Afinación semanal Kabbalah: Nada es fortuito
Del 25 al 31 de marzo de 2012
Los kabbalistas nos enseñan que nada es fortuito. Puede que no lo veamos así desde nuestra perspectiva limitada, pero algo es seguro: Todo ocurre por alguna razón.
Recientemente fui a Honduras y tuve un encuentro con tres personas: El ex presidente de Honduras, Manuel Zelaya; el actual presidente de Honduras, Porfirio Lobo; y el General Romeo Vásquez Velásquez. Fue interesante estar en una habitación con estos tres hombres quienes, claramente, comparten una parte del destino de ese país.
En ese momento recordé un relato sobre el gran Rav Israel Ben Eliezer, también conocido como el Baal Shem Tov. Un estudiante se le acercó y dijo “¡La vida es tan fortuita! ¡No hay verdadera justicia en el mundo!”. El Baal Shem Tov le dijo a su estudiante que fuera al parque y que ahí vería lo contrario, que la vida ciertamente no es fortuita.
El estudiante hizo lo que su maestro sugirió y, en el parque, observó que un hombre llegó con un gran saco de dinero. Distraído por algo que ocurría a distancia, el hombre dejó su dinero al lado de un árbol y fue a investigar. Mientras tanto, se presentó otra persona, encontró el saco, ¡vio el contenido y se llevó la fortuna! No tardó en llegar un tercer hombre al parque y éste decidió sentarse junto al árbol a descansar. Cuando el primer hombre regresó al árbol, vio que el dinero de su saco no estaba y, asumiendo que había sido robado por el hombre que estaba sentado, ¡procedió a darle una golpiza al transeúnte!
De regreso con el Baal Shem Tov, el estudiante exclamó: “¡La vida es fortuita! Vi a un hombre perder todo su dinero. Vi a un segundo hombre obtener una enorme cantidad de dinero sin razón alguna, y vi a un tercer hombre recibiendo una golpiza sin algún motivo”.
El Baal Shem Tov explicó: “No tenías toda la información. Hace mucho tiempo, el primer hombre que viste le había robado al segundo hombre. Es por ello que perdió toda su riqueza y la recibió el segundo. El tercer hombre fue el juez en el juicio de ambos e, indebidamente, aceptó un soborno de parte del primer hombre para que éste pudiera conservar lo que había robado”.
Los hombres en el parque compartían una historia sobre el dinero, los hombres que conocí en Honduras compartían una historia sobre el poder. Cada situación de la vida es una historia compartida del destino manifestándose. Esta es una lección importante que hay que recordar: Por más trivial o insignificantes que puedan parecer las cosas, siempre está ocurriendo una danza cósmica. Esto hace que cada circunstancia sea importante, relevante y veraz. Nuestro trabajo es revelar el misterio y asumir nuestro propósito. Para mí, ¡siento que estuve en Honduras para que pudiera compartir esta historia con ustedes!
...Nada es fortuito.
Yehuda Berg con el actual presidente de Honduras, Porfirio Lobo
Yehuda Berg con el General Romeo Vásquez Velásquez y su esposa
Yehuda Berg con el anterior presidente de Honduras, Manuel Zelaya
Todo lo mejor,
Yehuda
Los kabbalistas nos enseñan que nada es fortuito. Puede que no lo veamos así desde nuestra perspectiva limitada, pero algo es seguro: Todo ocurre por alguna razón.
Recientemente fui a Honduras y tuve un encuentro con tres personas: El ex presidente de Honduras, Manuel Zelaya; el actual presidente de Honduras, Porfirio Lobo; y el General Romeo Vásquez Velásquez. Fue interesante estar en una habitación con estos tres hombres quienes, claramente, comparten una parte del destino de ese país.
En ese momento recordé un relato sobre el gran Rav Israel Ben Eliezer, también conocido como el Baal Shem Tov. Un estudiante se le acercó y dijo “¡La vida es tan fortuita! ¡No hay verdadera justicia en el mundo!”. El Baal Shem Tov le dijo a su estudiante que fuera al parque y que ahí vería lo contrario, que la vida ciertamente no es fortuita.
El estudiante hizo lo que su maestro sugirió y, en el parque, observó que un hombre llegó con un gran saco de dinero. Distraído por algo que ocurría a distancia, el hombre dejó su dinero al lado de un árbol y fue a investigar. Mientras tanto, se presentó otra persona, encontró el saco, ¡vio el contenido y se llevó la fortuna! No tardó en llegar un tercer hombre al parque y éste decidió sentarse junto al árbol a descansar. Cuando el primer hombre regresó al árbol, vio que el dinero de su saco no estaba y, asumiendo que había sido robado por el hombre que estaba sentado, ¡procedió a darle una golpiza al transeúnte!
De regreso con el Baal Shem Tov, el estudiante exclamó: “¡La vida es fortuita! Vi a un hombre perder todo su dinero. Vi a un segundo hombre obtener una enorme cantidad de dinero sin razón alguna, y vi a un tercer hombre recibiendo una golpiza sin algún motivo”.
El Baal Shem Tov explicó: “No tenías toda la información. Hace mucho tiempo, el primer hombre que viste le había robado al segundo hombre. Es por ello que perdió toda su riqueza y la recibió el segundo. El tercer hombre fue el juez en el juicio de ambos e, indebidamente, aceptó un soborno de parte del primer hombre para que éste pudiera conservar lo que había robado”.
Los hombres en el parque compartían una historia sobre el dinero, los hombres que conocí en Honduras compartían una historia sobre el poder. Cada situación de la vida es una historia compartida del destino manifestándose. Esta es una lección importante que hay que recordar: Por más trivial o insignificantes que puedan parecer las cosas, siempre está ocurriendo una danza cósmica. Esto hace que cada circunstancia sea importante, relevante y veraz. Nuestro trabajo es revelar el misterio y asumir nuestro propósito. Para mí, ¡siento que estuve en Honduras para que pudiera compartir esta historia con ustedes!
...Nada es fortuito.
Yehuda Berg con el actual presidente de Honduras, Porfirio Lobo
Yehuda Berg con el General Romeo Vásquez Velásquez y su esposa
Yehuda Berg con el anterior presidente de Honduras, Manuel Zelaya
Todo lo mejor,
Yehuda
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