¡Júzgame… si puedes!, Tú y yo somos jueces
Tú y yo somos jueces.
Nos pasamos la mayor parte del día decidiendo acerca de las personas que
nos encontramos: su aspecto, su manera de comportarse, de
expresarse…incluso nos atrevemos a juzgar su ideología y opiniones.
En cada juicio que haces sobre otra persona hay un juicio escondido sobre ti mism@. Continuamente juzgas bueno o malo el comportamiento del otro, juzgas acertada o equivocada su manera de pensar…
Cuando lo que realmente sucede es que ambas posturas son igualmente
ciertas…o igualmente falsas. Mientras pienses que estás en posesión de
la verdad y que tú tienes la razón, estarás creando separación,
desigualdad y estarás sentando las bases para que el sufrimiento se
instale en tu vida…y tal vez también en la de quien te escuche.
La única verdad es que tanto tu
manera de ver la realidad como la de la persona a quien estás poniendo
en tela de juicio son igualmente acertadas (o igualmente
erradas). Ambos estáis viendo el mismo toro sólo que mientras uno lo ve
desde el frente, agresivo, con cuernos y mirada desafiante, otro lo ve
desde detrás, lento, pesado y torpe. No puede el que lo ve de frente ni
imaginar que sea tan torpe y pesado como le dice el que lo está viendo
desde la retaguardia, pues lo está viendo de frente como una amenaza
para su vida, con su mirada fija y sus cuernos aguzados. NO, no puede
aceptar que le digan que parece un animal pesado, de movimientos torpes
debido a su voluminosidad y su peso. Igualmente no acepta el que lo ve
desde un ángulo retrospectivo que sea un animal peligroso, pues lo que
ve de él son sus anchos traseros, sus formas redondeadas y su cola
espantando las moscas. Tiene (aparentemente) todos los datos que
necesita para decir que es un animal tranquilo y manso. Sólo en el
transcurso de los acontecimientos se comprobará si uno u otro tenía
razón…o si ambos la tenían (o ninguno).
De igual manera cuando opinas algo
acerca de una persona o acontecimiento te crees que tus razonamientos y
tu lógica de pensamiento son tan universales y plenamente correctas que
para todo el mundo ha de ser evidente que lo que dices es tan cierto y
meridiano como el sol. ¡Está tan claro!… … … Y sin embargo resulta ser
que hay un sin fin de variables que descubres cuando te paras a analizar
la cuestión bajo otros puntos de vista o conociendo la Historia
personal de esa persona o situación. Tal vez el toro que era tan
fiero…ya no lo es. O el manso animal resulta ser realmente un peligro
para tu existencia.
A veces incluso sucede que empatizamos
con esa persona a la que antes criticábamos, pues hemos conocido la
esencia que escondía en su interior o sus motivaciones y objetivos a la
hora de comportarse de aquella manera que nos resultaba errada antes. Y
resulta que…hasta nos parece lógico que actúe así.
Esto solamente sucede si, cuando nos
sobreviene nuestro habitual afán de juez, somos capaces de mirar con
ojos nuevos a la persona o a la “realidad” que tenemos delante. A eso
nos referimos cuando decimos aquello de “mirar con ojos de niño” o “ver
la vida con ojos nuevos”. Se trata de no juzgar a la primera de cambio.
Se trata de que, si queremos de verdad hacernos una idea acerca de lo
que sucede ahí afuera de nosotros mismos, hemos de “mojarnos”, hemos de
investigar, pararnos, preguntar, indagar acerca de la Historia, de los
porqués, de las motivaciones ocultas y los objetivos implícitos de una
persona o de una situación. Sólo entonces tendremos herramientas con
algo más de peso para emitir nuestra opinión. Aunque teniendo en cuenta
que no es más que una opinión personal, fruto de la reflexión de una
cabeza pensante ajena a la situación o persona evaluada, con lo cual,
todo el peso del sentir de esa persona no está siendo tenido en cuenta a
la hora de expresar nuestra opinión.
De hecho, lo que normalmente suele
suceder es que las pocas veces que nos tomamos la molestia de hacer un
análisis a fondo acerca de una persona o de las circunstancias que han
dado lugar a una situación determinada…cuanto más ahondamos en las
raíces de la persona o realidad…menos interés nos queda de pronunciarnos
acerca de ella, puesto que vamos comprendiendo y poniéndonos en su
piel. Y comprobamos que tal vez si hubiese sido a ti o a mí a quienes
les hubieran sucedido esas situaciones previas, esa educación o si nos
movieran esas mismas motivaciones q ue descubrimos en nuestro
análisis…con toda seguridad nuestra reacción hubiese sido igual, similar
o cuando menos igualmente dispar como la que estamos observando en la
realidad presente.
Si es que en definitiva sólo puede
juzgarte quien realmente te conoce desde dentro…¡y precisamente por ese
motivo nadie te juzga!
IVÄN
Terapeuta de Reiki
Fuente: http://reikiterapiavigo.wordpress.com/2013/05/20/juzgame-si-puedes/
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