¡No vas a encajar, nunca! , Jeff Foster
¡No vas a encajar, nunca! Acéptalo. Nunca vas a encajar. ¡Y eso es algo maravilloso! Y existe una muy buena razón por la cual nunca encajarás. No hay tal cosa como 'encajar'. Mira, los objetos encajan. Las cosas encajan. Las piezas de concreto encajan en los agujeros. Los bloques de madera en sus contenedores. Los humanos no pueden encajar, a menos que se hayan reducido a sí mismos a bloques, a piezas; a menos que se hayan entumecido ante la vida, ante la aventura y ante la siempre presente posibilidad de transformación. Los humanos se relacionan. Los humanos sienten. Los humanos experimentan la vida de primera mano, tocan la vida en donde ésta se está dando, tienen actitudes y perspectivas que están siempre cambiando; impulsos y deseos que están en constante transformación. Algo que está vivo y lleno de vitalidad no puede 'encajar', independientemente del gran esfuerzo que se haga. Justo ahí está la trampa y la libertad. ¿El secreto? Todo el