En modo creativo o en modo automático, Juan Antonio Currado
¿Creas tu propio camino o, en automático, estas obedeciendo y recorriendo el camino que tu familia, tus maestros o la sociedad te trazaron?
Para crear nuestro propio camino no se necesita desechar todo lo que recibimos de los otros. Pero si es necesario reconocer cuanto de lo que creemos y pensamos nos es heredado, saber diferenciar que nos sirve y que hoy ya no nos sirve de aquello que nos dieron… para quedarnos con uno y dejar lo otro.
Con frecuencia ocurre que estamos de acuerdo con un valor que nos enseñaron, pero no coincidimos con la forma que nos dijeron que hay que llevar a la práctica ese valor.
Por ejemplo: puede que se haya transmitido el valor de ser “buenos padres” y se enseñó que la única forma de ser “buenos padres” es vivir exclusivamente en función de los hijos y reprimir todo deseo que, en tanto hombre o mujer, se tenga. En tal caso, el valor “ser buenos padres” resulta loable, pero convendrá revisar la forma en la que se quiere vivir ese valor y encontrar la manera propia de ser buenos padres.
Es importante diferenciar el valor, de la forma de ejercer ese valor. Se pude encontrar muchas maneras de preservar un valor, en la medida que no se quede fijo a una única forma de realización.
Cuanto mejor seleccionemos qué de lo que nos transmitieron nos es útil para desplegar plenamente quienes somos, cuando más elijamos en función de lo que “queremos” y no de lo que “debemos”… más posibilidades tendremos de crear caminos a imagen y semejanza nuestra, y no a la de los otros.
Juan Antonio Currado.
Lic. en Psicología, Universidad de Buenos Aires.
Para crear nuestro propio camino no se necesita desechar todo lo que recibimos de los otros. Pero si es necesario reconocer cuanto de lo que creemos y pensamos nos es heredado, saber diferenciar que nos sirve y que hoy ya no nos sirve de aquello que nos dieron… para quedarnos con uno y dejar lo otro.
Con frecuencia ocurre que estamos de acuerdo con un valor que nos enseñaron, pero no coincidimos con la forma que nos dijeron que hay que llevar a la práctica ese valor.
Por ejemplo: puede que se haya transmitido el valor de ser “buenos padres” y se enseñó que la única forma de ser “buenos padres” es vivir exclusivamente en función de los hijos y reprimir todo deseo que, en tanto hombre o mujer, se tenga. En tal caso, el valor “ser buenos padres” resulta loable, pero convendrá revisar la forma en la que se quiere vivir ese valor y encontrar la manera propia de ser buenos padres.
Es importante diferenciar el valor, de la forma de ejercer ese valor. Se pude encontrar muchas maneras de preservar un valor, en la medida que no se quede fijo a una única forma de realización.
Cuanto mejor seleccionemos qué de lo que nos transmitieron nos es útil para desplegar plenamente quienes somos, cuando más elijamos en función de lo que “queremos” y no de lo que “debemos”… más posibilidades tendremos de crear caminos a imagen y semejanza nuestra, y no a la de los otros.
Juan Antonio Currado.
Lic. en Psicología, Universidad de Buenos Aires.
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