El amor es el Sol, Jeff Foster
El amor no necesariamente es emocionante.
La emoción viene y va, pero el amor no.
Si viene y va, no es la totalidad del suelo. Es hermoso, sin embargo no es el suelo completo, y por lo mismo, no es absolutamente confiable.
A menudo confundimos el amor con la emoción, con el placer físico, con la fantasía, con el anhelo, con un sistema nervioso excitado, con la atracción.
Esas energías son hermosas pero inestables, efímeras, transitorias. Vienen y van. Normalmente surgen cuando obtienes lo que quieres. Y desaparecen, rápido, cuando no obtienes lo que quieres. Son condicionales; el amor no. Vienen y van, suben y bajan en intensidad, cambian con las estaciones, con las horas, con los minutos. Son hermosas, pero no son el suelo del amor, aunque ese suelo las acoge.
El amor está allí en el silencio, en la quietud, en la ausencia de la emoción o en su presencia, en la Presencia que nunca puede ser dada ni quitada. El amor no siempre es emocionante, pero siempre resulta emocionante saber que el amor no tiene que ser emocionante.
El amor puede ser quieto, tranquilo, modesto, apenas perceptible.
Como la gravedad.
Como el aliento.
Como el Sol brillando, incluso detrás de las nubes.
Jeff Foster
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