DECALOGO PARA CONSEGUIR LA FELICIDAD, Kwan Yin
El poder de la mente del hombre.
La
mente del hombre tiene una gran influencia sobre los estados de ánimo
del ser; la mente ha acumulado a lo largo de su vida tantas
experiencias, tantos recuerdos, que en realidad, los patrones de
conducta de una persona no son sino el resultado de las distintas
asociaciones que hace el ser humano en su mente, provocadas por las
experiencias por las que está pasando; pero también, en la mente del
hombre, reside el secreto de la felicidad.
Dijimos que la felicidad sólo puede experimentarse en el presente, que tanto el pasado como el futuro, no son sino intentos de fugarse de una realidad insatisfactoria para el ser. Cuando la mente recurre a experiencias pasadas, el hombre vive en un tiempo irreal, se encuentra desconectado de lo que su cuerpo experimenta y decimos que no hay integración. Para disfrutar la felicidad se requiere estar integrado, totalmente integrado, emociones y experiencias sensoriales deben estar disfrutando el presente. La felicidad que se alcanza saboreando un hecho pasado o fabricando un acontecimiento futuro, no es una felicidad real debido a que no existe la integración del ser; es preciso que el ser humano aprenda a disfrutar su presente, manteniendo su mente, sus emociones y su percepción de la vida, totalmente integradas en la experiencia de ese momento.
Dijimos que la felicidad sólo puede experimentarse en el presente, que tanto el pasado como el futuro, no son sino intentos de fugarse de una realidad insatisfactoria para el ser. Cuando la mente recurre a experiencias pasadas, el hombre vive en un tiempo irreal, se encuentra desconectado de lo que su cuerpo experimenta y decimos que no hay integración. Para disfrutar la felicidad se requiere estar integrado, totalmente integrado, emociones y experiencias sensoriales deben estar disfrutando el presente. La felicidad que se alcanza saboreando un hecho pasado o fabricando un acontecimiento futuro, no es una felicidad real debido a que no existe la integración del ser; es preciso que el ser humano aprenda a disfrutar su presente, manteniendo su mente, sus emociones y su percepción de la vida, totalmente integradas en la experiencia de ese momento.
Sin
embargo, es tan fuerte la tendencia del hombre a perderse en laberintos
mentales olvidándose de lo que la vida le da en cada instante, que es
preciso dar algunas técnicas que le permitan regresar a su estado ideal
del presente. Podríamos entonces hablar de un decálogo de principios,
diez claves que puedan dar al hombre las suficientes bases mentales que
le permitan afianzarse fuertemente en su presente y aprender a
disfrutarlo, diez claves que deben ser universales, ajenas a principios
nacionalistas o religiosos.
Decálogo.
Empecemos
pues, a diseñar estas primeras diez fórmulas, que le permitan al hombre
recordar, en todo momento, que su felicidad está al alcance de su mano,
en este preciso instante y en todo momento. La primera de ellas
podríamos enunciarla así:
l.- Nadie
va a darme la felicidad, sólo yo puedo conseguirla. En este primer
pensamiento, el ser humano toma la responsabilidad de su vida e inicia
una búsqueda y un esfuerzo por encontrar eso que tanto busca.
2.-
Yo soy un ser único en toda la tierra, nadie me comprende mejor que yo,
y nadie sabe lo que yo necesito mejor que yo. En este segundo principio
se dan las bases para eliminar cualquier ofensa que las personas
reciban de parte de otras; cualquier comentario que deprima a una
persona podrá ser nulificado bajo este principio, ya que la persona
reconoce que nadie puede opinar acerca de ella, puesto que nadie la
conoce mejor que ella misma.
3.- Lo
que recibo ahora es lo que sembré ayer, y lo que siembre ahora será lo
que reciba mañana. Este tercer principio permite al ser humano reconocer
que los problemas actuales son resultado de acciones incorrectas del
pasado, pero que, por lo mismo, el momento presente es el indicado para
ir sembrando un futuro.
4.- Ni el
pasado ni el futuro pueden lastimarme, sólo el presente tiene valor en
mi vida. Entendiendo este cuarto principio, la persona le dará todo el
valor que tiene su momento presente y le restará importancia a los
hechos pasados que le causan remordimientos, y a los hechos futuros que
le causan angustia.
5.- Sólo yo
decido lo que debo hacer en este momento. Es decir, el ser humano
entiende que las influencias ajenas son tan sólo eso, influencias, y él
es el único que puede decidir qué hacer en ese instante.
6.-
Sólo en el amor y en la paz interior puedo tomar las decisiones
correctas. Es decir, si hemos de actuar en el tiempo presente, tendremos
que hacerlo en paz y con amor, pues de esta manera, las acciones que
tomemos estarán inspiradas en nuestra más alta capacidad tanto de
servicio como de inteligencia.
7.- En
mis decisiones tomaré siempre en cuenta el beneficio de los demás. Es
decir, tomaré aquellas decisiones que beneficien a la mayor cantidad de
personas; de esta forma, mi vida se estará encaminando hacia la más alta
gloria que es la de recibir la compensación por el servicio prestado a
los demás.
8.- Mi cara es el reflejo
de mi estado interior. Es decir, cuidemos siempre el aspecto de nuestro
rostro, adornémoslo siempre con la sonrisa, y que los ojos se encuentren
siempre prestos a mandar una mirada de amor, porque de esta forma
estaremos reflejando la serena armonía de quien ha aprendido a caminar
en el sendero de la felicidad.
9.-
Soy un hombre al servicio de la humanidad. Es decir, todo lo que yo
haga, todo lo que yo diga, todo lo que yo piense o sienta, servirá para
gloria de la humanidad, o bien, para perdición de ella.
10.-
Yo tengo una misión en la vida, ser feliz y hacer feliz a los demás.
Este último principio da sentido a nuestra existencia, y, a la vez,
orienta nuestros esfuerzos hacia el beneficio de toda la humanidad.
¿Qué
hay más allá de estas claves, qué podríamos decir además de lo
mencionado de cada una de ellas?. En las siguientes sesiones veremos,
que detrás de estos principios, se encuentra un camino que permitirá a
todos los seres humanos, mantener siempre en su mente, las claves que
les permitan alcanzar una vida llena de paz y de armonía espiritual.
Tres caminos.
El
sendero de la felicidad es tan amplio, que toda la humanidad cabría en
él, si tan sólo supiera mantenerse en el presente. El pasado, el
presente y el futuro, se asemejan a tres caminos que flotan en el
espacio. El sendero de en medio es el presente, es un sendero firme,
quieto, no se mueve, es el ser humano el que camina sobre él, es el ser
humano el que avanza.
El sendero de
la izquierda es el sendero del futuro, el de los sueños y las fantasías,
el de las angustias y de los temores; ese sendero arranca al hombre del
presente y lo lleva vertiginosamente hacia el futuro, ahí el hombre no
camina, es el sendero el que se mueve, pero tan sólo se mueve un espacio
y después da vuelta sobre sí mismo, dejando caer a la persona
nuevamente sobre el sendero quieto del presente, el camino vuela, pero
siempre regresa al mismo punto, dejando al ser humano con la sensación
de no haberse movido ni un centímetro del lugar en que se encontraba.
El
sendero de la derecha, es un sendero que se mueve igualmente, pero
hacia atrás, arranca al hombre de su presente y lo lleva sumergiéndolo
en tinieblas, presentándole imágenes fantasmagóricas, alguna agradables y
otras llenas de crueldad y de dolor; ese camino igualmente se mueve,
aunque más lento, y en donde las escenas se vuelven, o más dolorosas, o
más agradables; parece como si el sendero se detuviera, permanece unos
instantes quieto mientras las imágenes embelesan a la persona, y,
repentinamente, el piso se desvanece, las imágenes desaparecen y la
persona regresa estrepitosamente al sendero original del presente.
Sólo el camino del centro, aquél que está quieto, es el único seguro, el único firme, y en él, el hombre puede caminar y sentir realmente que está avanzando. Detrás de esta alegoría se encuentran muchas claves para meditar en el futuro y en el pasado, y aprender a valorar el presente.
Sólo el camino del centro, aquél que está quieto, es el único seguro, el único firme, y en él, el hombre puede caminar y sentir realmente que está avanzando. Detrás de esta alegoría se encuentran muchas claves para meditar en el futuro y en el pasado, y aprender a valorar el presente.
Dejo aquí mis palabras y los lleno de todo el amor que necesiten para aprender a caminar eternamente en el presente.
Mayo 17, 1992.
Mayo 17, 1992.
extracto del libro El Camino a la Felicidad
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