Estudiante en la vida, Verónica Aros
Este
viaje por la vida, hay que saber comprenderlo, uno siempre está
aprendiendo, de diferentes profesores. Cada día nos aporta
lecciones, especialmente con las personas que se cruzan
en nuestro camino. En ocasiones la vida
transcurre tranquila y serena, alegre, entretenida, y otras veces plana
y casi aburrida, nos quejamos porque nada emocionante nos pasa, y
otros días
se nos viene una tormenta en la
que pensamos y sentimos que no podremos salir.
Aceptar los procesos de los otros, los ritmos y los aprendizajes y su derecho de ser y hacer de sus vidas lo que quieran, tomar rumbos diferentes si así lo deciden, nos hace también ser más fieles a nosotros mismos y a nuestro viaje de vida, en igual libertad. Todo lo que nos pasa siempre es lo justo y lo perfecto, lo que merecemos y necesitamos para evolucionar. Por ello, hay que bendecir el pasado tal y como fue, gratitud total a las personas que participaron en nuestra vida, y enfocarnos en este eterno presente, con mucha fuerza, fé, confianza, optimismo y paz como adultos responsables de nuestro destino y de nuestra identidad.
Pero
infaltablemente, al día siguiente sale el Sol,
y una nueva mirada al
pasado, y uno va saliendo adelante. Las situaciones difíciles, ponen a prueba
todo lo que hemos estudiado, son una maravillosa oportunidad para
practicar las herramientas que ya tenemos incorporadas en nuestra forma de
Ser, y otras veces nos hacen comprender
que nos falta aún por practicar.
Lo
importante es mantenernos enfocados, en
el resultado final, que es como me
siento internamente, ideal es que todos
nos quieran como somos que no se
produzcan conflictos, pero eso no siempre es así. Las relaciones interpersonales generan
riesgos, sufrir, sentir abandonos y
juicios. Sin embargo al mantenernos
conectados con nuestra consciencia, cada vez más, con nuestro espíritu,
nuestros ideales y metas personales
siempre nos inspirará a seguir adelante contra viento y marea, cuando uno quiere avanzar nada ni nadie nos
puede detener salvo nosotros mismos y esa necesidad infantil de querer que todo
sea como uno lo imaginó.
Aceptar los procesos de los otros, los ritmos y los aprendizajes y su derecho de ser y hacer de sus vidas lo que quieran, tomar rumbos diferentes si así lo deciden, nos hace también ser más fieles a nosotros mismos y a nuestro viaje de vida, en igual libertad. Todo lo que nos pasa siempre es lo justo y lo perfecto, lo que merecemos y necesitamos para evolucionar. Por ello, hay que bendecir el pasado tal y como fue, gratitud total a las personas que participaron en nuestra vida, y enfocarnos en este eterno presente, con mucha fuerza, fé, confianza, optimismo y paz como adultos responsables de nuestro destino y de nuestra identidad.
Todos
somos iguales, estudiantes eternos en
esta maravillosa escuela que se llama vida y también todos somos
diferentes, cada viaje del Alma es
único, cada uno de nosotros es
irrepetible y lo más importante, tener siempre presente que como individuos únicos
que somos, siempre estamos conectados al
“TODO Y A TODOS” y mientras estemos en
un cuerpo físico, estamos aprendiendo,
estudiando y ojalá practicando.
Con
mucho cariño, feliz semana para todos.
Verónica
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