entorno pueden mejorar o agravar el estado de un depresivo, mejorando la buena imagen de sí o reforzando el estado depresivo.
A través de nuestras preguntas podemos mejorar, o agrabar su estado: una misma pregunta puede ser positiva si el deprimido la integra como algo positivo o negativo si viene a reforzar su estado depresivo, hacer las preguntas necesita un tacto enorme, se trata de mejorar los esquemas y la articulación del pensamiento, no de atosigar.
Ejemplos
No puedo. ¿No puedes qué, cómo? El tono en la pregunta es muy importante. ¿Hay cosas que puedes?
No podré. ¿Hay cosas que creías no poder y que has conseguido? Intentar rememorarse esas situaciones. ¿No podrás qué y cuando? ¿Por qué crees que no podrás? ¿Ya lo has intentado?
¿En qué situación concreta creías no poder y has podido? ¿Recuerdas lo agradable que fue?
Reforzando los esquemas mentales positivos, rememorándolos, ganamos terreno sobre la depresión. La pregunta ha estado bien hecha si la respuesta es positiva.
El sentido del humor
El humor puede ayudar a un deprimido a salir del circulo vicioso de la depresión, si somos capaces de hacer reír a un deprimido le haremos salir de su estado depresivo, reír es huir, cambiar de registro mental, es liberarse de la angustia escapando de ésta.
La imagen de sí mismo
El depresivo tiene una mala imagen de sí mismo, de su cuerpo y de sus posibilidades, en los casos graves puede no sentirse capaz de pelar una patata, el cuerpo no responde, la sola idea de entrar en acción nos provoca angustia, porque no nos sentimos capaces, aunque lo seamos.
Para recuperar una imagen válida de nuestro cuerpo y de sus posibilidades podemos iniciarnos en la relajación, tomar un baño, nadar, andar, tomar el sol, bailar, etc., se trata de informar a nuestro cerebro para que tomemos conciencia de nuestro cuerpo.
Mejorar la imagen física, peluquería, maquillaje, manicura, vestidos, etc.
Sentir nuestro cuerpo y sentirnos útiles a través de él, haciendo pequeños trabajos domésticos, poniendo un poco de orden, haciendo la limpieza, pequeños trabajos de bricolage, etc., se trata de que esta actividad sea una experiencia positiva, que nos informa de nuestras posibilidades reales, porque todos las tenemos.
Elaborar una lista de lo que somos capaces de hacer, de las situaciones que hemos superado, de las sensaciones agradables que somos capaces de sentir, puede ayudarnos a retomar confianza en nosotros mismos. Es conveniente hacerlo con una persona que nos conoce o mejor aún que nos quiere, su opinión es importante. Un amigo lo es en gran parte porque nos considera válidos como persona, llamar a su puerta para que nos recuerde el por qué, puede sernos de gran ayuda.
Depresión de conveniencia
Cuando el hecho de sentirnos deprimidos nos atrae la atención y los cuidados de los demás, corremos el riesgo de acomodarnos a la situación. Los demás nos consideran incapaces, impotentes y hacen lo que pueden por ayudarnos. Si esta situación nos conviene, porque nos evita correr riesgos, hacer frente, movernos, estamos entrando en una depresión de conveniencia, nos dejamos infantilizar, pero vivimos una vida muy por debajo de nuestras posibilidades; ¿es lo que queremos?
La mejor manera de escapar de la depresión es la acción eficaz, la depresión proviene de la imposibilidad de realizar acciones eficaces, poco importa que sea real o aprendido, que nos creamos incapaces o que lo seamos.
http://www.elrefugiodelaplaya.com/vivir/salud/depresion.htm
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