Los 5 Mitos Acerca de la Iluminación - por Michael Jeffreys
1. La iluminación es un largo viaje que toma muchos años, décadas, o incluso toda una vida.
La iluminación consiste en darte cuenta que lo que eres, es lo que
siempre has sido y de hecho, no puede evitar ser Consciencia pura. Que
tú no eres la ‘auto-imagen’ que tienes acerca de ti mismo, ni tus
pensamientos, o incluso tu cuerpo. Más bien, tu naturaleza original, tu
esencia no condicionada, es la Presencia Consciente atemporal.
Debido a que esto es completamente lo que ya eres, no puedes ‘hacer’
nada para llegar ahí. Por lo tanto, el viaje hacia la iluminación es
uno sin distancia. Una analogía sería: ¿qué distancia necesitaría
recorrer el océano para encontrar agua? La respuesta es: ninguna
distancia. Éste simplemente necesitaría reconocer claramente lo que ya
es.
La razón por la que es tan difícil despertar a nuestra
naturaleza original infinita es porque se nos ha dicho/condicionado
desde que nacimos, que somos nuestro cuerpo y/o la imagen que tenemos de
nosotros mismos en nuestra mente, es decir, nuestra ‘auto-imagen.’ No
somos eso. ¿Qué es lo que somos? Somos ESO que en silencio observa o
está CONSCIENTE de todo lo que experimentamos. Esto incluye todos los
pensamientos, sentimientos, sensaciones, imágenes y percepciones que
surgen dentro, al igual que ‘el mundo exterior’ (de hecho, podríamos
decir que no estamos en el mundo, sino que ¡el mundo está en nosotros!).
Por ejemplo, ¿cómo sabes que tienes un cuerpo? Lo sabes porque estás
consciente de él. ¿Cómo sabes que tienes pensamientos? Lo sabes porque
estás consciente de ellos. En pocas palabras, tu naturaleza es la
CONSCIENCIA misma.
2. Estaré iluminado en cuanto aprenda a detener mis pensamientos.
Este es un error muy común. La realidad es que no necesitas que
tus pensamientos se detengan para despertar, sólo tienes que dejar de
identificarte con ellos. Sin embargo, esto no es tan fácil porque la
mayoría de nosotros nos hemos pasado la vida haciendo justamente eso. La
clave está en observarlos, observarlos silenciosamente. Observa el
espacio que hay entre tú y el pensamiento que surge y date cuenta que tú
estás presente antes que el pensamiento, durante el pensamiento, y
después del pensamiento, entonces, el pensamiento no puede ser tú. De
hecho, ¿acaso no estás absolutamente presente incluso cuando ningún
pensamiento está surgiendo?
3. La iluminación significa que me liberaré del ego.
El ego es necesario para la supervivencia del cuerpo, y es lo que
nos indica cuándo huir del peligro o cuándo debemos defendernos. Sin
embargo, a pesar de que en raras ocasiones nos encontramos en
situaciones reales de vida o muerte, el ego aborda cualquier disturbio
psicológico con esta misma respuesta de lucha o huida. Si alguien nos
insulta o se nos mete en el tráfico, el ego entra en acción sintiéndose
amenazado.
La clave está en ver que no somos nuestro ego. A través de
observarlo cuando se pone en acción podemos ir ganando un poco de
espacio entre nosotros y él. Cuanto más espacio, menos atracción
generará sobre nosotros. Muy pronto, el ego se empieza a sentir como un
niño mimado que siempre está quejándose y lloriqueando porque quiere lo
que quiere cuando quiere. El mantra del ego es: ‘¡Yo, yo, yo!’
En lugar de enojarnos con ‘el niño’, podemos empezar a amarlo y
asegurarle que está a salvo. Al no tomar nuestro ego tan en serio,
literalmente nos empezamos a relajar. De nuevo, no necesitas deshacerte
del ego - ver con claridad que no es lo que tú eres, es más que
suficiente.
4. Una vez que me ilumine, mi vida estará libre de problemas.
Cuando despiertas, no es que sólo cosas ‘positivas’ vengan a tu
vida, más bien es que has dejado de etiquetarlas como positivas y
negativas porque todo es visto ahora como la Vida desplegándose
exactamente tal y como se despliega. Te das cuenta que no tienes el
control de la Vida, que la Vida es, y que no estás separado de la Vida.
(Incluso si nos sentimos separados, eso no lo hace así. Una ola podría
sentirse separada del océano todo lo que quiera, sin embargo, eso no
significa que lo esté.) Y así aprendes a confiar plena y completamente
en la Vida. Aprendes a ‘fluir’ y a disfrutar del viaje. Una montaña rusa
tiene ALTAS y BAJAS. ¡No puedes tener una con sólo ALTAS!
A medida que envejecemos, nos damos cuenta que la vida pasa
demasiado rápido, por lo que el impulso de estar lloriqueando y
quejándonos de cada insignificancia, de repente se convierte en un
desperdicio de energía - energía que a veces damos por hecho.
Recuerda, todo el mundo es un buen capitán cuando la mar está
en calma… así que mejor no huyamos de las tormentas… Podemos ver una
tormenta como un problema completamente insuperable o como un desafío
para llegar a lo más profundo y descubrir de lo que estamos hechos
realmente. Como dice el refrán, ‘los barcos no fueron diseñados para
permanecer en puerto’.
Independientemente del resultado de la situación, aprenderás algo
acerca de ti mismo que no sabías. Y cuando despiertes, serás consciente
de que lo que eres, en tu centro, jamás podrá ser dañado. Como el
Bhagavad Gita dice con respecto a tu verdadera naturaleza:
“Una espada no puede cortar ESO, tampoco el fuego puede quemar ESO;
el agua no puede mojar ESO, tampoco el viento puede secar ESO.”
5. Sabré que estoy iluminado porque me sentiré dichoso todos los días.
Aunque la dicha o la felicidad suprema es una experiencia
maravillosa, como toda experiencia, es algo que viene y va. La idea de
que estar iluminado significa ser dichoso todo el tiempo, simplemente no
es verdad. Despertar significa ser plenamente auténtico con el momento
presente, APAREZCA LO QUE APAREZCA.
Ya que el ser iluminado no se encuentra viviendo en el pasado
ni en el futuro, tiene la capacidad de acoger incondicionalmente
cualquier pensamiento, sentimiento, sensación o emoción que esté
surgiendo en el momento presente. Entonces, por ejemplo, si ve que un
animal está siendo maltratado por un humano, podría de hecho llorar al
presenciar un acto tan inconsciente. Lo que descubrimos es que nosotros
somos ese ESPACIO para cualquier experiencia que esté sucediendo en este
momento.
Algunas consideraciones finales…
Es importante darte cuenta que no puedes localizar a la Consciencia,
sólo puedes SER eso. Al igual que un ojo puede ver todo, menos a sí
mismo, cualquier cosa de lo que la Consciencia sea consciente, no es
ESO. Porque desde el momento en que dices ‘esto’ es Consciencia,
entonces tendrías que preguntarte, ¿qué es lo que está consciente de
eso? ¿Ves el dilema?
Y así, en el Vedanta Advaita el término sánscrito, “neti neti,” que
significa ‘ni esto, ni aquello’ se utiliza a menudo como una práctica
para encontrar el camino de regreso a casa. Por ejemplo, podrías ver un
árbol y preguntar, ‘¿Soy el árbol, o lo que está consciente de él?’ Ya
que tú estás consciente del árbol, sabes entonces, que no podrías ser el
árbol. Y puedes hacer esto con cada objeto en el que aterricen tus
ojos, incluyendo tu cuerpo.
Al principio, la mente tratará de decir, ‘¡Pero ‘yo’ estoy
consciente de esto!’ Sin embargo, cuando tienes que preguntar, ‘¿Y qué
es lo que conoce o está consciente de este ‘yo’ que afirma conocer el
árbol? Y la mente dice, ‘¡Yo!’ Y tú preguntas, ‘¿Y quién está consciente
de este ‘yo?’ Si sigues preguntando, ‘¿Y qué es lo que está consciente
de eso?’ ante cualquier respuesta que se le ocurra a la mente, con el
tiempo, ésta pierde el interés al darse cuenta que se ha quedado sin
respuestas. Y así, terminas quedándote en silencio.
La clave es que tienes que hacer este ejercicio, realmente, de
tal forma que el entendimiento intelectual termine siendo experiencial.
Esto se conoce, no a través de creer en lo que los demás te digan, sino a
través de confirmarlo con tu propia experiencia directa. Y si lo haces
una y otra vez, se hará absolutamente obvio que cualquier cosa de la que
estés consciente, no puede ser lo que tú eres. Y de pronto, podrías
caer en la cuenta de que lo que siempre estuviste buscando era ESO que
está llevando a cabo la búsqueda… y entonces descansas en/como eso.
Fte: http://presenciaconsciente.tumblr.com/
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