Jeff Foster: Cómo entender el sufrimiento

“Después de todo, incluso en prisión, un hombre puede ser completamente libre.”
- Oscar Wilde

El despertar es la realización de que nada ni nadie puede hacerte sufrir.

Sí, hay un cuerpo, y sí, el dolor físico será experimentado en esta encarnación. Y sí, la gente y los acontecimientos detonarán el viejo dolor en ti, y sí, el miedo, la frustración, la ira, el dolor, la confusión y la alegría incluso insoportable surgirán y serán sentidos. El dolor aquí es inevitable.

Pero el sufrimiento, definido como la resistencia de este momento a sentir dolor, es opcional, y en gran medida innecesario.

Ahora, no queremos condenarnos, ni humillarnos, ni culparnos a nosotros mismos por ‘crear’ nuestro sufrimiento. No, ninguna vergüenza adicional es necesaria, ¡ya nos hemos sentido suficientemente avergonzados! Sin embargo, tampoco queremos jugar a ser víctima de las circunstancias. No queremos perdernos en ningún tipo de historia falsa. Hay un punto medio, donde no negamos nuestro sufrimiento, ni nos hacemos esclavos de él, sino que nos conocemos a nosotros mismos como la Presencia, como ese centro en paz en medio de la tormenta, ese punto en el que el sufrimiento no puede arraigarse.

El sufrimiento se define como la resistencia del momento presente a la manera como son las cosas. El sufrimiento es evitar la vida misma, el intento de cerrarnos a la experiencia presente, el rechazo a permitir que todas las poderosas energías se muevan a través de nosotros en un momento dado. El sufrimiento es retraernos de Dios, el olvido de lo que somos como el inmenso espacio que permite los pensamientos, las sensaciones, los sentimientos a medida que surgen y se disuelven como olas en un vasto océano.

Aquí se encuentra el secreto abierto de cualquier espiritualidad madura: Tú no estás atrapado en los pensamientos, tú eres el espacio para los pensamientos. Tú no eres esclavo de los sentimientos, eres el abrazo que acoge cada sentimiento. Tú no estás atrapado en el dolor, tú eres la capacidad para el dolor, el inmenso Campo inmortal en el que incluso el dolor más intenso es bienvenido a aparecer y desaparecer. Lo que eres nunca aparece o desaparece, y nunca se daña, incluso en medio de la angustia más intensa. Tú eres la Luz que ilumina hasta los momentos más oscuros. Siempre estás Encendido. Eres la Iluminación misma.

Todo sufrimiento contiene una invitación más profunda, entonces: Ser capacidad para este momento, en lugar de ser cautivo de él. Incluso si la libertad externa parece inalcanzable en este momento, incluso si la ‘paz’ parece lejana, ¡conoce tu libertad interior! Recuerda, incluso si no puedes controlar el mundo externo, siempre puedes volverte hacia tu experiencia encarnada inmediata, respirar, sentir tus pies en el suelo y abrazar lo que es, momento a momento. Puedes mirar tu loca mente que chacharea, las sensaciones incómodas en tu cuerpo, cada sonido, cada sabor, cada olor, incluso la resistencia que sientes ahora mismo, incluso la ira o el dolor o la vergüenza… tú puedes ser el espacio para todo ello, el amor que cobija el mundo entero, el corazón abierto y compasivo de meditación…

Jeff Foster

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