La Humildad
Uno de los pilares de la fortaleza del ser humano, es la liberación del ego y la manifestación de la humildad. La humildad es uno de los más fuertes valores que un ser evolucionado puede llegar a mostrar.
Humildad es dejar que cada uno siga su ritmo, pero estar ahí para cuando se te necesite.
Humildad es reconocer los principios espirituales en cada corazón. Humildad es no querer convencer a nadie conforme tu actitud y visión de la vida es la mejor.
Humildad es dejar que cada uno se exprese y tú veas en ellos el camino que están siguiendo sabiendo qué necesitan para cuando puedan llegar a venir ante ti.
Es sentir la compasión y el respeto por cada uno de los que te rodean, sabiendo que su camino coincide con el tuyo y que en algún momento os encontraréis sabedores que lo que ha hecho uno en esta encarnación le ha ayudado al otro a seguir adelante.
Por eso, sin ruido ni vanidad, cada uno ha hecho en silencio lo mejor para sí mismo, sabiendo que también era lo mejor para uno mismo. Humildad significa darte cuenta que nada te pertenece y que a la vez, todo te es dado Aquí y Ahora. Entonces, ¿por qué preocuparnos?
Humildad es una actitud ante la vida que refleja que nosotros somos parte de la Creación amorosa y que a nada debemos temer porque todo está en el lugar adecuado y se está produciendo en el momento perfecto. Sabiendo esto, ¿por qué preocuparnos?
Humildad es reconocer tu poder interior y aceptar la vida tal como se te presenta sabiendo que cualquier supuesta adversidad que en ésta pueda presentarse, es temporal y aleccionadora. Abrir el corazón y ver la vida con sus ojos, nos permitirá darnos cuenta de que nuestra existencia no es como nos han dicho que era, sino que se encuentra en un Plan Superior, inmensamente amoroso donde cada uno puede elevar su alma al despertar su conciencia.
Humildad es la predisposición adecuada para llegar a las respuestas que tanto anhelamos. Dejando el ego a un lado nos adentraremos más rápidamente en el sendero de la sabiduría, y cuanto más nos adentremos, más nos daremos cuenta de la importancia y el poder que tiene la presencia de la humildad.
Reconocer es el primer paso para la sanación. Sanando, nos elevaremos y equilibraremos, no solo nosotros, sino todos aquellos que nos rodean, porque todos estamos unidos a través de nuestras almas. Somos parte de un puzzle donde cada uno necesita al otro para que la grandeza de la creación sea completa.
Humildad representa reconocer tu aportación a la humanidad y al planeta, sabiendo que los demás te ayudarán, a la vez, a seguir con tu camino. Humildad es reconocer tu divinidad y aceptar a cada uno tal como es, sin imponer. Esta es la grandeza de un ser evolucionado.
Humildad es poder, no debilidad. Humildad es reconocimiento, unidad, no separación.
Humildad es integridad, mostrándote tal como eres según tu naturaleza, tu verdadera naturaleza.
La humildad es un don apreciado hoy en día por los seres humanos. Valoramos cuando lo vemos, porque inconscientemente nos recuerda que ésta es nuestra naturaleza, y que tal vez yo no la estoy mostrando como quisiera.
Humildad es una puerta de esperanza para el nuevo ser que deslumbra en la discreción haciéndonos ver la grandeza de nuestro Ser y el reconocimiento de nuestra divinidad, de nuestra naturaleza espiritual.
Con la humildad uno fluye mejor por la vida y aporta un grado mayor de felicidad y deleite ante las cosas pequeñas de nuestro día a día. Humildad es la fuerza de tu sabiduría y tu Ser.
(Jordi Morella)
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