Es en estos tiempos, Patricia May
Es
en estos tiempos de enorme perplejidad ante los hechos mundiales y en
Chile que se hace necesario dar sentido y una visión tan amplia que
permita entender todo esto en un proceso mayor.
Estamos en una crisis que en lo medular es espiritual y de sentido.
Lo que está ocurriendo, es un desplome necesario de los frutos de una conciencia en que el ser humano sólo se mira el ombligo sin sentirse parte de una totalidad mayor, humana y planetaria a la cual aporta y sirve.
Un tiempo en que sólo parecen existir los derechos y donde es escasa la razón más noble de dar lo mejor de sí por un mundo mejor.
Ya no se trata solamente de soluciones parche, de más leyes para regular los abusos o las colusiones para obtener más poder económico-político. Lo que necesitamos es una manera más amplia y generosa de comprender el sentido de la vida humana, una mirada espiritual que entienda al ser humano como una entidad trascendente y no sólo material y egoísta, que ponga en el centro de la vida humana el valor de la auto realización enlazada con el aporte generoso por un mundo mejor.
Que eduque en la integridad personal, en la nobleza, en la felicidad de dar y compartir.
En un momento como esto en que estamos hablando de educación es vital poner el tema valórico en el centro.
MAYOR CONCIENCIA, MAYOR VISIÓN, MAS COHERENCIA
Las cosas que han estado saliendo a luz en los últimos tiempos, colusiones de poder, empresas que pagan por influencia política, etc. Nos puede llevar a pensar que estamos en una caída interminable y sin esperanzas para el ser humano y “la casa común” a la que alude el Papa Francisco.
Sin embargo también lo podemos entender como un proceso de despertar de conciencia, como estar “viendo más” la frase común lo dice “salir a luz”, lo que estaba oculto se ve, lo que por mucho tiempo se ha naturalizado sin cuestionamientos, se pone bajo la luz de una mirada más consciente de valores (que parecen estar sembrados en el corazón profundo de lo humano aunque a menudo arrasemos con ellos) como la honestidad, el servicio desinteresado, el bien común.
Esto es interesante, aquello que sale a luz es visto con una mirada ética que nos lleva a rechazar cosas que a un número importante de gente no le hacían ruido.
Vemos más, somos más conscientes y nos sentimos peor, esto es un proceso natural en el despertar de conciencia personal, un proceso indispensable de hacernos cargo de lo que hay en lo profundo de nuestra mente, emociones e intenciones cosas que muchas veces no son buenas y bien intencionadas, sino tóxicas, llenas de miedos, inseguridades o arrogancia y orgullo.
La única manera de dejar de ser gobernados por estas dinámicas ya sea a nivel individual o colectivo es verlas, saber que están, aceptar que están y eso increíblemente las irá aminorando o irán perdiendo poder sobre nosotros.
La negación o la represión sólo las hará acrecentarse, sólo el mirarlas a ojo descubierto y sean evidentes harán que no sean utilizados como mecanismos válidos.
No es posible limpiar la herida si no se des-cubre, desinfecta y eso duele, a nivel personal y colectivo.
Este es el motivo por el cual el proceso interior de despertar sicológico o social no es light, o fácil, sino para valientes que se atreven a ver las cosas de frente, tal cual son, que tienen la osadía de internarse en lo profundo, de ver lo que es más cómodo no enfrentar y hacerse cargo de que somos nosotros mismos quienes creamos nuestra realidad.
Patricia May
Estamos en una crisis que en lo medular es espiritual y de sentido.
Lo que está ocurriendo, es un desplome necesario de los frutos de una conciencia en que el ser humano sólo se mira el ombligo sin sentirse parte de una totalidad mayor, humana y planetaria a la cual aporta y sirve.
Un tiempo en que sólo parecen existir los derechos y donde es escasa la razón más noble de dar lo mejor de sí por un mundo mejor.
Ya no se trata solamente de soluciones parche, de más leyes para regular los abusos o las colusiones para obtener más poder económico-político. Lo que necesitamos es una manera más amplia y generosa de comprender el sentido de la vida humana, una mirada espiritual que entienda al ser humano como una entidad trascendente y no sólo material y egoísta, que ponga en el centro de la vida humana el valor de la auto realización enlazada con el aporte generoso por un mundo mejor.
Que eduque en la integridad personal, en la nobleza, en la felicidad de dar y compartir.
En un momento como esto en que estamos hablando de educación es vital poner el tema valórico en el centro.
MAYOR CONCIENCIA, MAYOR VISIÓN, MAS COHERENCIA
Las cosas que han estado saliendo a luz en los últimos tiempos, colusiones de poder, empresas que pagan por influencia política, etc. Nos puede llevar a pensar que estamos en una caída interminable y sin esperanzas para el ser humano y “la casa común” a la que alude el Papa Francisco.
Sin embargo también lo podemos entender como un proceso de despertar de conciencia, como estar “viendo más” la frase común lo dice “salir a luz”, lo que estaba oculto se ve, lo que por mucho tiempo se ha naturalizado sin cuestionamientos, se pone bajo la luz de una mirada más consciente de valores (que parecen estar sembrados en el corazón profundo de lo humano aunque a menudo arrasemos con ellos) como la honestidad, el servicio desinteresado, el bien común.
Esto es interesante, aquello que sale a luz es visto con una mirada ética que nos lleva a rechazar cosas que a un número importante de gente no le hacían ruido.
Vemos más, somos más conscientes y nos sentimos peor, esto es un proceso natural en el despertar de conciencia personal, un proceso indispensable de hacernos cargo de lo que hay en lo profundo de nuestra mente, emociones e intenciones cosas que muchas veces no son buenas y bien intencionadas, sino tóxicas, llenas de miedos, inseguridades o arrogancia y orgullo.
La única manera de dejar de ser gobernados por estas dinámicas ya sea a nivel individual o colectivo es verlas, saber que están, aceptar que están y eso increíblemente las irá aminorando o irán perdiendo poder sobre nosotros.
La negación o la represión sólo las hará acrecentarse, sólo el mirarlas a ojo descubierto y sean evidentes harán que no sean utilizados como mecanismos válidos.
No es posible limpiar la herida si no se des-cubre, desinfecta y eso duele, a nivel personal y colectivo.
Este es el motivo por el cual el proceso interior de despertar sicológico o social no es light, o fácil, sino para valientes que se atreven a ver las cosas de frente, tal cual son, que tienen la osadía de internarse en lo profundo, de ver lo que es más cómodo no enfrentar y hacerse cargo de que somos nosotros mismos quienes creamos nuestra realidad.
Patricia May
Comentarios