buena suerte
Tener buena suerte no es un elemento accidental, no es un dominio sobrenatural fuera de nuestro control. La buena suerte es un poder individual; la buena suerte la crea uno mismo, primero nace en nuestro pensamiento y luego se proyecta en nuestra acciones.
No hay ninguna magia en aquellos a los que la gente llama "suertudos", por el contrario lo que hay es hechos y realidades, esfuerzo constante y ganas de superación.
La gente de la que se dice tener buena suerte no está esperando acostada o encerrada en su casa a que las oportunidades aparezcan...no. Los suertudos como así los llamamos siempre están en movimiento; buscando y encontrando, pidiendo y recibiendo.
La buena suerte llega con un estado mental positivo, con la determinación de enfocarnos en aquellos pasos concretos y efectivos que vamos a tomar para encontrar la oportunidad que nos hará llegar a la meta.
Si catalogamos a alguien de tener buena suerte porque consiguió el trabajo ideal, pues fíjate y verás que esa buena suerte se debe a que la persona se preparó para ese trabajo, tomo cursos, salió a buscarlo, puso carpetas aquí y allá, no le dio vergüenza arriesgarse y cuando la oportunidad apareció pues ella estuvo lista y la tomo por las riendas.
Aquellos que han encontrado la pareja ideal no se escondieron en un hueco a esperar por el príncipe o la princesa. Ellos salieron, se arreglaron, vencieron el miedo de conocer gente nueva, se inscribieron en un club, asistieron a fiestas, hicieron amigos, se prepararon emocionalmente, y cuando la pareja apareció pues ellos estuvieron listos.
La buena suerte no llega con brujerías. La buena suerte llega con sentido común, osadía, decisión, preparación intelectual. La BUENA SUERTE llega cuando nosotros la creamos mentalmente, cuando la actuamos, salimos y la buscamos.
No hay ninguna magia en aquellos a los que la gente llama "suertudos", por el contrario lo que hay es hechos y realidades, esfuerzo constante y ganas de superación.
La gente de la que se dice tener buena suerte no está esperando acostada o encerrada en su casa a que las oportunidades aparezcan...no. Los suertudos como así los llamamos siempre están en movimiento; buscando y encontrando, pidiendo y recibiendo.
La buena suerte llega con un estado mental positivo, con la determinación de enfocarnos en aquellos pasos concretos y efectivos que vamos a tomar para encontrar la oportunidad que nos hará llegar a la meta.
Si catalogamos a alguien de tener buena suerte porque consiguió el trabajo ideal, pues fíjate y verás que esa buena suerte se debe a que la persona se preparó para ese trabajo, tomo cursos, salió a buscarlo, puso carpetas aquí y allá, no le dio vergüenza arriesgarse y cuando la oportunidad apareció pues ella estuvo lista y la tomo por las riendas.
Aquellos que han encontrado la pareja ideal no se escondieron en un hueco a esperar por el príncipe o la princesa. Ellos salieron, se arreglaron, vencieron el miedo de conocer gente nueva, se inscribieron en un club, asistieron a fiestas, hicieron amigos, se prepararon emocionalmente, y cuando la pareja apareció pues ellos estuvieron listos.
La buena suerte no llega con brujerías. La buena suerte llega con sentido común, osadía, decisión, preparación intelectual. La BUENA SUERTE llega cuando nosotros la creamos mentalmente, cuando la actuamos, salimos y la buscamos.
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