¿Cómo saber que estoy bloqueando un duelo?, Luz Rodríguez

Todos de alguna manera estamos sometidos a pérdidas, si se observa la naturaleza se puede ver que todo pertenece a un ciclo perfecto de nacimiento y muerte constante. Es muy sencillo verlo en el exterior, pero muy doloroso cuando llega a la vida de una persona, porque aunque cada día se profundiza más sobre el tema, el ser humano se apega fervientemente a las cosas y personas que ama.

Ante la pérdida se vive un duelo que tiene diferentes etapas, el problema existe cuando èste se ha bloqueado y no se sale de la etapa de negación, en donde se es incapaz de reconocer que se está viviendo un duelo.

¿Cómo saber que está el duelo bloqueado?
Excesiva hiperactividad, con la acción desmedida las personas se aturden y no hacen contacto con lo que el dolor que les quema interiormente.
Necesidad de encontrar un culpable, el llenarse de resentimiento contra otra persona, como responsable de la pérdida hace que la emoción sea canalizada con ira para ocultar el dolor que está a un nivel más profundo.
Idealizar a la persona o cosa que se ha perdido, el pensar que nunca se conseguirá nada mejor. E inclusive se llega a santificar a la persona perdida como alguien con habilidades especiales y que de vez en cuando viene a visitar con un halo angelical.
El apego, a través de una especie de museo, mantener intacto todos los objetos que recuerden a la persona fallecida o a la situación determinada y ser incapaz de deshacerse de dichos objetos.
Adicción a medicamentos o drogas que insensibilicen el dolor o que le hagan estar inconsciente para evitar el dolor.
El aislamiento o la soledad, como manifestación de depresión evitando de esta manera contacto con la vida, el amor y la salud. En el fondo lo que hay es un fuerte deseo de morir.
Identificación o sustitución, proyectar sobre otra persona, objeto o situación el amor que se siente por lo perdido. Lo cual hace que se cree una codependencia y además de impedir ver la realidad tal como es.
La victimización, viéndose a sí mismo como el único que sufre, al único que le pasa todo lo malo y manipulando el entorno para que le sostenga y apoye.
La enfermedad, como somatización de la herida emocional que también se usa como mensaje de lealtad para seguir a la persona o situación desaparecida.
Conductas compulsivas, como comer demasiado o temer a la vida o a la muerte. Desarrollando fobias y miedos enfermizos, que tienden a repetirse en otros miembros del sistema.

Se comprende que las personas experimenten dolor y que se resistan a aceptarlo, todo ello sirve como mecanismo de defensa. Pero cuando no aceptan la pérdida durante mucho tiempo, no sólo se hacen daño a sí mismas sino a todo un sistema familiar que se ve afectado al ver que uno de sus miembros se queda sumido en el dolor, esto genera repeticiones transgeneracionales. Para evitar que esto ocurra se hace necesario facilitar con respeto la toma de conciencia y seguir avanzando en las distintas etapas del duelo, para ello es importante saber que implica cada una de ellas.

¿En qué etapa del duelo te encuentras ?
Shock, estado de extrema vulnerabilidad al estar muy reciente el acontecimiento de de pérdida. No se ha procesado el dolor aún, es como una especie de “Limbo” en donde estamos por inercia.
Negación, se evade de diferentes manera la pérdida con algunos de los mecanismos que se expusieron antes en el texto.
Expresión de Emociones, es el momento de contacto con el sufrimiento (ansiedad, miedo, angustia, sensación de vacío y de abandono, impotencia, ira, tristeza).
Con Asuntos sin concluir, se despiertan sentimientos de culpa ante la pérdida, con sensación de haberlo hecho diferente. En este caso ayudan muchos las ceremonias o actos simbólicos.
Búsqueda de sentido de la pérdida, es una fase profundamente espiritual en donde la persona mira con perspectiva la situación y logra ver lo positivo presente y el aprendizaje de la experiencia.
La Reconciliación, que sale de un corazón y alma que se encuentra paz. Esta se produce con la vida, con las personas que antes se veían culpable. Es saberte parte de un todo más grande.
Tomar de lo perdido, que tomas sin juicio de la persona fallecida, de la ruptura o de la pérdida en general ¿Con qué te quedas?.
Soltar, se integra el sentimiento de poder seguir viviendo sin el objeto o la persona y se toma la fuerza que ha dejado la experiencia.
Conexión con la vida, cuando finalizas el duelo ganas dones que antes no tenías desarrollados, con la capacidad de ver la pérdida desde una perspectiva de movimiento, como un ciclo de vida generador de herramientas y talentos.

Lo hermoso de un duelo es desarrollar todo nuestro potencial para sintonizar con la vida, con entusiasmo y pasión...pese a cualquier circunstancia o dolor. Nos hace madurar y apreciar la vida y cada instante como algo sagrado.

Escrito por Luz Rodríguez










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