De la separación a la Unidad, Enriqueta Olivarí
Es la mente-ego quien nos hace creer que
estamos separados de los demás, de la Tierra, de Dios o del Universo. Y
esta idea nos lleva a sentir miedo, a querer competir con los otros
para lograr el éxito, nos mantiene en una conciencia de escasez y nos
lleva a buscar siempre la “seguridad”, en todas las áreas de nuestra
vida.
También es el ego quien nos dice que
debemos ajustarnos a las normas religiosas y de la sociedad,
sacrificando así nuestros verdaderos sueños, anhelos y deseos.
En la era que afortunadamente estamos
dejando atrás, gobernaba el paradigma de la mente, lo cual nos ha
llevado a vivir en el egoísmo, la avaricia y la indiferencia por la
Tierra y los demás.
En esta nueva era que ya comenzamos, es
imprescindible que conectemos con nuestra alma o verdadero Yo, lo cual
se logra a través de la meditación.
Sentir y seguir la guía de nuestra alma, actuando a cada momento con Consciencia, es en estos momentos fundamental.
También debemos desarrollar nuestra
individualidad, aquello que nos hace únicos. Puede haber millones de
escritores, por ejemplo, pero cada uno tiene su propia voz, su modo
incomparable de expresarse.
La meditación nos va limpiando y
liberando de creencias, condicionamientos, patrones y de todo aquello
que no somos, y que reside en la mente. Con la práctica nos conduce a
conectar con nuestro Yo real, activando así nuestros dones y talentos,
pudiendo hacer realidad nuestro inmenso potencial.
Y cuando desarrollamos nuestro verdadero
propósito y compartimos nuestros dones con los demás, atraemos con
facilidad la verdadera Abundancia, que no depende, como se creía, de
cuánto dinero tengamos en el banco, sino que es un sentimiento interior
de agradecimiento y plenitud.
Y este Yo verdadero sabe que sólo existe la Unidad, pues vive en un estado permanente de Amor Incondicional.
Desde esa consciencia de Unidad
colaboramos naturalmente con los demás. Comprendemos que tu éxito es el
mío, que si yo me sano y crezco también lo hacen, de algún modo, todos
los seres humanos y la Madre Tierra, pues ella habita en nuestro
interior, y nosotros somos parte de ella.
Ésta es la era del Amor Incondicional,
de la verdadera espiritualidad, de la cooperación armoniosa, de la
abundancia y de la auténtica Libertad.
Todos los pasos que demos, todos los
cambios que hagamos en esta dirección recibirán el amoroso apoyo del
Universo, pues ésta es un voluntad.
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