Afinación Semanal de la Conciencia de la Kabbalah: ¿Qué sigue?
Del 26 de mayo al 1 de junio de 2013
Recientemente, un comercial de automóviles captó mi atención. Mientras
mostraba una nueva línea de productos con opciones innovadoras, el
narrador dijo: “Los trofeos y los premios pueden elevarte, pero también
pueden retenerte. A menos que preguntes ¿Qué sigue?”.
La primera idea que tomé a partir de esto es que si permanecemos abiertos, podemos encontrar sabiduría incluso en los lugares menos probables (¡sí, incluso en un comercial para automóviles!). Pero hay una lección más importante que ese comercial transmite, uno que es muy oportuno ya que concierne a las enseñanzas de la Kabbalah.
Existe una energía en el cosmos en esta semana que puede hacernos propensos a sentir nostalgia. Tal vez nos encontremos realizando varios viajes en la autopista de la memoria y nos sintamos como Ed Bundy. Si puedes recordar, Ed era un personaje en la serie de televisión “Casado y con Hijos” (Married with Children). Él era más o menos un saco de papas y, desde su cómodo sofá, Ed recordaba los días de gloria en los que hacía touchdows para el equipo de futbol americano de su escuela secundaria.
Todos tenemos un poco de esta cualidad dentro de nosotros. Encontramos comodidad en el orgullo de nuestro pasado, ya sea en los trofeos que hemos ganado, los tratos de negocios que hemos realizado o incluso los hijos que hemos criado.
La verdad es que, sin importar quién eres, todo lo que has alcanzado hasta ahora es simplemente un pequeño destello de todo lo que puedes alcanzar. Debido a que descansamos en los laureles del ayer nos sentimos saciados y el apetito que una vez nos motivó para manifestar grandes cosas disminuye. Es importante estar orgulloso de nosotros mismos y apreciar todo lo que hemos hecho, pero no a expensas de nuestro crecimiento continuo.
Incluso si tienes 85 años de edad, has encontrado la cura para una enfermedad mortal y ganas el Premio Nobel de la Paz, mientras estés en esta tierra, siempre existe algo más por hacer.
Lo que hemos alcanzado hasta ahora es limitado, pero el potencial de todo lo que podemos hacer permanece ilimitado. Preguntarnos a nosotros mismos “¿Qué sigue?” puede propulsarnos para merecer mayores alturas de plenitud.
Todo lo mejor,
Yehuda
La primera idea que tomé a partir de esto es que si permanecemos abiertos, podemos encontrar sabiduría incluso en los lugares menos probables (¡sí, incluso en un comercial para automóviles!). Pero hay una lección más importante que ese comercial transmite, uno que es muy oportuno ya que concierne a las enseñanzas de la Kabbalah.
Existe una energía en el cosmos en esta semana que puede hacernos propensos a sentir nostalgia. Tal vez nos encontremos realizando varios viajes en la autopista de la memoria y nos sintamos como Ed Bundy. Si puedes recordar, Ed era un personaje en la serie de televisión “Casado y con Hijos” (Married with Children). Él era más o menos un saco de papas y, desde su cómodo sofá, Ed recordaba los días de gloria en los que hacía touchdows para el equipo de futbol americano de su escuela secundaria.
Todos tenemos un poco de esta cualidad dentro de nosotros. Encontramos comodidad en el orgullo de nuestro pasado, ya sea en los trofeos que hemos ganado, los tratos de negocios que hemos realizado o incluso los hijos que hemos criado.
La verdad es que, sin importar quién eres, todo lo que has alcanzado hasta ahora es simplemente un pequeño destello de todo lo que puedes alcanzar. Debido a que descansamos en los laureles del ayer nos sentimos saciados y el apetito que una vez nos motivó para manifestar grandes cosas disminuye. Es importante estar orgulloso de nosotros mismos y apreciar todo lo que hemos hecho, pero no a expensas de nuestro crecimiento continuo.
Incluso si tienes 85 años de edad, has encontrado la cura para una enfermedad mortal y ganas el Premio Nobel de la Paz, mientras estés en esta tierra, siempre existe algo más por hacer.
Lo que hemos alcanzado hasta ahora es limitado, pero el potencial de todo lo que podemos hacer permanece ilimitado. Preguntarnos a nosotros mismos “¿Qué sigue?” puede propulsarnos para merecer mayores alturas de plenitud.
Todo lo mejor,
Yehuda
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