Quejas, Karim Temple

 

Si no está en nuestras manos darle solución al problema que nos está afectando, debemos aprender a ser pacientes y a mirar lo ocurre con otros ojos. De lo contrario, viviremos cargando el peso de la queja.

Cuando nos quejamos, traemos a nuestra vida consecuencias desfavorables de las que en ocasiones no somos conscientes:

Favorecemos un estado de ánimo negativo

Creamos un mal ambiente con quienes nos rodean, y en consecuencia, las personas pueden cansarse de nosotros y evitarnos, pues nos convertimos en una compañía tóxica

Nos hacemos pasivos e incapaces de resolver un problema

Y vivimos en una cadena profunda de pensamientos dañinos.

Si lo analizamos un poco, la queja no nos ayuda a solucionar el problema ni cambia la situación, sino todo lo contrario, nos sumerge en un estado de desesperanza, estrés y depresión. Por esto, es necesario comprender que la queja que no nos lleva a la acción (a retarnos, a crecer y a ser mejores), debe salir por completo de nuestra vida.

Pregúntate ¿qué quiero quiero ser feliz o tener la razón? o ¿quiero seguir quejándome?

Karim Temple