Vergüenza, Fanny Libertun
-¿Por qué estás bebiendo? -preguntó el pequeño príncipe. -Para olvidar -replicó el bebedor-. "¿Olvidar, que?"-preguntó el pequeño príncipe, que ya sentía pena por él- "Olvidarme que estoy avergonzado", confesó el bebedor, cabizbajo. -¿Vergüenza de qué? -insistió el pequeño príncipe, que quería ayudarlo. -"¡Vergüenza de beber!" - Antoine de Saint-Exupéry La vergüenza esconde la verdad, entumece los sentimientos y no sirve para mucho, pero es comprensible y aceptable que la sintamos ya que somos seres sociales. El sentirnos avergonzados enuncia lo mucho que los demás nos importan, pero también nos aleja de ellos. No hace falta ocultar que sentimos vergüenza ya que por sí mismo este acto la reforzaría, ese no es entonces un buen camino. Si pudiéramos saber que no somos tan importantes, que nuestro ego no necesita de la aprobación de nadie, probablemente sentiríamos menos vergüenza. Sentir vergüenza tiene algunos costados positivos, para saber esto basta co