El entusiasmo, Verónica Aros
Muchas
veces nos sentimos entusiasmados con situaciones que vamos a experimentar en el
futuro, una fiesta, nuestro cumpleaños,
un viaje…y estamos felices, motivados, alegres, esperando la tan ansiada fecha,
como si nada nos afectara ya que pronto experimentaremos mucha plenitud y
dicha.
Pero, la fiesta pasa, el cumpleaños también, el
viaje se termina y volvemos a nuestra forma de enfrentar la vida “nuestra vida”,
incómodos, pensando en las tristezas, en lo que nos pesa, en lo que no hicimos
y en lo que nos falta. Y el entusiasmo
se termina y volvemos a ese estado de “robot”, caminando semi-anestesiados.
Debemos
aprender a entusiasmarnos con la vida
misma, con cada día, el primer romance que debemos tener es con “NUESTRA
VIDA”. Cuando logramos actuar con energía, con
fuerza, con amor en aquello que hacemos, agradecidos de cada nuevo día,
somos capaces de vencer esos obstáculos, ya que ellos son
aprendizajes, no castigos divinos, sino todo lo contrario.
El
entusiasmo, no es un don, un talento especial que tienen algunos y otros
no, el entusiasmo es un estado de
fe, de auto-afirmación. El entusiasmo es una energía divina, que nos hace confiar en nuestra capacidad y
fuerza para transformar realidades que nos dañan, en otras que nos inspiran e
impulsan a actuar sintonizando con acciones creativas, positivas, amorosas,
empáticas. Si lo
pudimos hacer antes para un viaje, para una fiesta etc.. sabemos entonces que
podemos.
Debemos
aprender que siempre somos capaces de ser entusiastas, porque
sí lo somos, porque sí podemos, porque sí queremos. Entonces, limita tu mente negativa infantil
que se vive quejando, y asume desde tu YO SOY divino, el control de tu
vida. Aquí y ahora.
No en vano la palabra entusiasmo proviene del Griego y significa tener
un Dios dentro de sí.
Saludos para todos, que experimentemos una excelente semana.
Con amor
Verónica Aros
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