¿Por qué Yo?, ¿Por qué a mí?, Elizabeth Romero Sánchez y Edgar Romero Franco.
No me dejarán mentir, éstas son dos extraordinarias frases que siempre salen de nuestras bocas cuando nos sucede algo que no esperábamos.
Y, aunque no lo crean, éstas dos simples e inofensivas frases son capaces de enfermarnos brutalmente, porque hablan inconscientemente de nuestro resentir. De nuestro débil y vulnerable resentir.
Todas las personas resentimos las vivencias de forma diferente y es justo ahí, que se encuentra la razón del por qué una misma situación puede enfermar de gravedad a alguien y no hacerle ni cosquillas a otra.
Hablando de las causas emocionales que pueden detonar un cáncer, sabemos que se tienen que dar 4 elementos básicos y sin ellos, simplemente, no hay cáncer ni aunque nos paremos de cabeza.
1. Impacto Emocional grave (para cada quién será distinto)
2. Que nos toma inesperadamente, de sorpresa, a contrapié.
3. Vivido en soledad (no lo comparto, no lo cuento, me lo trago).
4. Sin solución aparente.
Si no se cumplen estas premisas, juntas. Simplemente, no hay ni habrá cáncer jamás.
Pero a esto, hay que sumarle nuestro resentir, es decir, habremos de sumar que va a depender de mis creencias, carácter, cultura, comportamiento, costumbres, que un hecho me lastime emocionalmente o me sea indiferente.
¿Qué sería para ti, un fuerte impacto emocional?
¿La muerte de un ser querido?
¿Un terremoto que tire tu casa?
¿Que te despidan de tu trabajo?
¿Que tu mascota sea atropellada?
¿Que tu marido te engañe con tu mejor amiga?
¿Que tu esposa vacíe tus cuentas bancarias?
¿Que tu hermano te robe tu herencia?
¿Que tu jefe ascienda a todos menos a ti?
O tal vez, para ti, un fuerte impacto emocional para ti, sea algo como:
¿Que tu mejor amiga deje de buscarte?
¿Que tu mamá se caiga y se rompa su cadera?
¿Que descubras que la muchacha del servicio tomó tu anillo?
¿Que pierdas un papel importante?
¿Que pierdas un vuelo?
¿Que tu jefe te llame la atención delante de tus compañeros?
O quizá, un fuerte impacto emocional para ti, sea parecido a...
¿Tu mamá descubrió que sacaste 5 en tu examen?
¿Tu esposa apagó el celular?
¿Llegaste a recoger a tu hijo a la escuela y tiene un golpe en el ojo?
¿Chocaste?
¿Perdiste tus llaves, cartera o celular?
Cada persona, cada uno de los seres humanos de ésta Tierra, tiene diferente escala de valores, por lo tanto, todo aquello que puede enfermar a dicha persona estará estrechamente relacionado con su manera de percibir si es algo gravísimo, grave, importante o sin importancia alguna.
Y del nivel de gravedad que nosotros le otorguemos al problema, será el nivel de gravedad de la enfermedad que padezcamos.
Una gripe cualquiera, causada por una leve diferencia de opiniones en el trabajo, podrá convertirse en una neumonía o pulmonía si según mis creencias, esa diferencia de opiniones en el trabajo, fue un pleito brutal con mis compañeros y yo sentí que perdía mi puesto.
Si lo que yo vivo, lo vivo exageradamente, bajo un victimismo brutal, sintiéndome desolado y como cayendo en un pozo sin fondo, seguramente estaré internado un buen tiempo en un hospital.
Si lo que yo vivo, lo acepto como aprendizaje, tomo lo bueno y suelto lo malo, decido seguir adelante y no me dejo vencer, seguramente no pasaré ni dos días en cama porque es algo "ligero" para mí.
¿No les ha sucedido que al vivir una experiencia emocional fuerte, siempre hay alguien que nos dice: ya, ya, no pasó nada, tranquilo, olvídalo?
Porque para esa persona, eso que nosotros percibimos como "inconcebible y fuerte", para ella fue una tontería.
Y eso es en parte, una muestra de tomar consciencia. Comenzar a ver la vida sin tanto dramatismo, sin tanta exageración. Por nuestra salud.
Vivir la vida plenamente, disfrutando de cada momento y dejando de prestarle atención emocional a cosas que nos debilitan físicamente.
Es ahí cuando el ¿por qué yo? y el ¿por qué a mí?, dejan de ser parte de nuestro vocabulario, porque dejamos de una vez por todas de ser víctimas de las circunstancias y nos asumimos como responsables de lo que nos sucede y responsables a su vez, de resolver todo aquello que esté mal en lo que nos sucede.
Asumimos con madurez emocional lo que nos sucede en lugar de tirarnos al drama, al llanto y al lloriqueo quejoso. Y es difícil, yo no digo que sea pan comido y que sea fácil.
Es un trabajo del día a día. Las 24 horas.
Vivir en conciencia y con consciencia, de que nada ni nadie es capaz de afectar nuestra salud a menos que le demos entrada y permiso.
Fte: Akasha Sanación Integral - Elizabeth Romero Sánchez y Edgar Romero Franco.
Y, aunque no lo crean, éstas dos simples e inofensivas frases son capaces de enfermarnos brutalmente, porque hablan inconscientemente de nuestro resentir. De nuestro débil y vulnerable resentir.
Todas las personas resentimos las vivencias de forma diferente y es justo ahí, que se encuentra la razón del por qué una misma situación puede enfermar de gravedad a alguien y no hacerle ni cosquillas a otra.
Hablando de las causas emocionales que pueden detonar un cáncer, sabemos que se tienen que dar 4 elementos básicos y sin ellos, simplemente, no hay cáncer ni aunque nos paremos de cabeza.
1. Impacto Emocional grave (para cada quién será distinto)
2. Que nos toma inesperadamente, de sorpresa, a contrapié.
3. Vivido en soledad (no lo comparto, no lo cuento, me lo trago).
4. Sin solución aparente.
Si no se cumplen estas premisas, juntas. Simplemente, no hay ni habrá cáncer jamás.
Pero a esto, hay que sumarle nuestro resentir, es decir, habremos de sumar que va a depender de mis creencias, carácter, cultura, comportamiento, costumbres, que un hecho me lastime emocionalmente o me sea indiferente.
¿Qué sería para ti, un fuerte impacto emocional?
¿La muerte de un ser querido?
¿Un terremoto que tire tu casa?
¿Que te despidan de tu trabajo?
¿Que tu mascota sea atropellada?
¿Que tu marido te engañe con tu mejor amiga?
¿Que tu esposa vacíe tus cuentas bancarias?
¿Que tu hermano te robe tu herencia?
¿Que tu jefe ascienda a todos menos a ti?
O tal vez, para ti, un fuerte impacto emocional para ti, sea algo como:
¿Que tu mejor amiga deje de buscarte?
¿Que tu mamá se caiga y se rompa su cadera?
¿Que descubras que la muchacha del servicio tomó tu anillo?
¿Que pierdas un papel importante?
¿Que pierdas un vuelo?
¿Que tu jefe te llame la atención delante de tus compañeros?
O quizá, un fuerte impacto emocional para ti, sea parecido a...
¿Tu mamá descubrió que sacaste 5 en tu examen?
¿Tu esposa apagó el celular?
¿Llegaste a recoger a tu hijo a la escuela y tiene un golpe en el ojo?
¿Chocaste?
¿Perdiste tus llaves, cartera o celular?
Cada persona, cada uno de los seres humanos de ésta Tierra, tiene diferente escala de valores, por lo tanto, todo aquello que puede enfermar a dicha persona estará estrechamente relacionado con su manera de percibir si es algo gravísimo, grave, importante o sin importancia alguna.
Y del nivel de gravedad que nosotros le otorguemos al problema, será el nivel de gravedad de la enfermedad que padezcamos.
Una gripe cualquiera, causada por una leve diferencia de opiniones en el trabajo, podrá convertirse en una neumonía o pulmonía si según mis creencias, esa diferencia de opiniones en el trabajo, fue un pleito brutal con mis compañeros y yo sentí que perdía mi puesto.
Si lo que yo vivo, lo vivo exageradamente, bajo un victimismo brutal, sintiéndome desolado y como cayendo en un pozo sin fondo, seguramente estaré internado un buen tiempo en un hospital.
Si lo que yo vivo, lo acepto como aprendizaje, tomo lo bueno y suelto lo malo, decido seguir adelante y no me dejo vencer, seguramente no pasaré ni dos días en cama porque es algo "ligero" para mí.
¿No les ha sucedido que al vivir una experiencia emocional fuerte, siempre hay alguien que nos dice: ya, ya, no pasó nada, tranquilo, olvídalo?
Porque para esa persona, eso que nosotros percibimos como "inconcebible y fuerte", para ella fue una tontería.
Y eso es en parte, una muestra de tomar consciencia. Comenzar a ver la vida sin tanto dramatismo, sin tanta exageración. Por nuestra salud.
Vivir la vida plenamente, disfrutando de cada momento y dejando de prestarle atención emocional a cosas que nos debilitan físicamente.
Es ahí cuando el ¿por qué yo? y el ¿por qué a mí?, dejan de ser parte de nuestro vocabulario, porque dejamos de una vez por todas de ser víctimas de las circunstancias y nos asumimos como responsables de lo que nos sucede y responsables a su vez, de resolver todo aquello que esté mal en lo que nos sucede.
Asumimos con madurez emocional lo que nos sucede en lugar de tirarnos al drama, al llanto y al lloriqueo quejoso. Y es difícil, yo no digo que sea pan comido y que sea fácil.
Es un trabajo del día a día. Las 24 horas.
Vivir en conciencia y con consciencia, de que nada ni nadie es capaz de afectar nuestra salud a menos que le demos entrada y permiso.
Fte: Akasha Sanación Integral - Elizabeth Romero Sánchez y Edgar Romero Franco.
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