Luna Llena de Leo 2012 astrosign Signos de Transformación 13: El Elemento de Fuego
El Elemento de Fuego
El signo de fuego de Leo representa la energía solar y la transformación del alma. En su función superior, Leo rige el centro del corazón en cuya cueva ocurren las transformaciones de fuego. Entonces el iniciado sale de la cueva como un león. Es por ello que muchos iniciados que trabajan para la Jerarquía nacen en Leo. Consecuentemente, el tema de El Mensajero Lunar de este mes es: “Signos de Transformación 13: El Elemento de Fuego.”
El Fuego Único y las Llamas
El fuego es la esencia de la creación. En los Vedas se lo llama Agni. Agni significa el preeminente. Agni es el primer estímulo, la causa de la aparición desde la aparente nada hacia el aparente algo. El estimulo produce la luz de la creación. También se lo llama conciencia.
Los sistemas solares comienzan a existir como remolinos de fuego; los planetas comienzan a precipitarse como remolinos de fuego. Nosotros tenemos las correspondencias del sistema solar y los planetas en el centro de la cabeza y en los seis chacras, que son promovidos a lotos de fuego.
Hay un fuego básico del cual todos los niveles de existencia surgen como llamas expulsadas desde el fuego uno. El fuego está latente en todo. Todas las formaciones en todos los niveles son su trabajo, y los devas cósmicos, los devas solares y los devas planetarios trabajan con él. El fuego es el constructor, el preservador y el destructor. Puede consumir todas las formaciones y llevarlas de regreso a la esencia. Es por ello que en el Antiguo Testamento, Dios es llamado el fuego que lo consume todo.
El fuego uno existe como tres fuegos que se describen en las Escrituras como fuego eléctrico, fuego solar y fuego por fricción. Los tres fuegos representan los tres principios superiores en nosotros, Atma, Buddhi y Manas. Los cuatro principios inferiores, los cuerpos de la personalidad, son llamados también las cuatro llamas, por lo que tenemos en nosotros siete fuegos.
Tenemos el potencial para vincularnos con los fuegos superiores y así hacer ascender los fuegos inferiores; pero no los dominamos todavía; aún no somos capaces de manejar correctamente el fuego de la mente. Ni siquiera podemos manejar correctamente el fuego del deseo, y por tanto hay dificultades con los fuegos inferiores y hay problemas de salud. Nuestro medio ambiente para entrenamiento de la purificación del pensamiento, la palabra y la acción es la sociedad humana con nuestra rutina diaria como nuestro laboratorio. Nuestro cuerpo es el lugar para el ritual sagrado de purificación. Lo limpiamos y trabajamos con ciertas prácticas; éste es el ritual.
El Ritual del Fuego
Un ritual de fuego que realizamos afuera es paraa invocar el fuego interior. Construimos siete triángulos con las ramitas, para los siete planos de existencia y los siete tejidos del cuerpo. Vertimos un poco de ghee sobre ellos y encendemos el fuego. Cuando la llama ha prendido todos los siete triángulos, se ha construido el puente entre los siete planos. Las llamas ascendentes son un símbolo de la purificación de los siete planos en nosotros.
Cuando nos molestan pensamientos y emociones indeseables, podemos encender un fuego, sentarnos en silencio ante él y orar al fuego: por favor, quema estos pensamientos que me están causando problemas. Así solicitamos quemar los pensamientos y sentimientos onerosos y que nos conceda pensamientos llenos de luz.
Los pensamientos son productos del fuego: la mente es una de las llamas del fuego de la existencia, la séptima o la llama inferior del fuego por fricción. En un ritual de fuego, el fuego por fricción o el fuego en la materia están representados por los palitos de madera. El fuego en los palitos de madera no es visible siempre y cuando no esté encendido, pero si le prendemos fuego, la materia de la madera libera el fuego y así conserva la llama.
Otro aspecto de la llama es el fuego eléctrico, el fuego en el espacio, que desciende como oxígeno y permite que la llama arda. Impregna todo el entorno y tampoco es visible. No nos percatamos de él a menos que funcionemos como almas, porque está más allá de lo subjetivo.
Trabajando con Fuego
La llama visible es el punto de encuentro entre el fuego eléctrico y el fuego por fricción. La llama es la manifestación de la luz solar, el puente entre los dos fuegos invisibles. La llama es mágica; por tanto, debemos contemplar en la llama. Ella conecta el espíritu y la materia y hace que la materia de la madera pase del estado denso al estado sutil. Cuando las llamas de un ritual de fuego han hecho su trabajo sobre el material en llamas, la ceniza se considera sagrada. Es purificada por el fuego y ha sobrevivido. Nada puede continuar quemando las cenizas. De aquí se desarrolló la tradición de aplicarlas en la frente y sobre todo ponerlas en el centro del entrecejo.
Si queremos alcanzar un estado superior o más sutil, tenemos que trabajar con el fuego. Sin embargo, como no somos puros, no podemos despertar el fuego en nosotros. Si nuestro combustible está mojado de emociones o perturbaciones astrales, el fuego no puede encenderse. Si nuestra mente está llena de materia impura, el fuego escupe chispas de pensamientos mal regulados y palabras que lastiman a otros, engañándolos o difundiendo tinieblas.
La orientación relacionada con el fuego es el sureste. Por ello, se recomienda orientar la cocina y cocinar hacia esta dirección. El lugar del fuego es nuestra boca. Cuando comemos, el fuego de la digestión asegura la ingestión de alimentos y la distribución en el cuerpo como energía. Es por ello que debemos ofrecer la comida al fuego conscientemente y comer en paz. Podemos recibir la comida con las siguientes palabras: “Estoy agradecido(a) al Señor por los alimentos disponibles. Ofrezco esta comida al Señor del Fuego para su distribución a los Devas dentro del cuerpo. ¡Que el Señor esté complacido! !Que los Devas estén complacidos con este acto mío!”
Si actuamos irresponsablemente y ofrecemos cosas impuras al fuego, esto tiene consecuencias y tenemos que pagar. Al comer alimentos impuros o malos nos enfermamos. Eventualmente, tenemos que sufrir por nuestros actos irresponsables.
Encontramos el fuego en la calidez de las células del cuerpo y en el calor generado por el trabajo con la respiración. Una respiración suave, profunda y uniforme trae más oxígeno, expulsa carbono y revitaliza la fuerza de la vida. Estos ejercicios también purifican la mente y hacen radiantes los tejidos del cuerpo. Son particularmente eficaces junto con la luz del alba y del crepúsculo.
Especialmente el trabajo con OM es un trabajo con fuego. Si pronunciamos OM con un propósito firme avivamos el fuego. Es muy importante hacer esto con una actitud de buena voluntad, porque destruimos otros pensamientos con el OM o incluso a nosotros mismos. A través de la meditación y la oración, el fuego en el cuerpo también se agita y emerge como el fuego de Kundalini. El Maestro CVV dice: “Yo iniciaré un movimiento en ti que sirve para avivar tu fuego.”
Transformación Ardiente
El fuego se fortalece por la aspiración ardiente llamada tapas. Involucrarse regularmente con la sabiduría es como una fricción interior que genera calor y fortalece la alquimia de la transformación.
Los signos de fuego del zodiaco apoyan las transmutaciones ardientes; pero incluso si no se tiene ningún planeta en signos de fuego se puede obtener el fuego necesario para la transformación a través de los tránsitos de los planetas grandes a través de signos de fuego. De igual manera, cuando los planetas se mueven a través de un signo de fuego por progresión, podemos utilizar el tiempo para la obra del fuego. Cuando muchos planetas están en signos de aire, la labor del fuego ya se ha hecho hasta cierto punto.
Los tres signos de fuego simbolizan los tres grandes fuegos: Sagitario representa el fuego por fricción, lo que ayuda a purificar la materia de la inercia. Leo pertenece al fuego solar que representa el alma. Transforma la personalidad y nos conduce a los campos de la luz. Aries, el fuego eléctrico, representa la cabeza por encima de las cejas donde puede tener lugar la iluminación más elevada.
El sonido semilla de fuego es RA o RAM. Es el mantra más antiguo del planeta. El mantra SRI RAM ayuda para una transformación más rápida. SRI significa el esplendor, la Naturaleza Divina. SRIYAM es la luz de Ajna. VAM es el sonido de Ajna, SRIM el fuego de Ajna. HRIM es el fuego de luz dorada. AIM es la luz como la Palabra. La luz de la alegría es KLIM. Encontramos todos estos sonidos en el ritual del fuego: AIM, KLIM, SRIM, HRIM, de esta manera.
En la Jerarquía, El Maestro Morya representa el aspecto fuego. Sus planteamientos suenan amargos, pero si los “masticamos”, se convierten en dulces. Si nos adentramos más en el significado del “Tratado sobre Fuego Cósmico”, transformamos nuestra vida. Leerlo no significa estudiarlo. Una persona que lo estudia pasa a ser automáticamente más responsable porque contiene tanto fuego. De hecho es fuego dispuesto en forma de papel. Cada vez que lo tocamos experimentaremos cambios en las acciones personales. Nos ayuda a ganar más fuego y por tanto a continuar cambiando nuestra vida.
Fuentes: K.P. Kumar: Agni – El Simbolismo y el Ritual del Fuego / Mantras / Notas de seminarios. E. Krishnamacharya: Agni Yoga – Yoga de Síntesis. The World Teacher Trust / Ediciónes Dhanishta España. (www.worldteachertrust.org).
Comentarios