El viaje de la mujer heroína. Entrevista con Maureen Murdock (psicoterapeuta junguiana y educadora)
Arte: Anna Silivonchik |
Murdock es escritora, psicoterapeuta junguiana y licenciada en terapia familiar, especializada en Desarrollo Humano. En su trabajo como terapeuta de mujeres, observó en ellas una pauta de insatisfacción constante por los éxitos profesionales, que describían como una sensación de aridez o vacío, de muerte espiritual, junto con la pregunta ¿para qué sirve todo esto?. Según la psicoterapeuta norteamericana, es aquí cuando se revela la búsqueda de la mujer hoy en día, la búsqueda del abrazo a su naturaleza femenina, de aprender a valorarse como mujer y a curar la herida de lo femenino. Se trata de un profundo viaje interior cuyo punto de llegada es un ser humano integrado, equilibrado y completo. Maureen Murdock representa este proceso como un viaje mítico que, en parte, evoca al modelo de búsqueda heroica descrita por Joseph Campbell, pero con etapas y lenguaje peculiares y propios para las mujeres.
Este proceso se inicia cuando la mujer rechaza su naturaleza femenina, identificada por miles de años de patriarcado como pasiva, voluble, débil, inferior, dependiente, demasiado emotiva e improductiva. En su afán por librarse de estas asociaciones negativas, las mujeres se han ido identificando progresivamente con los valores masculinos de nuestra cultura, generando un desequilibrio interno dentro de sí que las ha dejado marcadas y heridas. Así, muchas mujeres que han hallado reconocimiento en una sociedad dominada por los hombres, al final, éste “éxito” les ha resultado insuficiente e, incluso, destructivo. El hecho de tomar conciencia de todo esto, permite a la mujer reconectarse de nuevo con lo femenino, hasta alcanzar su plenitud personal.
Y, ¿cómo describe Maureen Murdock todo este proceso? En primer lugar, el viaje comienza con la búsqueda de la identidad de la mujer (puede producirse por muchas circunstancias: una enfermedad o un accidente, el final de una relación, la muerte de un padre o un hijo, un sueño frustrado, insatisfacción, etc.), cuando el “viejo ser” ya no vale y la mujer empieza un descenso hacia su interior, un camino de vagar sin rumbo, de pena y de rabia, de destronar reyes, de buscar los pedazos perdidos de una misma y de encontrarse con la sombra femenina. En este período, se empieza a curar la herida que resultó del rechazo inicial de lo femenino, la ruptura madre/hija, y se comienzan a nutrir los propios sentimientos, la intuición, la sexualidad, la creatividad o el sentido del humor. Y, también, las ganas de hacer proyectos creativos, de conectar con la naturaleza, de descubrir el cuerpo y de disfrutar de la compañía de otras mujeres. Es una etapa de decisiones.
Durante este trayecto interior, la mujer también redescubre y empieza a reivindicar el alma perdida de la cultura femenina y sus referentes, lo que muchas mujeres llaman reclamar a la Diosa. Hasta ahora, las mujeres han emulado el viaje heroico masculino porque no había otras imágenes que seguir y reproducir, dado que o bien tenían “éxito” en una sociedad masculinizada o estaban dominadas y dependientes como hembras. Por eso, el viaje heroico femenino pone al descubierto nuevos mitos y heroínas para cambiar las estructuras económicas, sociales y políticas de la sociedad. Según explica Murdock, éste debe ser el motivo por el que tantas mujeres dirigen sus ojos a la imagen de la Diosa y de las antiguas culturas matriarcales, para entender las formas de liderazgo más basadas en el compañerismo y en la cooperación.
Para llegar al final del viaje, la curación de la brecha femenina interna ha de ir aparejada a la lenta y sutil integración de los aspectos femeninos y masculinos de la mujer. En este sentido, no se trata de descartar todo lo aprendido y logrado anteriormente, sino de aprender de la experiencia y orientar esa sabiduría a usar las propias habilidades de otro modo. El matrimonio sagrado entre lo femenino y lo masculino permite saber navegar en las aguas de la vida cotidiana y escuchar las enseñanzas de lo profundo, ayudar a las necesidades de los otros respondiendo -a la vez- a las propias necesidades. Y trabajar, juntos, para preservar el equilibrio en la tierra, en beneficio de la humanidad.
Entrevista con Maureen Murdock
¿Cuál es la principal diferencia entre el viaje de la heroína y el viaje del héroe?
Mitológicamente, el viaje del héroe es hacia arriba y afuera y el viaje de la heroína es hacia abajo y adentro. El viaje masculino se dirige hacia el espíritu y el viaje femenino es un descenso a la conexión con el alma, con la Feminidad Sagrada.
¿Qué representa la imagen de la Diosa para las mujeres que se están acercando a su feminidad?
La Diosa nos enseña sobre corporalidad, es un arquetipo eterno de la psique humana y es parte de la misma “materia prima” de nuestro ser. Los ancestros miraban al mito de la Diosa como una imagen eterna, para describir los ciclos de nacimiento, muerte y renacimiento como un ciclo continuo y eterno. Ella daba vida y las almas de los muertos eran recogidos en su “útero” para renacer. Se puede decir que la cara femenina de Dios es la promesa de la vida eterna.
El principio del camino produce una gran sensación de vértigo…
Cuando la mujer ya no quiere vivir su vida con reglas patriarcales, necesita coraje y predisposición para hacer algunos sacrificios y es posible que deba ajustar su forma de pensar respecto cómo usar su tiempo y qué significa una vida “exitosa”. Deberá escuchar su cuerpo y su intuición “interna”. Sí, esto crea una sensación de vértigo, por eso es tan importante tener el soporte de otra mujer y tiempo para estar en la naturaleza.
Háblenos de las pruebas del camino. ¿Qué son los ogros y los dragones?
Son pruebas internas: superar los mitos de la dependencia, de la inferioridad femenina y del amor romántico. A muchas mujeres se las ha incentivado a renunciar a sus necesidades por el amor a otros y para protegerles de su éxito y autonomía. Muchas culturas todavía desaniman a las mujeres al ejercicio pleno de sus capacidades o al desarrollo completo de sus potenciales. Se ha enseñado a las mujeres que lo masculino es mejor y más poderoso. Por su parte, el mito del amor romántico quiere decir que “él” (el otro) cambiará mi vida (ya sea “el” jefe, esposo, amante, hijo, ideología, movimiento político, secta, etc.) y actualizará mi destino.
¿Existe algún tipo de muerte o renacimiento espiritual en todo este proceso?
Sí, y muy a menudo incluye un periodo de penitencia, tristeza, rabia y sentirse sin rumbo. La tarea es, entonces, reivindicar las partes de una misma que eran ignoradas y desvalorizadas en la separación inicial de lo femenino. Es por eso que surgen muchos sentimientos en este proceso. Pienso que es una “llamada” y requiere que la mujer responda con consciencia a la invitación de crearse a sí misma de nuevo. A menudo se siente como un “autoembarazo”, un periodo de gestación y espera creativa que lleva al renacimiento en un nivel más elevado.
Usted habla de la necesidad de sanar la ruptura madre/hija. ¿A qué se refiere?
Es una curación de la parte que se alejó de ti misma en la separación inicial de lo femenino. La finalidad es hacer crecer una buena madre dentro de ti y, a menudo, incluye una sanación con la propia madre o hija, esté viva o muerta. En el taller, hacemos un ritual de curación de la relación madre/hija muy poderoso.
Y finalmente. ¿Cómo se integran las partes femeninas y masculinas en la mujer?
Identificando los aspectos de tu propia naturaleza masculina que ha sido herida (la autocritica, la agresión, una actitud controladora o dominante, etc.) y cultivando las partes positivas de tu naturaleza masculina, desarrollando un puente entre esas imágenes, creyendo en ti misma y haciendo crecer un padre interno que da soporte y que te sirve de manera saludable. Aprender cómo equilibrar tu vida interna y externa es un viaje que requiere toda una vida.
¿Cómo puede afectar a nuestra sociedad que las mujeres generemos nuestros propios mitos, heroínas y referentes?
Honrando los valores de lo femenino -compasión, valores del corazón, creatividad, asociación, comunidad, sabiduría, poder femenino, escucha profunda, corporalidad- e integrando estos valores en nuestra vida cotidiana en la familia, en el trabajo, en la educación, en la medicina, en la polí- tica y en las religiones. Simplemente, puedes darte cuenta cómo la inclusión de las mujeres en el gobierno, poco a poco está cambiando la manera de crear y votar leyes.
Tomado de SINERGIA - la revista del Institut Gestalt, Nº 20 (septiembre/diciembre 2013) págs. 4 y 5
Fte: Palabras Chamánicas Espacio Creativo
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