Adiós, culpabilidad
Existen 3 tipos básicos de culpabilidad, la natural, o el remordimiento por un mal ocasionado o un bien que dejaste de hacer; la tóxica, que es la sensación interna de no ser buena persona; y la existencial, que consiste en un sentimiento negativo consecuencia de las injusticias que percibes a tu alrededor.
CULPABILIDAD NATURAL
Supón que te sientes culpable por algo inmediato y específico, por ejemplo haberle mentido a una persona querida. Es lo que llamo culpabilidad natural. Está relacionada con los actos realizados en el momento presente. Puede resultar terriblemente dolorosa, sobre todo si se ha ocasionado un daño serio. Pero aunque lo que hayas hecho sea relamente malo, puede repararse. Puedes pedir perdón, enmendar el daño causado y cambiar tu comportamiento. Y cuando lo hayas reparado la culpabilidad debería desaparecer.
La culpabilidad natural tiene una finalidad funcional, y está bien implantada en el sistema nervioso. Es una alarma interna que nos ayuda a identificar un comportamiento poco ético. Algunos sociólogos creen que la culpabilidad natural procede de nuestra capacidad para empatizar con el sufrimiento ajeno, y es una de las razones por las que tenemos seguridad social y movimientos de justicia en casi todos los países.
Cuando tienes una relación saludable con tu culpabilidad personal, los sentimientos no te generan angustia, si no que los utilizas como señales indicativas para cambiar tu comportamiento.
El remordimiento por no llamar a un amigo desaparece llamándole. El de gastar demasiado dinero siendo comedido. Y si tu mala conciencia es por algo que no puedes cambiar, como la de la madre trabajadora que no puede recoger todos los días a su hijo del colegio, intentas pasar mas tiempo de otra forma.
Dicho esto, la culpabilidad natural tiene un lado oscuro porque suele convertirse en un instrumento de control social y parental. Pero no son solo los padres quienes manipulan valiéndose de un sentimiento de culpabilidad. Todos lo hacemos de vez en cuando. ¿No te has sentido culpable cuando un amigo vegetariano te ha "pillado" comiendo salmón?
En realidad, cuando la culpabilidad natural se utiliza como arma arrojadiza o como castigo, puede convertirse inmediatamente en algo tóxico. Esto ocasiona un estado de sufrimiento que yo llamo culpabilidad tóxica, que es el sentimiento perverso de considerarse "mala persona" porque hayas fallado en alguna cosa.
CULPABILIDAD TÓXICA
La culpabilidad tóxica se manifiesta como un sentimiento generalizado que no tiene una causa específica. Este tipo de culpabilidad indefinida es el más difícil de tratar, porque es consecuencia de ciertas pautas implantadas en el subconsciente, o samskaras. ¿Cómo expiar tu pecado o perdonarte por algo cuando no sabes qué es lo que has hecho realmente, o cuando crees que lo que hiciste es algo completamente irreparable?
Los textos yóguicos como el Bhagavad Gita y el Yoga Sutra no hablan de una culpabilidad específica, aunque sí se refieren ampliamente al pecado y al karma, indicando como reparar el mal ocasionado.
Pero aunque la culpabilidad tóxica no sea mencionada de forma expresa en la mayoria de los textos tradicionales del yoga, las enseñanzas yóguicas ofrecen gran ayuda.
Necesitamos trabajar con la culpabilidad tóxica, no sólo para aliviar el dolor que ocasiona, sino también porque los sentimientos negativos acumulados aparecen ante cualquier trasgresión realizada, por pequeña que sea, generando un malestar, desproporcionado respecto a la ofensa cometida.
La gente suele experimentar la culpabilidad tóxica de dos formas diferentes. Una de ellas podría considerarse como un aspecto de tu personalidad: un sentimiento que puede surgir espontáneamente en la conciencia en ciertos momentos, creando una sensación de desmérito y poca valía. Si soportas una carga de culpabilidad tóxica, no es necesario que hagas algo malo para que se active; simplemente basta un desliz en el trabajo o una pelea con un ser querido. Es importante aprender a reconocer esos sentimientos para que dejen de programar tu respuesta interior.
RAÍCES DE LA CULPABILIDAD
La culpabilidad tóxica suele tener sus raíces en la infancia. Las faltas que tus padres o profesores consideraron una gran ofensa, por ejemplo, pueden hacerte sentir culpable sin un motivo real.
Algunos creyentes de la doctrina de la reencarnación consideran la culpabilidad tóxica como el residuo kármico de los actos de las vidas pasadas que se mantienen en nuestro sistema. Un antiguo texto de yoga tibetano llamado laRueda de las Armas Afiladas ofrece algunas soluciones. Muchas de la prácticas yóguicas purificadoras, especialmente los cantos y la repetición de mantras, el servicio desinteresado (karma yoga) y las ofrendas, se consideran una medicina para curar estos sentimientos de culpabilidad.
Pero la culpabilidad tóxica también puede ser causa de un daño que hayas infligido. Cuando traicionas a un amigo o te niegas a perdonar una ofensa, puedes acumular en tu sistema esa culpabilidad difusa. (...)
Cuando sufres este tipo de culpabilidad perversa, cualquier infracción que cometas en el momento presente será tan pesada, debido a los sentimientos acumulados de culpabilidad, que te llegará a paralizar.
CULPABILIDAD EXISTENCIAL
Tu sentimiento de culpabilidad tbn puede ser social o politico. Puedes sentirlo cuando ves el sufrimiento de minorias étnicas o reconoces el privilegio radical de tu vida en comparación con las vidas de los demás. La culpabilidad existencial es bastante real e incluso razonable. ¿Por qué? Porque no existe forma de vivir en este mundo que no ejerza algún tipo de impacto negativo en los demás. A veces, los recursos naturales que utilizamos para vivir, aunque sean sencillos, implican que esos mismos recursos no estén disponibles para los demás.
Hace años, una mujer bella y rica le contó a uno de mis profesores que sufría una gran culpabilidad y depresión. Mi profesor de preguntó: "¿Qués has hecho en tu vida? ¿Alguna vez has dado las gracias a un árbol?".
La pregunta de mi profesor me parece tan sabia que no la he olvidado en años. El complejo de culpabilidad de esa mujer era en parte existencial, y la culpabilidad existencial sólo puede remediarse haciendo ofrendas incondicionales a la vida. Como aquella mujer, la mayoría que leemos esta revista vivimos en un entorno privilegiado, utilizamos productos negados a una gran mayoría de la población de este planeta. Podemos entender por qué una persona siente en su vida una carga de culpabilidad existencial.
Los sabios védicos, cuyo conocimiento es la raíz de las tradiciones yóguicas, enseñaron que todos tenemos ciertas deudas básicas con nuestros ancestros, con la tierra, con Dios, y con todos los que nos han ayudado. Cuando no pagas esas deudas, sufres de culpabilidad existencial.
La sociedad moderna, con su intenso individualismo, famílias desestructuradas, consumismo y actitud a la defensiva frente a la espiritualidad, invita a la culpabilidad existencial, simplemente porque muchos de nosotros no sabemos que hacer para honrar la vida. No estoy hablando solo de una práctica consciente medioambiental, sinó también de prácticas de corazón como invitar a cenar a los vecinos; compartir con los pobres; cuidar de los animales; servir a la comunidad y donar parte de tus rentas; cuidar de los ancianos y los huérfanos.
YOGA JOURNAL
Sabiduría. Por Sally Kempton
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