creencias relacionadas con el dinero

Creencias Relacionadas con el Dinero

por: María Inés Sarmiento Díaz
El tener o no dinero, la forma como lo ganamos, como lo administramos y qué tanto nos dura, depende en gran parte de nuestras creencias pues éstas son como órdenes que obedecemos, sean que nos beneficien o nos perjudiquen.
Antes de leer el siguiente artículo, le invito a que reflexione y responda las siguientes preguntas:
• ¿Qué piensa sobre el dinero?
• ¿Qué opinión le merecen las personas ricas?
• ¿Cuál cree usted que es la principal razón para que haya personas económicamente pobres?
Para darnos cuenta de las creencias que transmitimos a los niños, es importante recordar lo que significa una Cultura de Pobreza y una Cultura de Prosperidad:
La Cultura de Pobreza, hace referencia a mantener un sentimiento duradero y profundo de escasez que genera angustia, temor, inseguridad. También es un proceso que implica:
a) No darse cuenta de los recursos que se poseen;
b) Mantener una actitud negativa hacia la vida y hacia lo que posee, la cual lleva a la persona a quejarse, criticar, envidiar, culpar a los demás de su situación y pensar que no tiene control sobre la misma, y
c) Manejar inadecuadamente los recursos (pocos o muchos) que se poseen, entre ellos, el dinero.
La Cultura de Prosperidad, es un sentimiento duradero y profundo de abundancia, que genera paz, tranquilidad, seguridad y felicidad. También es un proceso que implica:
a) Ser consciente de los recursos que se poseen,
b) Mantener una actitud positiva hacia la vida y hacia lo que posee, la cual permite a la persona disfrutar lo que tiene, sentir abundancia y seguridad en sí misma y en el entorno y
c) Manejar adecuadamente los recursos (pocos o muchos) que se poseen, entre ellos el dinero.
En este artículo, quiero detenerme en la importancia de las actitudes hacia la vida y hacia lo que se posee. Un componente importante de las actitudes, son las creencias.
Las creencias son afirmaciones que nos hacemos a nosotros mismos, que aceptamos como verdaderas e influyen en nosotros, sean ciertas o no, las cuales pueden servirnos como recursos o pueden limitarnos. Afectan nuestra forma de apreciar el mundo, nuestra inteligencia, salud, nuestras relaciones con otras personas, nuestras conductas, y en el caso específico del tema que nos ocupa, también afectan nuestro bolsillo: El tener o no dinero, la forma como lo ganamos, como lo administramos y qué tanto nos dura. Todo eso, depende en gran parte de nuestras creencias pues éstas son como órdenes que obedecemos, sean que nos beneficien o nos perjudiquen.
Cuando las creencias nos sirven como recursos y nos benefician, se relacionan con la Cultura de Prosperidad, mientras que las creencias que nos limitan, nos frenan y nos perjudican, tienen que ver más con la Cultura de Pobreza. Si deseamos brindar a los niños una formación acerca del dinero, es importante tener claro cuáles de nuestras creencias nos acercan a la Cultura de Prosperidad y cuáles nos alejan de la misma, para saber cuáles estamos transmitiendo. Una manera de identificarlas es a través del lenguaje y a través del comportamiento, que tenemos, pues ambos reflejan nuestras creencias.
Aunque existen diferentes maneras de clasificarlas e identificarlas, quiero detenerme en cinco tipos de creencias que he adaptado de Frederick Bailes:
CREENCIAS RELACIONADAS CON LA CULTURA DE POBREZA
ALGUNOS EJEMPLOS DE FRASES QUE REFLEJAN LAS CREENCIAS
1. Creencias de Sobrecarga
Creer que no contamos con las opciones, talentos, posibilidades o maneras de manejar situaciones y que algunos eventos sobrepasan nuestras posibilidades de resistirlos, enfrentarlos y superarlos.
“No puedo manejarlo”, “Me siento extenuado”, “Eso es muy difícil para mí hacer fortuna”, “Todas esas deudas me están enloqueciendo”, “Ya no tengo las mismas fuerzas que antes”, “Loro viejo no aprende a hablar”, “Preciso, se cayó la Bolsa y perdí lo que con tanto esfuerzo había ahorrado”, “Es una prueba de Dios”.
2. Creencias de Responsabilidad Externa
Creer que personas o cosas externas a nosotros tienen la responsabilidad de nuestros pensamientos, sentimientos y acciones o de lo que nos sucede en la vida.
“El me hace feliz”, “El dinero es malo”, “Por culpa tuya me metí en esta deuda”, “Me emborraché porque el trago era gratis”, “Me va mal porque no tengo suerte”, “Mis padres me enseñaron eso”, “El gobierno es responsable de la pobreza”, “Invertir es arriesgado”, “Juan me saca la piedra”, “Pedro me robó”, “Solamente con dinero serás feliz”.
3. Creencias de Desmerecimiento
Creer que no merecemos o no tenemos derecho a las cosas buenas de la vida, pensar que esas cosas son para otras personas.
“No creo que lo pueda hacer”, “No se fijará en mí por no ser bonita”, “No gano mucho dinero, pues no estudié en la universidad”, “No nací con talento para la riqueza”, “Soy demasiado joven para hacer dinero” “¿Por qué será que a los demás los promueven en el trabajo y a mí ni siquiera me postulan?”, “No llamé a ese cliente, pues seguro me va a rechazar”.
4. Creencias de Lucha
Creer firmemente que tenemos que luchar, pelear, rivalizar, competir con otros y con el mundo para obtener lo que deseamos. Pensar, sentir y actuar como si el mundo fuera difícil y estuviera ahí para obstruir y demorar nuestros deseos. Temor al error y a la equivocación.
“No te dejes quitar la novia”, “Mi proyecto tiene que ganar”, “Si quieres tener dinero, tienes que trabajar mucho y duro”, “La vida es una lucha constante”, “En la vida nadie tiene todo lo que quiere”, "Todo en la vida se consigue con mucho esfuerzo", “¿A quién quieres más, a tu mamá o a tu papá?”, “Si tengo dinero seré blanco de asaltantes y secuestradores”, “Es muy difícil avanzar en la vida”.
5. Creencias de Separación
Creer firmemente que lo normal y natural son los desaires, la traición, los celos, las pérdidas, las limitaciones, las carencias, las separaciones.
“Mejor no confío, así no me traicionará”, “Maneja el carro pésimo. Tenía que ser mujer”, “Todos los hombres son celosos”, “Los ricos son unos ladrones”, “Soy pobre, pero honrado”, “No puedes ser rico y continuar siendo espiritual”.
Con las creencias que alimentan la Cultura de Pobreza, nos incapacitamos, nos bloqueamos, nos atamos, aunque muchas veces no estemos concientes de ello. Estas creencias Indican que o no tenemos opciones o no tenemos control sobre nuestras vidas ni circunstancias, ni sobre nuestros pensamientos, sentimientos o acciones.
Las creencias que alimentan la Cultura de Prosperidad, también son cinco y son contrarias a las creencias que alimentan la Cultura de Pobreza. Con las creencias de Cultura de Prosperidad, avanzamos, crecemos, nos desarrollamos, nos sentimos capaces, nos arriesgamos a hacer cosas, nos liberamos, e indican que o tenemos opciones o tenemos control sobre nuestras vidas, circunstancias y sobre nuestros pensamientos, sentimientos o acciones. Conozcámoslas en el siguiente cuadro:
CREENCIAS RELACIONADAS CON LA CULTURA DE PROSPERIDAD
ALGUNOS EJEMPLOS DE FRASES QUE REFLEJAN LAS CREENCIAS
1. Creencias de Adecuación
Creer que contamos con opciones, talentos, posibilidades o modos de manejar situaciones y que podemos encontrar solución, aún a eventos difíciles.
“¿Cómo podemos resolver esto?”, “A grandes males, grandes remedios”, “El que no arriesga un huevo, no saca un pollo”, “Ensayemos tu idea”, “Voy a ser rico, pues he aprendido a invertir mi dinero”, “Aún en épocas duras, hay oportunidades de hacer riqueza”.
2. Creencias de Responsabilidad Interna
Creer que somos responsables de nuestros pensamientos, sentimientos y acciones. Nada ni nadie puede inmovilizarnos, entristecernos, irritarnos, angustiarnos, etc., sin nuestro consentimiento.
“Soy feliz con mi pareja”, “El dinero no es malo ni bueno, depende del uso que le demos”, “Así como yo me metí en esta deuda, voy a salir de ella”, “Bebí demasiado”, “Estoy aprendiendo a pensar que puedo cambiar mi vida”, “Voy a seguir el consejo de mis padres”, “Tú puedes ser feliz, con o sin dinero”.
3. Creencias de Merecimiento
Pensar que hemos sido creados para ser felices, para amar y ser amados, para obtener y disfrutar las cosas buenas de la vida. Las merecemos por el solo hecho de haber sido invitados a este mundo y estar vivos.
“Sé que si le dedico tiempo, lo puedo hacer”, “Aunque no soy profesional, soy autodidacta”, “Me alegro que la hayan ascendido”, “Voy a estudiar para mejorar mis ingresos”, “Muchos jóvenes han hecho dinero, así que la edad no tiene que ver con la riqueza”, “El dinero es para quien aprende a obtenerlo e incrementarlo”.
4. Creencias de Fluidez
Estar plenamente convencidos que lo que ha de ser para nosotros lo será y nos llegará en el momento y lugar oportunos sin luchar, sin pelear, sin esfuerzo. Lo que ha de ser para otros, para ellos será de la misma manera. El universo es abundante y fluye hacia nosotros cuando así lo permitimos. Los errores y equivocaciones son nuestros maestros.
“Estudiar es fácil”, “Todos podemos ganar”, “Las cosas que son para ti, llegarán en su momento”, “¿Cómo puedes obtener eso que deseas?”, “El dinero me llega de diferentes fuentes”, “Mis ingresos superan mis gastos”, “Ganar dinero es fácil, una vez que aprendemos a hacerlo”, “Siempre encuentro oportunidades para recibir dinero”.
5. Creencias de Unidad
Estar plenamente convencidos que somos una unidad con los demás, con el Universo y con un Ser Superior y que al participar del todo, generamos unión y bienestar. Son señales de unidad la buena voluntad, el amor, la sonrisa, el alabar a otros, la risa, la esperanza, la felicitación generosa, el compartir.
“Confío en mi pareja”, “Los derechos y deberes son para todos“, “Los ricos generan empleo y fuentes de ingreso”, “Te felicito por tus logros”, “En el reino de los cielos, pueden entrar ricos y pobres”, “Soy rico y honrado”, “Puedes ser rico, famoso y espiritual”.
Le invito a que retome las respuestas que dio al iniciar este artículo y las ubique en alguna categoría de las creencias vistas. ¿Son creencias de Cultura de Pobreza o creencias de Cultura de Prosperidad?
Podemos aprender a cambiar nuestras creencias de Cultura de Pobreza por creencias de Cultura de Prosperidad y comenzar a transmitir a nuestros niños estas últimas creencias, para facilitar en ellos actitudes positivas hacia el dinero, hacia la forma de ganarlo y administrarlo y para enseñarles unas bases sólidas y adecuadas sobre las cuales aprendan a construir su riqueza.

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