Adicciones
El comportamiento adictivo es otra manera de decir que uno no sirve. Cuando nos encontramos atrapados en este tipo de comportamiento, estamos intentando escapar de nosotros mismos. No podemos estar en contacto con nuestros sentimientos. Algo de lo que en este momento creemos, decimos o hacemos es demasiado doloroso para que podamos mirarlo de frente, y por eso comemos o bebemos en exceso, nos dejamos arrastrar por un comportamiento sexual compulsivo, nos atiborramos de píldoras, gastamos dinero que no tenemos y mantenemos relaciones amorosas denigrantes.
Amarse y aprobarse cada cual a sí mismo, confiar en el proceso de la vida y sentirse seguro porque uno conoce el poder de su propia mente son cosas sumamente importantes cuando se trabaja con comportamientos adictivos. Mis experiencias con adictos me han demostrado que la mayoría de ellos son personas que comparten un profundo odio hacia sí mismas. Son muy rígidos e intolerantes consigo mismos. Día tras día, se auto castigan ¿Por qué? Porque en alguna época, cuando eran niños, aceptaron la idea de que no servían, de que eran malos y necesitaban que los castigaran. Cuando llevan consigo abusos físicos, emocionales o sexuales, las vivencias de la primera infancia contribuyen a ese odio. La sinceridad, el perdón, el amor a uno mismo y una disposición a vivir en la verdad pueden ayudar a sanar esas tempranas heridas y conseguir que la persona adicta encuentre un respiro ante su comportamiento compulsivo. Además, creo que otro rasgo de la personalidad adictiva es el miedo. Hay un miedo enorme a dejarse ir a relajarse y confiar en el proceso vital. En tanto que sigamos creyendo que el mundo es un lugar peligroso, donde la gente y las situaciones están a la espera de poder «echarnos mano», esa creencia se convertirá en nuestra realidad.
.¿Estás dispuesto a renunciar a las ideas y creencias que no te sirven de apoyo ni te nutren?
Ejercicio: Libérate de tus adicciones
Aquí es donde se produce el cambio: precisamente aquí y ahora, ¡en nuestra propia mente! Haz algunas inspiraciones profundas, cierra los ojos y piensa en la persona, el lugar o la cosa objeto de la adicción. Estás tratando de componer lo que crees que está mal dentro de tí, aferrándote a algo que está fuera. El punto de poder está en el momento presente, y hoy puedes iniciar el cambio.
Puedes dar un primer paso para liberarte de la necesidad. Di:
«Estoy dispuesto a renunciar a la necesidad de_____________ en mi vida. Renuncio a
ella ahora, y confío en que el proceso de la vida satisfaga mis necesidades.»
Repítelo cada mañana en tu meditación cotidiana y en tus plegarias. Ya has dado un paso más hacia la libertad.
http://www.louisehaychile.cl/2011/01/04/adicciones/
Amarse y aprobarse cada cual a sí mismo, confiar en el proceso de la vida y sentirse seguro porque uno conoce el poder de su propia mente son cosas sumamente importantes cuando se trabaja con comportamientos adictivos. Mis experiencias con adictos me han demostrado que la mayoría de ellos son personas que comparten un profundo odio hacia sí mismas. Son muy rígidos e intolerantes consigo mismos. Día tras día, se auto castigan ¿Por qué? Porque en alguna época, cuando eran niños, aceptaron la idea de que no servían, de que eran malos y necesitaban que los castigaran. Cuando llevan consigo abusos físicos, emocionales o sexuales, las vivencias de la primera infancia contribuyen a ese odio. La sinceridad, el perdón, el amor a uno mismo y una disposición a vivir en la verdad pueden ayudar a sanar esas tempranas heridas y conseguir que la persona adicta encuentre un respiro ante su comportamiento compulsivo. Además, creo que otro rasgo de la personalidad adictiva es el miedo. Hay un miedo enorme a dejarse ir a relajarse y confiar en el proceso vital. En tanto que sigamos creyendo que el mundo es un lugar peligroso, donde la gente y las situaciones están a la espera de poder «echarnos mano», esa creencia se convertirá en nuestra realidad.
.¿Estás dispuesto a renunciar a las ideas y creencias que no te sirven de apoyo ni te nutren?
Ejercicio: Libérate de tus adicciones
Aquí es donde se produce el cambio: precisamente aquí y ahora, ¡en nuestra propia mente! Haz algunas inspiraciones profundas, cierra los ojos y piensa en la persona, el lugar o la cosa objeto de la adicción. Estás tratando de componer lo que crees que está mal dentro de tí, aferrándote a algo que está fuera. El punto de poder está en el momento presente, y hoy puedes iniciar el cambio.
Puedes dar un primer paso para liberarte de la necesidad. Di:
«Estoy dispuesto a renunciar a la necesidad de_____________ en mi vida. Renuncio a
ella ahora, y confío en que el proceso de la vida satisfaga mis necesidades.»
Repítelo cada mañana en tu meditación cotidiana y en tus plegarias. Ya has dado un paso más hacia la libertad.
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